CRÓNICA JORNADA 12. Tras el soso empate en Granada y la obligada victoria copera ante un UCAM Murcia en Segunda Federación, el Cádiz cerraba la semana con desplazamiento al extranjero: una curiosa visita al Principado de Andorra para medirse, este domingo en horario antifútbol, al conjunto propiedad del millonario exbarcelonista Gerard Piqué.
Una semana protagonizada, en lo extradeportivo, por esa inédita salida a bolsa de Nomadar, empresa filial del club amarillo comandado por los eufóricos Vizcaíno y Contreras que persigue captar fondos para hacer realidad el desarrollo de la soñada Sportech City en suelo hoy rústico, mañana ya se verá, de El Puerto de Santa María.
“Se pueden ganar o perder todos los partidos. Este es uno más. Tenemos que estar pendientes de nosotros para seguir haciendo las cosas bien, aunque hay que mejorar en otras facetas que estamos buscando”, apuntaba en la previa Gaizka Garitano, sin salirse de su guion habitual, ni blanco ni negro.
El Cádiz salía de inicio al coqueto estadio andorrano con Víctor Aznar, bajo palos; Kovacevic, Pelayo, Climent y el canterano Juan Díaz (que debutaba y marcaba en Copa), en defensa; Diakité y Ortuño en el centro del campo; Tabatadze y Suso en los extremos; y arriba, teóricamente, Álvaro García Pascual y Roger Martí.
Un lanzamiento con cierto peligro de Minsu por parte local, en el 12, se convertía en la acción más reseñable en un inicio de encuentro con más nervio e imprecisiones que juego real. El mismo japonés, al borde del minuto 30, estaba cerca de hacer el primero, tanto que evitaba en línea de gol Juan Diaz, pegándose contra el poste.
El primer disparo entre los tres palos de los gaditanos, exponiendo ofensivamente una vez más lo mínimo sobre el verde (para frustración del aficionado mínimamente exigente), no llegaría hasta el 36, una acción del georgiano que provocaba ciertas dudas en el portero. Y poco más hasta el ecuador: igualdad a casi nada, con algo más de ímpetu por parte andorrana.
EL ANDORRA, APRIETA
Garitano no lo vería muy claro cuando introducía cambios tras el descanso, dejando en la caseta a un mosqueado Roger y al desacertado Tabatadze, por Ontiveros y De la Rosa, que en su primera intervención centraba desde la derecha y a punto estaba de colarla en la portería.
Durante una fase de diez minutos, los amarillos parecían tomar la iniciativa y hacían recular tímidamente a los hombres de Ibai Gómez, pero sin disparar a puerta. Hasta que poco a poco, los de casa retomaban el control y en el 64 Aznar salvaba el 1-0, en una ocasión clara de Justin.
El Cádiz volvió a colocarse el fastidioso mono de equipo que ¿juega? a que no pase nada, y el Andorra empezó a dar sensación de estar merodeando el gol, y de nuevo en el minuto 81 el brasileño Víctor Aznar debía emplearse a fondo. A los de casa quizá le faltaba un punto de suerte y calidad en el último momento, pero al menos trataban de hacer algo para ganar. ¿Qué querían los de Garitano? Eso no lo sabe nadie…
A lo largo de este segundo tiempo a la hora del telediario, el técnico vasco fue probando con otras piezas, Efe, Camara y Álex Fernández por García Pascual, Suso y Ortuño, sin resultado alguno.
“Hemos defendido bien pese a las bajas atrás, pero nos está costando aparecer en ataque, no está apareciendo nadie, ni esa calidad que se nos presume. Ofensivamente al equipo le cuesta mucho generar ocasiones”, manifestaba el entrenador en el postpartido, verbalizando lo que todo cadista con ojos en la cara ve.
Un punto más cosechado lejos del Nuevo Mirandilla, a valorarse mejor o peor. Sin embargo, una semana más, el problema no está en sumar (se alcanzan los 20 puntitos, ya solo quedan 30 para cumplir con el primer objetivo…), no está en ganar, perder o empatar. Lo preocupante es la sensación repetitiva de un Cádiz anodino e insustancial que, ajeno al rival grande o pequeño, sale al campo en modo conformista, centrado en resistir más que en proponer. Podrá dar resultado (al gran Álvaro Cervera le funcionó, mas eran otros tiempos con un equipo que venía de lo más abajo), pero… DIARIO Bahía de Cádiz
