La exposición permanente ‘La explosión de Cádiz de 1947’, abierta desde agosto de 2017 en una de las salas del Castillo de Santa Catalina de la capital gaditana, incorpora una nueva pieza. Esta muestra recopila objetos personales de las víctimas, fotografías y documentos originales, además de una gran maqueta de cómo era el Cádiz de la época.
El Tercio del Sur de la Unidad de Infantería de Marina de San Fernando ha cedido ahora al Ayuntamiento gaditano un uniforme gris de campaña. En 2024 ya prestó una mina submarina, de similares características que las que estaban almacenadas en la Base de Defensas Submarinas que explosionó en aquella catástrofe de hace casi 78 años.
Expuesto sobre un maniquí, este uniforme es una reproducción de uno histórico del Cuerpo de Infantería de Marina, que se utilizó entre 1935 y principios de la década de los 60 del siglo pasado, y que ha sido diseñado por el sastre Vicente Cerezo Casal.
Está formado por un gorro militar español tipo Isabelino modelo 1926 de color gris uralita, la guerrera y pantalón de campaña, una camisa blanca, botas negras de mediacaña con cordones y cubre botas o polainas de color gris. Uno de los elementos más vistosos es el correaje, que lleva una llamativa hebilla con una chapa metálica dorada que lleva como diseño el ancla de la Marina en el interior de una orla de laurel.
“PARTE DE LA HISTORIA DE LA CIUDAD”
La concejala de Cultura, Maite González, ha presidido el acto de recepción, que ha contado con la presencia del coronel jefe del Tercio del Sur, Alberto Bustos. Y ha agradecido a la Armada esta nueva donación, “que nos permitirá seguir ampliando esta exposición y seguir dando valor a esta muestra que es parte de la historia de la ciudad, además de ser un homenaje a la memoria de las víctimas y a todos los que vivieron aquellos terribles momentos”.
De la misma manera, se señala en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, Bustos ha puesto en valor esta nueva pieza “que recibe este museo de la explosión y que sirve también para homenajear a muchos héroes anónimos que realizaron una excelente labor en aquellos momentos”.
El fatídico 18 de agosto de 1947, al anochecer, estalló un depósito de minas submarinas situado en pleno corazón del barrio de San Severiano y se cobró la vida de al menos 150 personas, según la cifra oficial, y hubo 5.000 heridos, y 2.000 edificios afectados sobre todo en extramuros. Todavía hoy sus causas no son del todo claras y más teniendo en cuenta que fue un hecho que intentó silenciar la dictadura franquista.