La Confluencia Sindical de la Bahía de Cádiz (CSBC), CGT y la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) han convocado una manifestación en la tarde de este viernes 18 de julio en la capital gaditana “contra la represión” y “por la absolución de todos los detenidos de la huelga del metal”, más de una veintena durante las movilizaciones y piquetes, y días después.
La marcha partirá a las 19.30 horas de los Juzgados de San José y se dirigirá a la plaza de San Juan de Dios, frente al Ayuntamiento. Además de exigir “la libertad inmediata para sindicalistas y activistas por luchar”, y no solo en Cádiz, también en otros puntos del Estado español, con esta acción se pide la “inexcusable dimisión” del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
“Intentan despojarnos de todos los derechos más básicos y pretenden quedar impunes mientras atacan, criminalizan, arruinan y machacan a la población consciente y trabajadora. Mientras nos marean con otro tipo de cuitas y disputas de su política corrupta, se ha dictado el Estado policial para la clase trabajadora y el Estado de derecho en exclusiva para empresarios y banqueros”, se denuncia en la llamada a la manifestación, recogida por DIARIO Bahía de Cádiz.
Sin embargo, estos sindicatos alternativos avisan: “no vamos a parar hasta conseguir la absolución total de todos los que fueron detenidos en la huelga del metal y hasta sacar de sus prisiones a los sindicalistas y activistas condenados por luchar. La unión y solidaridad de toda la clase trabajadora es mucho más potente que todos los instrumentos de represión que pretendan enarbolar contra el pueblo”.
“BLANQUEAMIENTO POLICIAL, Y FLAGRANTE OFENSIVA JUDICIAL”
CTM, CGT y CSBC recuerdan que durante la huelga del sector del metal de noviembre de 2021, la “brutal represión policial” a los huelguistas, incluso con una tanqueta amenazante por barrios obreros, “causó la indignación y condena de toda la población del Estado y la solidaridad de la clase obrera internacional con los trabajadores”.
Y en el caso de la reciente huelga, se interpreta que Interior “tenía previsto un plan más siniestro que, a la luz pública, pudiera ‘blanquear’ la violencia de sus efectivos y, a la vez, machacara no solo a los trabajadores, sino también a las familias y a las organizaciones independientes de los agentes de su paz social”.
Así, la Policía Nacional ha ido efectuando “detenciones selectivas” durante pero también después de las jornadas de huelga (y solo el primer día de paros se produjeron verdaderos altercados, vandalismo y trifulcas con los antidisturbios), “con retenciones en dependencias policiales para, luego, puesta a disposición de una burda y flagrante ofensiva judicial”.
En total, hasta 24 personas detenidas acusadas de desórdenes públicos y daños, e incluso en algún caso de agredir a agentes: “algunos de estos compañeros han sido arrestados por policías encapuchados en las inmediaciones de sus casas”, se lamenta.
Pero además, la Fiscalía ha llegado a pedir prisión provisional sin fianza en algún caso. “Finalmente, se han impuesto fianzas de 15.000 y hasta 40.000 euros a unos trabajadores que salen a manifestarse por la defensa de sus derechos laborales”. Dinero que se ha podido cubrir en los últimos días gracias a la solidaridad de quienes han aportado en la caja de resistencia abierta por la CTM.
“Solo para que se entienda la descarada desproporción de la represión a los huelguistas: a los acusados por matar a dos guardias civiles con una narcolancha en Barbate les han dado libertad bajo fianza de 10.000 euros”, exponen estos sindicatos como ejemplo.
Así, se sentencia que “ni el pueblo de Cádiz ni la clase trabajadora del país puede tolerar una agresión como esta” que, además, viene a sumarse a “la misma estrategia policial y judicial de persecución al sindicalismo y al derecho a la protesta”, como lo demuestra la reciente encarcelación de ‘Las seis de la Suiza’ (sindicalistas que protestaban frente a una pastelería de Gijón para defender a una trabajadora embarazada) y la condena que ya vienen sufriendo ‘Los seis de Zaragoza’ (jóvenes detenidos en una manifestación antifascista en 2019).
MÁS DE UNA DOCENA DE JORNADAS DE LUCHA
Aunque la huelga indefinida del metal en la provincia gaditana (afectado a cerca de 30.000 trabajadores) alentada por los sindicatos mayoritarios quedó suspendida tras cinco jornadas de paros, el 27 de junio, una vez que la patronal y UGT en solitario firmaron un segundo preacuerdo de cara al nuevo convenio colectivo del sector, CGT (junto a CTM) siguió peleando para mostrar rechazo a lo acordado, organizando más piquetes y asambleas que se fueron localizando ya casi de forma exclusiva en algunas contratas de la Bahía de Cádiz de Navantia y de Dragados Offshore.
No obstante, con la patronal minusvalorando y criminalizando a los huelguistas más persistentes, el agotamiento palpable en el ambiente y una repercusión de la huelga en los tajos ya casi nula, CGT pasó a formalizar el 8 de julio el fin de la misma tras una docena de jornadas (más los dos días previos, y quizá los más tensos del conflicto): “desconvocar no es claudicar. Es replegarse con dignidad y reorganizar la ofensiva”, ha argumentado la organización anarcosindicalista, para la que también “toca defender a todos los represaliados”.