Estos días se conmemora una de las fechas más importante de la democracia española. Se cumplen 10 años del final de ETA, 10 años del esperado anuncio que unió a una nación. El fin de la banda terrorista supuso un antes y un después en el camino hacia la convivencia, pese a que algunos nostálgicos todavía tratan de revivirla de vez en cuando usándola para enfrentar a la sociedad, o como meras cortinas de humo. A pesar de ello, la realidad es que llevamos 10 años sin los asesinatos, la violencia, la extorsión y la cobardía de los etarras. Todo ello es gracias al trabajo y valentía de nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, al coraje de muchos ciudadanos, políticos, jueces y periodistas. Gracias a todos esos valientes y, por supuesto, a la unión de la sociedad española para acabar con la lacra del terrorismo, hoy podemos decir que el Estado de derecho se impuso ante una banda criminal. Sin embargo, por lejano que nos parezca y por desgracia en El Puerto, la EXTORSIÓN, la COBARDÍA, EL SEÑALAMIENTO PUBLICO vuelven a resonar en nuestra ciudad, y lo que es más preocupante, desde las instancias del poder municipal.
El señalamiento publico de la periodista Teresa Almendros este pasado domingo, 17 de octubre de 2021, nos ha evocado estas persecuciones, el señalamiento público y el hostigamiento al que fue sometido parte de nuestra sociedad por dos de las mayores lacras que ha sufrido recientemente nuestro país, recuerdos negros tanto del franquismo, como del terrorismo etarra. Quizás pueda parecer exagerado, pero los hechos que han acontecido son extremadamente graves para el normal desarrollo de una democracia del siglo XXI. El señalamiento constante que realiza el gobierno de Beardo y sus esbirros contra aquellos periodistas que no comparten su visión o sus intereses es intolerable en un estado democrático. Por ello desde mi formación, Unión Portuense, queremos condenarlo rotundamente.
En el último pleno, hace escasamente unos días, solicité al gobierno que cortasen de raíz las posibles muestras de extorsión que sonaban constantemente alrededor de su gobierno contra colectivos sociales, gruistas, policías, socorristas, protección civil, funcionarios etc. Son muchos los que denuncian el abuso de poder y las amenazas veladas del gobierno. No ha pasado ni una semana de mi advertencia y el gobierno de Beardo lo ha vuelto hacer.
No es la primera vez que el PP usa a su portavoz Javier Bello o algún pseudo-medio, para atacar vilmente a Teresa Almendros cada vez que hace uso del ejercicio constitucional de su libertad expresión y el de ejerció de libertad de información veraz en el desarrollo de su profesión.
Si ya el anterior ataque perpetrado por Javier Bello pareció cruzar todas las líneas rojas, éste me atrevo a decir que ha cruzado líneas legales. No solo ataca y señala a la periodista, también lo hace contra la hija de ésta, que es menor de edad. Y todo ello, por una editorial escrita por esta periodista, que no entiendo por qué molesta tanto a Beardo y a sus secuaces si al fin y al cabo todos decimos lo mismo.
Teresa Almendros no ha dicho nada nuevo, solo resume con una pluma fina. Es lo mismo que venimos denunciando y decimos desde prácticamente todos los ángulos del espectro político. Lo decimos nosotros, pero también lo dice Vox, IU, el PSOE, Ecologistas en Acción, la Flave, trabajadores del Ayuntamiento. Y, por si no fuese suficiente la diversidad de opiniones, hay que sumar la de afiliados del Partido Popular en la que voces ilustres del Partido Popular como el que fuese número dos de Alfonso Candón, Damián Bornes, Nico García-Máiquez o el ex secretario general Isidoro Seco, dicen sentir vergüenza de ver cómo un puñado de niñatos a las órdenes de Caraballo denigran a su propio partido y la ciudad que aman. Y que coincida la opinión de Ecologista con la de IU, no sería noticia, pero poner de acuerdo a Vox, IU, Flave, Ecologistas, etc. es difícil y, sobre todo, muy preocupante.
Cabe señalar que aun no hemos escuchado la condena pública de Curro Martínez y Lola Campos. Tampoco se han desmarcado concejales como Danuxia Enciso, David Calleja, Mari Carmen Lara o el recién incorporado, César de la Torre. Su silencio, ante un tema tan grave como el que ha sucedido no haría más que esconder su complicidad con las tácticas perversas de Berado.
Por ello, aunque el símil con el avestruz usado por Teresa para evidenciar la cobardía de Beardo estaba bien traído, creo que se quedó muy corto. El avestruz, ni en la realidad ni en el simbolismo, se le atribuye ni tanta cobardía ni tanta mezquindad como para intentar extorsionar a una periodista señalando y atacando a su persona y a sus familiares. Me vienen a la cabeza animales con un simbolismo más cercano como las ratas, las hienas o, quizás, los buitres. Sin embargo, el símil más cercano por lo rastrero y lo venenoso sería el de una vil serpiente. Estos son los animales que representan semejante muestra de bajeza moral y carencia absoluta de ética.
Para terminar, como portavoz de Unión Portuense, les anunciamos que no solo mostramos la condena más contundente hacia este señalamiento público a la periodista local Teresa Almendros y a su familia, además hemos registrado de manera formal, para que sea elevado al próximo pleno ordinario, una pregunta a Beardo para que se pronuncie sobre esta despreciable editorial y si condena el señalamiento público a la que ha sido sometida una profesional del periodismo por ejercer su derecho constitucional a la libertad de información veraz. DIARIO Bahía de Cádiz
