publicidad
lunes, 16 de junio de 2025 (21:30 h.) – Número 5.284 – Año XXI
  • Cádiz
  • Jerez
  • San Fernando
  • El Puerto
  • Chiclana
  • Puerto Real
  • Rota
WhatsApp
DIARIO Bahía de Cádiz
  • Cádiz
  • La Bahía
    • Jerez
    • San Fernando
    • El Puerto
    • Chiclana
    • Puerto Real
    • Rota
  • El resto del mundo
    • BahíaEmpleo
    • Elecciones
    • Anuario 2024
    • Anuario 2023
    • Anuario 2022
    • Anuario 2021
  • BahíaCultural
    • Revista BiCentenario
  • Carnaval366Días
    • COAC 2025
    • El Jurado poco oficiá
    • El COAC 2024
    • El COAC 2023
    • El COAC 2022
  • Cádiz CF
  • Opinión
    • Cartas al director
  • En imágenes
  • Servicios
    • somos DIARIO Bahía de Cádiz
    • Suscripción boletín
    • Publicidad
no encontramos resultados coincidentes
Ver todos los resultados
  • Cádiz
  • La Bahía
    • Jerez
    • San Fernando
    • El Puerto
    • Chiclana
    • Puerto Real
    • Rota
  • El resto del mundo
    • BahíaEmpleo
    • Elecciones
    • Anuario 2024
    • Anuario 2023
    • Anuario 2022
    • Anuario 2021
  • BahíaCultural
    • Revista BiCentenario
  • Carnaval366Días
    • COAC 2025
    • El Jurado poco oficiá
    • El COAC 2024
    • El COAC 2023
    • El COAC 2022
  • Cádiz CF
  • Opinión
    • Cartas al director
  • En imágenes
  • Servicios
    • somos DIARIO Bahía de Cádiz
    • Suscripción boletín
    • Publicidad
no encontramos resultados coincidentes
Ver todos los resultados
DIARIO Bahía de Cádiz
no encontramos resultados coincidentes
Ver todos los resultados
home Opinión

La intrusión en lo que es de todos (mayor respeto al poético patrimonio silvestre)

· Firmado por ·
2 de marzo de 2015
/tiempo de lectura: 5 minutos/
A A
Víctor Corcoba

Víctor Corcoba

compartir en Twittercompartir por Whatsappcompartir por email

La invasión de la vida silvestre es un mal presagio. Precisamente, la organización de Naciones unidas, que proclamó el día 3 de marzo como día mundial de esta existencia salvaje que nos circunda, acaba de poner de relieve un mensaje directo y firme, en relación a este poético patrimonio. Considera el momento de tomar en serio los delitos que se vienen produciendo contra la fauna y la flora, comparable a otros perniciosos modelos como la trata de seres humanos y el tráfico de drogas, artículos falsificados o el absurdo comercio de armas. Al parecer, tienen pruebas sólidas de que hay una participación creciente de redes de delincuencia organizada y grupos armados, que todo lo contaminan y lo extinguen para su goce o enriquecimiento personal, teniendo presente que los bienes que la naturaleza proporciona a todos han de ser respetados también porque forman parte de la hacienda común de toda la familia humana. Bajo esta profunda convicción, de que la preservación de estos bienes naturales requiere que su sociabilidad, inherente a su propio estado originario, se active lo antes posible a este escenario mundial globalizado. No olvidemos que los bienes indispensables para la vida de cada uno, son de todos, como el aire mismo que respiramos. Por consiguiente, combatir estos delitos, no sólo es esencial para nuestra propia existencia, sino también para la conservación y el desarrollo de la propia especie humana. Obviamente, las naciones tienen que hacer valer su estado de derecho, pues estamos ante un interés universal, de modo que el uso de esta riqueza redunda en el bien de la humanidad.

Quizás más que nunca sea necesario hacer circular por los caminos de la vida aire limpio. De un tiempo a esta parte, todo parece estar contaminado. La gente no puede respirar libremente y hay una pesadez en la atmósfera que nos deja sin fuerzas y, lo que es peor, sin ganas de dar oxígeno a la mente y al alma. Ciertamente, el ser humano tiene que cuidar mucho más esa naturaleza salvaje que le acompaña, que está ahí esperando nuestra mano protectora, en lugar de nuestro abandono o explotación abusiva. Si la maltratamos, ella también nos maltratará. Necesitamos sus pulmones, sentirnos aliviados por tantas fuerzas invasoras que continuamente amenazan ese universo silvestre, tan variado y, por ende, tan apetecible para nuestra propia naturaleza de caminantes. Nuestra vida misma es un camino hacia nuestro interior, y dentro de nosotros mismos, hay un espíritu salvaje que hemos de amansar, con la libertad necesaria, pero con un ánimo de respeto y estima hacia todo lo que nos acompaña. En cualquier caso, todos estamos obligados a ser mejores personas, mejores ciudadanos. A propósito, la escritora chilena Gabriela Mistral (1889-1957), recomendaba una serie de tareas, que no me resisto a transcribirlas, aunque sea nada más que para recordarlas: » Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino». Qué gran verdad para llevar consigo, sobre todo cuando el camino de la corrupción y del vicio, es tan ancho como espacioso.

Indudablemente, tenemos que adentrarnos mucho más en la belleza de las cosas para comprender lo que es saludable para toda la humanidad. Hemos de volver al verso, a la poesía, al auténtico camino silvestre de la naturaleza que nos circunda. Tal vez el primer paso para la solución de problemas, aparte del optimismo como aliento, sea el de aprender a valorar lo que nos rodea. Quien no ama lo que le envuelve difícilmente merece vivir. Con la naturaleza, que no es de nadie y es de todos, no se comercializa. De pronto, mal que nos pese, todo parece estar en peligro. Nosotros estamos viviendo un momento de deriva, de descontrol; lo vemos en el medio ambiente, pero también en el propio ser humano. Nuestro específico manto silvestre cada día está más desértico. Algunas de las especies más carismáticas se han extinguido ya o están a punto de extinguirse de inmediato. El ser humano no puede coexistir armónicamente bajo el imperio del engaño. Nosotros tenemos la obligación de custodiar esta belleza campestre, selvática, por encima de una cultura que todo lo destroza sin miramiento alguno. Es hora de actuar, de que dejen de dominar en el mundo las dinámicas de una economía putrefacta y de unas finanzas carentes de ética. El dinero tiene que dejar de gobernarnos. ¡No puede ser así!. Vuelva a la vida lo que es de la vida. Desvivámonos por celebrar la belleza y la variedad de la flora y la fauna que nos guarda en cada esquina. Creemos conciencia acerca de esta necesidad y no expropiemos, a nuestro antojo, lo que es un bien social para todo el linaje. A veces pienso, que aún la naturaleza es un arte desconocido para el ser humano. De lo contrario, no tiene sentido el papel pasivo e indiferente de la ciudadanía ante un persistente comercio ilegal de vida campestre.

Esta concepción natural de la existencia silvestre, orientada hacia toda la familia humana, precisamente se hace fértil cuando se despoja de soberbia y toma la humildad como abecedario de entendimiento. Puede que la cooperación entre naciones resulte vital para la protección de ciertas especies, sobre todo contra su explotación excesiva mediante el comercio internacional, pero es el propio ser humano el que tiene que concienciarse de la gran riqueza estética, científica, cultural, recreativa y económica, que genera este mundo rústico, que continuamente nos viene lanzando llamamientos ante nuestros abusos. Está bien que cultivemos, es parte de nuestro proyecto existencial, pero cultivar no es derrochar y mucho menos eliminar nada. Si escucháramos mucho más a ese universo salvaje, estoy seguro que tendríamos otra pasión y también otra dedicación. Produce un inmenso dolor pensar que nuestro propio hábitat nos habla, mientras la especie humana apenas presta atención a sus lenguajes, contribuyendo a acrecentar el negocio, por ejemplo el de la subasta de marfil o cuernos de rinoceronte ilegales. Si estos productos, y tantos otros, tuviesen un origen legal y se hubieran obtenido de manera sostenible, nuestro patrimonio natural dejaría de resentirse, y todos estaríamos cuando menos más sosegados.

 

La humanidad, ciertamente, ha logrado avances, pero también retrocesos. Uno de las grandes regresiones es el medio ambiente y, con ello, la vida silvestre tan ahogada como acosada por un indigno desarrollo de temores, discriminaciones, explotaciones absurdas e injusticias, que hacen la propia vida irrespirable. Si importantes son las personas, también su hábitat, que pide a gritos civismo, gobernanzas eficaces, aplicación de las normas internacionales, coherencia e implicación de todos los ciudadanos. Hasta ahora, todas las voces han reclamado una agenda centrada en las personas y con conciencia planetaria que asegure el respeto de la dignidad humana, la igualdad, la ordenación del medio ambiente, economías saludables, la libertad para vivir sin miseria y sin temor y una asociación mundial renovada para el desarrollo sostenible. El discurso público está ahí, lo que falta son las acciones que han de ser contundentes, con determinación y valentía, para lograr el objetivo de un medio ambiente digno para una existencia digna, que no deje a nadie sin respiración. Al fin y al cabo, somos tan silvestres como una amapola, lo que sucede es que algunos cruzan el campo y solo ven pétalos para sus labios. Y es que el egoísmo, aún no sabe nada más que amarse a sí mismo. Qué lejos queda el compartir. DIARIO Bahía de Cádiz

más opinión Víctor Corcoba

Tags: opiniónVíctor Corcoba
Tweet117compartir186enviar

otras informaciones que podrían interesarte

Tribuna libre

Hastiado hostiaría

16 de junio, 2025
Víctor Corcoba

Regenerar la tierra, para ascender al cielo

15 de junio, 2025
Fermín Aparicio

De ida y vuelta, como los cantes

8 de junio, 2025
Tribuna libre

Por un cambio en el modelo energético

4 de junio, 2025
siguiente noticia
Miguel Massanet

Una cabeza nueva “sólo” por diez millones de euros

Cádiz, ciudad trimilenaria y cautivadora (VII)

Ana Isabel Espinosa

Signos en la hierba

tribuna libre

28-F, Día de Andalucía

sello ROMDA

publicidad

LADO CSIF
LADO ADVANZ
LADO YOGA
banner VicenteFerrer (cambiado por banner publisuites)
LADO CRUZ ROJA
LADO PROVEEDORES (CHURROS)
LADO CAMISETAS
banner churros 2
publicidad
  • ¿Quiénes somos?
  • Las cinco W de DBC
  • Publicidad
  • Aviso legal
  • ¿Colaboramos?
 DIARIO Bahía de Cádiz v. 5.0 – © 2004-2025
 ISSN: 2174-4963 – ROMDA Nº: OLDVVHKG21 – NIF: 75.817.982-T
 fundado el 7 de julio de 2004
 en CÁDIZ (entre Iberoamérica y Europa)
Instagram Facebook-f Twitter Envelope
DIARIO Bahía de Cádiz, como la mayoría de webs, utiliza cookies propias y ajenas. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies. acepto más sobre este aviso legal
sobre cookies

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR
no encontramos resultados coincidentes
Ver todos los resultados
  • Cádiz
  • La Bahía
    • Jerez
    • San Fernando
    • El Puerto
    • Chiclana
    • Puerto Real
    • Rota
  • El resto del mundo
    • BahíaEmpleo
    • Elecciones
    • Anuario 2024
    • Anuario 2023
    • Anuario 2022
    • Anuario 2021
  • BahíaCultural
    • Revista BiCentenario
  • Carnaval366Días
    • COAC 2025
    • El Jurado poco oficiá
    • El COAC 2024
    • El COAC 2023
    • El COAC 2022
  • Cádiz CF
  • Opinión
    • Cartas al director
  • En imágenes
  • Servicios
    • somos DIARIO Bahía de Cádiz
    • Suscripción boletín
    • Publicidad

DIARIO Bahía de Cádiz v. 5.0 / © 2004-2024 / ISSN: 2174-4963 / ROMDA Nº: OLDVVHKG21 / NIF: 75.817.982-T

DIARIO Bahía de Cádiz, como la mayoría de webs, utiliza cookies propias y ajenas. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies. Más sobre este aviso legal.