Nuestra joven democracia española se trata de un sistema político donde la forma de gobierno representativa está regida por la constitución del Estado, que garantiza la independencia de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. La elección de los representantes de estos poderes, sobre todo del presidente y los diputados, es llevado a cabo por el pueblo soberano mediante el voto libre, igualitario, universal, directo y secreto. Y es que en cualquier democracia, que se preste de serlo, deben estar separados los tres poderes fundamentales: poder legislativo, poder ejecutivo y poder judicial. Si estos tres últimos no fuesen operativos, respetando su independencia, se constituirían gobiernos con un mal en su origen.
Ante una España a la deriva, políticamente hablando, uno se pregunta: “¿A quién votar?” Y me diréis: “¡Qué votar! Cualquiera sabe…con el estado de acontecimientos que están ocurriendo en nuestra ‘Piel de toro’ casi en pieles”. Y todo esto viene a cuento, propiciado por mas gestiones de muchos alcaldes, presidentes y consejeros autonómicos y empresarios de obras públicas: ¿Serán todos ellos, presuntamente, los villanos de la nación?
Podemos entender que, ante las próximas elecciones municipales del próximo 24 de mayo en la Nación española, los distintos partidos políticos están preparando sus estrategias personales…Volverán al poder nuevos alcaldes, presidentes y consejeros… Esperamos que estos últimos serán honrados y honesto, no sea que, por equivocación, nuevamente vayan a arruinar España, y esa equivocación aludida anteriormente, se convierta en costumbre, y, por costumbre, sigan presuntamente llevándose los pocos dineros de los españoles.
Nuestra situación económica no es muy buena, incluso puede calificarse de menos mala: existen pensionistas que tienen que pagar parte de sus medicamentos, niños/as para los que ha desaparecido el transporte escolar, familias que tienen que recurrir a las pensiones de sus padres para poder vivir… bastante mal, etc.etc. No es menos cierto que-parte del pueblo español- ha quedado atrapado por ‘las preferentes’, incluyendo a familias desahuciadas o en situaciones desesperadas… en la propia calle.
Ésta no es mi España, que me la han cambiado (recordando a: “Éste no es mi Juan, que me lo han cambiado), dado que muchos ‘servicios sociales’ de los ayuntamientos españoles no funcionan, o, por así decirlo, funcionan malamente, y nunca al cien por cien. Los desheredados de la fortuna acuden a las oficinas pertinentes con el objeto de solicitar ayudas, y se encuentra con la consabida respuesta: “¡Vuelva usted mañana…!”.
En España se empezó a fundar un castillo de autonomías sin bases sólidas. Y es que siempre pasa igual: priman las apetencias y el bienestar político de unas minorías nacionalistas exacerbadas, sobre lo que debía de ser la base del Gobierno de turno: el bienestar de los ciudadanos españoles, allí en cualquiera de las autonomías en que residan. Comencemos a descentralizar competencias del Estado, aunque éstas últimas no favorezcan a los propios ciudadanos. Mas el poder ha de residir en el Ejecutivo-en nuestro primer caso: el PP-, y apoyado por el partido mayoritario en la oposición-en nuestro segundo caso: el PSOE.
No se debían basar nuestros problemas -a nivel nacional-, en quién ganará las próximas elecciones, y si será por mayoría absoluta. Hemos de comprometernos- cuando ejercemos el arte de la Política sin equivocarse-, para coordinar, construir y reglamentar las condiciones básicas para garantizar la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de sus derechos y en el cumpliendo de sus obligaciones, ambos regulados en la Constitución Española de 1978Si el señor
Pedro Sánchez Pérez-Castejón y el señor Rajoy pensasen en algún momento en la prosperidad de España, ya deberían haber abierto un marco común de entendimiento -respetando y uniendo los pequeños partidos nacionalistas, desde luego, con derecho a vivir y a expresarse dentro de nuestra democracia-, y marcando-con sus votos- el cómo, el cuándo y el por qué se debe siempre gobernar para la mayoría-los votos-de los españoles, para su bienestar económico, para mejor acceso a la compra de vivienda, para fomentar la consecución del primer trabajo, para el desarrollo de la enseñanza-no cambiando el modelo educativo cada vez que cambia el Ejecutivo de turno…
Se han olvidado- porque así lo quisieron para sus propios intereses políticos-, que nuestras empeñadas economías de las CC.AA. y ayuntamientos corren, en progresión geométrica, hacia un pozo sin fin…, y que difícilmente saldaremos nuestras deudas contraídas hasta que pasen dos o tres años por lo
Se cargaron el Cuerpo Superior de Policía (conocido por las personas como “policía secreta”) al unirlo al Cuerpo de Policía Nacional, que dio como resultado el Cuerpo Nacional de Policía. Al instaurarse el preceptivo uniforme, desaparece la figura del investigador policial de paisano-a quien nadie conoce-, que podía desarrollar tareas de investigación perfecta y amparada en la sombra. Si bien se viene actuando de paisano, hay que entender que una vez que un miembro policial se coloca el uniforme ya queda, para siempre, marcado en las retinas de las personas con la imagen de “…ese es un policía”. Ahora, por si fuera poco, tratan de destruir el maravillo cuerpo de la Guardia Civil. Y siguen las equivocaciones.
Pero en mi humilde opinión se pagó un precio muy alto: la creación de las ‘17 autonomías españolas’, cuyos presidentes actuales los considero como ‘Virreyes de la Nueva España’: la democracia tenía un precio. Sé que para aceptar nuestra incipiente democracia nacida en 1978, y todos lo sabemos, hubo que aceptar el establecimiento de 17 autonomías y dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla), las cuales han resultado ser, económicamente hablando, nefastas para España y sus ciudadanos. ¡Qué costosas nos están saliendo unas y otras! Y lo vuelvo a repetir: tenemos 17 virreyes en la Península Ibérica.
Muchísimas competencias de las que han gozado hasta ahora nuestras Comunidades Autónomas, y que no has sabido llevar a feliz puerto, deberían ser devueltas al Gobierno central: Sanidad, Enseñanza, Interior, Justicia…Uno se pregunta para qué sirven la diputaciones provinciales, los ‘defensores del pueblo’, las televisiones autonómicas y las policía autonómicas: todos sabemos que, en España, tenemos unas maravillosas Fuerzas de Seguridad del Estado: la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Aquí de lo que se trata es de duplicar funciones y sueldos, que nos han llevado a la debacle económica actual.
Se trata, principalmente de la unidad de España -de sus autonomías lo que está en juego–, pero tanto el presidente del Ejecutivo, señor Rajoy, como el jefe de la Oposición, Pedro Sánchez, no han entendido (porque no han querido) entender el mensaje de los españoles…que deseamos: a) paz –erradicando el terrorismo español, de una vez por todas–, que se consigue dialogando, aunque fuese con el mismo diablo sin llegar nunca a venderle alma, y b) coordinando esfuerzos en el Congreso de los Diputados para gobernar España, sin esos partidos nacionalistas exacerbados y excluyentes –que respeto: sus lenguas, sus costumbres, sus ideologías, sus sentimientos…–, pero que entienden a España rota en varias mitades… DIARIO Bahía de Cádiz