La estancada obra de la segunda pasarela peatonal sobre el río Guadalete, en El Puerto de Santa María, a la altura del muelle de San Ignacio, parece que se podrá retomar en unas semanas.
La UTE formada por DI2 Portuense, Avintia Proyectos y Construcciones y Canteras de Almargen se ha adjudicado la obra en su segunda licitación, poniendo así fin a una tramitación “nada sencilla” que permitirá reiniciar unos trabajos iniciados en septiembre de 2023, paralizados en varias ocasiones y finalmente abandonados al quebrar la primera empresa adjudicataria (la UTE Levantina Ingeniería y Construcción y Díez y Compañía).
Lo que resta de la actuación (casi en su totalidad) se debe ejecutar en ocho meses, por lo que salvo que surjan nuevos contratiempos, deberá estar lista para febrero o marzo de 2026.
La pasarela supondrá, en palabras del alcalde, Germán Beardo, “un paso decisivo para integrar El Puerto en su casco urbano, dejando atrás décadas de barreras físicas y urbanas”. Si inicialmente iba a costar casi 2,2 millones de euros, recurriendo a fondos europeos de la EDUSI (dinero ‘perdido’, ya que había que gastar y justificar antes de 2024), ahora el proyecto se eleva unos 500.000 euros, casi 2,7 millones financiados íntegramente por el Consistorio.
“SE INTEGRARÁ PAISAJÍSTICAMENTE EN EL ENTORNO”
La futura estructura, que se sumará a la otra pasarela peatonal existente para cruzar el Guadalete, la de Pepe el del Vapor (inaugurada hace una década, suponiendo entonces una inversión de 1,3 millones), conectará el llamado paseo fluvial con la margen izquierda del río (donde un promotor privado plantea desde hace tiempo una superficie comercial y hostelera), “fortaleciendo el tránsito y acceso tanto a ambos lados del río como al propio centro”.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz se detalla que el proyecto constructivo de la futura infraestructura ha sido redactado por la empresa Técnicas Gades: tendrá una longitud total de 98,6 metros, con un diseño de tres vanos que permite garantizar un gálibo vertical de 3,5 metros sobre el nivel de pleamar, asegurando así el paso de pequeñas embarcaciones. La anchura de la pasarela será de 6 metros, con 3 metros para peatones, 2 metros para carril bici y el resto destinado a elementos de protección como barandillas.

El diseño “ha sido cuidadosamente planteado para integrarse paisajísticamente en el entorno urbano y fluvial”, evitando elementos verticales que rompan la horizontalidad del paisaje. La pendiente longitudinal no superará el 6%, cumpliendo con la normativa de accesibilidad universal.
El tablero se construirá mediante una estructura mixta que combina hormigón pretensado en los vanos laterales con una sección metálica mixta en el vano central, optimizando así tanto la estética como la resistencia estructural. La iluminación se resolverá mediante luminarias integradas en el pasamanos, evitando postes visibles y reforzando la integración urbana del conjunto.