Al comité de empresa de Itelymp, encargada de la limpieza en los cuatro campus de la Universidad de Cádiz, no le ha sentado nada bien el escrito interno trasladado a la comunidad universitaria por el rector Casimiro Mantell, en el que ofrece su versión sobre el conflicto laboral (la plantilla lleva más de dos meses movilizada peleando por la dignificación de sus precarias condiciones) y aclara diversos aspectos del nuevo pliego que presentará “en los próximos días”, tras rehacerlo (tras tumbarlo la Justicia) sin contar con los sindicatos.
“El personal de limpieza ha demostrado durante años su compromiso, profesionalidad y entrega. No vamos a permitir que se utilice la información de forma sesgada para blanquear recortes o decisiones que han perjudicado directamente a la plantilla”, remarca el comité en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz; que advierte a la UCA de que “seguiremos esta lucha hasta las últimas consecuencias, porque ha llegado la hora definitiva para que se nos reconozca nuestra labor esencial en la Universidad”.
Por un lado, respondiendo al rector, a CCOO le resulta insultante que “intente vender como avances laborales lo que en realidad son derechos consolidados o condiciones que ya existían mucho antes del acuerdo de 2022”, como la jornada reducida de 30 horas semanales en verano o las horas extraordinarias abonadas al doble. Lo que Casimiro Mantell presenta en su carta como una muestra de sensibilidad laboral, “en la práctica ha supuesto más carga de trabajo, menos personal y un deterioro evidente de las condiciones del servicio”, se apostilla.
Además, el comité aclara que ese acuerdo de 2022 “se firmó en un contexto de enorme presión y sin margen real de negociación, con la amenaza constante de pérdida de empleo”.
“Consideramos inaceptable que la UCA pretenda presentar como mejoras derechos y condiciones que llevamos disfrutando desde hace más de dos décadas, y que además fueron recortados tras ese acuerdo firmado en 2022 bajo una fuerte presión”, reiteran desde CCOO; que precisa en cuanto a la jornada de 35 horas semanales, que “efectivamente se firma en 2022, pero fue una medida de compensación tras la eliminación de más de 10.000 horas de trabajo anuales y la supresión de cuatro puestos de trabajo. Fue un intercambio forzado que supuso pérdidas reales para la plantilla y una sobrecarga de trabajo”.
En este punto, este sindicato exige a la Universidad de Cádiz “rigor, transparencia y respeto hacia los trabajadores de la limpieza, y que deje de manipular la información para justificar sus decisiones ante la opinión pública”.
“NI UN CÉNTIMO PARA DIGNIFICAR LOS SALARIOS”
De la misma manera, también como parte del comité de empresa, Autonomía Obrera ha salido a la palestra para “aclarar y desmentir las numerosas falsedades” contenidas por un escrito del rector que “busca deliberadamente soliviantar, confundir y manipular a la comunidad universitaria en contra del colectivo de limpieza, distorsionando la realidad de los hechos y ocultando las verdaderas causas del conflicto”.
Desde AO se subraya como “especialmente relevante” el dato de que la empresa Itelymp ha sido adjudicataria de este servicio privatizado durante los últimos 30 años, “siempre con el beneplácito del mismo responsable técnico de la UCA, quien además ha avalado con su falta de fiscalización, la destrucción de más de 35.000 horas del pliego actual, pese a que existía un compromiso contractual obligatorio de mantenimiento de los puestos de trabajo”.
Entre otros puntos, este sindicato pone el foco en que el incremento económico del nuevo pliego respecto al vigente “va destinado al margen de beneficio de la adjudicataria y a realizar las sustituciones que por obligación siempre se deberían haber realizado”.
“¿Ni un céntimo para dignificar los salarios?, pues sí, ni un céntimo, porque según el despistado rector, la Universidad no puede inmiscuirse en las negociaciones entre empresa y comité de empresa para negociar esa revisión salarial de 200 euros mensuales. Pero no hay que ser muy avispado para saber que si no dotas el pliego con el importe suficiente para que se negocie entre patronal y parte social, pues hay poco que negociar”, se evidencia.
Por otro lado, se le afea a Mantell que trate de hacer creer a la comunidad universitaria que cualquier mejora en las condiciones del colectivo de limpieza “supondría un perjuicio directo para el resto de servicios universitarios”. Una afirmación “profundamente injusta, que oculta una estrategia contable deliberada y que contribuye a enfrentar colectivos en lugar de garantizar una gestión equitativa, transparente y ajustada a la legalidad”.
“Esperamos haber sabido explicar la situación de maltrato que lleva padeciendo durante años el colectivo de limpieza de la UCA, donde la poca transparencia y la falta de fiscalización del servicio han provocado un deterioro que las compañeras han decidido no soportar más”, remarcan desde Autonomía Obrera.
 
                                 
			 
                                 
			 
					
 
                                














 
								