Con más intriga, incertidumbre y confusión, imposible, el domingo llegaba a su fin sin desconvocarse la huelga indefinida en el sector del metal de la provincia de Cádiz, anunciada a partir de la medianoche de este lunes 23 de junio. Situación que mantiene en vilo a muchos vecinos principalmente en la Bahía de Cádiz y en el Campo de Gibraltar.
En la tarde-noche de este domingo, algunas fuentes aseguraban que UGT y CCOO y la patronal habrían alcanzado al fin un preacuerdo tras horas y horas sentados en la mesa, bajo la mediación del Sercla (Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales) de Jerez, donde desde el viernes se retomaban las negociaciones sobre el nuevo convenio colectivo.
Sin embargo, otras fuentes desmentían ese acuerdo total, incluso apuntando a discrepancias entre los sindicatos. Y más allá de las doce de la noche, con posturas ya muy cercanas, seguía ultimándose un borrador con los representantes de Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Cádiz (Femca). Hasta que antes de la 01.00 horas, la Femca y UGT (mayoritario en el sector) se daban la mano y CCOO terminaba desmarcándose.
Este acercamiento sin consenso sindical deberá ahora ser sometido a validación interna: primero, por los delegados de ambos sindicatos (al menos por el firmante, UGT), y acto seguido, por las plantillas de cada empresa auxiliar, mediante asambleas. Hasta su ratificación formal, aunque la huelga indefinida está ahora mismo desconvocada, el sector sigue amenazado por el paro.
De hecho, CGT tiene convocada también de forma paralela huelga indefinida; mientras sindicatos alternativos como la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) la apoyan de forma crítica, insistiendo en que lo primordial es que el convenio que salga se cumpla, y que por supuesto lo puedan votar antes de firmarse las propias plantillas afectadas.
NEGOCIACIÓN “AGOTADORA”
Tras un año negociando este nuevo convenio sin terminar de cerrarlo, y dos jornadas de paros para meter presión a la patronal (la del miércoles más caldeada en las calles que la del jueves), el viernes la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Cádiz (Femca) y los dos sindicatos mayoritarios volvieron a retomar el diálogo, trasladando sus cara a cara bajo la mediación del Sercla de Jerez, con la decidida intención de lograr desconvocar las movilizaciones.
“Echaremos el tiempo que tengamos que echar, pero de aquí tenemos que salir con un acuerdo porque así nos lo han transmitido nuestros trabajadores”, apuntaban desde UGT el mismo viernes, mientras CCOO aseguraba en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz llegar a este punto “con la mejor predisposición para llegar a acuerdo, expectante pero con las ideas claras”.
La jornada de “casi 24 horas” de negociación del viernes día 20 acabó con cierto “acercamiento” de las posiciones. Debido al “agotamiento”, se apostó por descansar el sábado y volver a la mesa este domingo. Y sobre las 21 horas, con apenas tres horas por delante para el inicio efectivo de la huelga indefinida, los sindicatos informaban de un receso en espera de que la patronal contestara sobre su última propuesta.
Ya al borde de la medianoche, entre informaciones confusas se daba por hecho el preacuerdo, pero nadie terminaba de confirmarlo. Y entrados ya en la madrugada del lunes, se pasaba al sí de UGT al último borrador de los representantes de la industria auxiliar, y al no de CCOO, minoritario por poco en esta negociación sectorial.
Ir a la huelga indefinida implica en la provincia a unos 27.000 trabajadores y más de 3.000 empresas (afectando de forma notable a tractoras como Dragados Offshore, Navantia y Airbus, en la Bahía, que dependen en gran medida de personal de la industria auxiliar).
La última vez que el metal gaditano apostó por ir al paro total fue a finales de 2021, también luchando por un convenio digno. Conflicto con eco a nivel nacional que se alargó durante más de diez jornadas, visibilizado con movilizaciones y protestas en las calles, altercados y represión policial desmedida.

POSTURAS PREVIAS SOBRE LA MESA
Durante los últimos días, la Femca ha defendido que es la única parte que ha demostrado una “voluntad real” de acercamiento, lamentando “profundamente” una huelga en el sector “totalmente injustificada, a la luz de nuestra propuesta, con todas las condiciones necesarias para alcanzar un acuerdo”; incidiendo en el punto de los incrementos salariales “garantizados por encima del IPc”, con una subida del 3% en 2024 (con pago de atrasos) y del 2,8% en 2025.
Al tiempo, ha sostenido que “la cuenta de resultados de muchas compañías está al límite. Hemos hecho compatible el esfuerzo con la sostenibilidad, pero no podemos ir más allá sin poner en riesgo la supervivencia de las empresas. Y si las empresas no son viables, el empleo también está en juego”.
Por su lado, UGT y CCOO han repetido que buscaban un convenio “justo y social”. Entienden “imprescindible” alcanzar acuerdos en los siguientes puntos fundamentales: la revalorización salarial conforme al IPC “desde el 1 de enero de 2024”; la mejora de la regulación de bajas médicas “garantizando condiciones más justas”; la regulación equitativa para el personal fijo discontinuo, “asegurando estabilidad laboral”; y la eliminación definitiva de la brecha salarial “para lograr igualdad en las condiciones de todos los empleados”.
Uno de los principales escollos, sobre todo para Comisiones, era la incorporación de una nueva modalidad de contrato para personas sin experiencia laboral en el sector, que en la propuesta de la patronal cobrarían menos de lo estipulado en el convenio del metal actual: “una línea roja”.
En paralelo, desde la Coordinadora de Trabajadores del Metal, al tiempo que ha pedido unidad, apoyo y acción frente a la precariedad laboral y la represión, se ha aprovechado para repetir que la lucha no debe ser solamente por la firma de un convenio justo, “sino, principalmente, por las garantías y vigilancia de su cumplimiento, ya que las numerosísimas denuncias a Inspección de Trabajo en este sentido suelen caer en papel mojado y se sigue tolerando que la patronal y las distintas empresas conculquen los derechos laborales: las jornadas reducidas por alertas de temperaturas, la prohibición de horas extra, la puesta a punto de los EPI… que, sin ir más lejos, todos los días provocan accidentes y, demasiado a menudo, incluso muertes en los tajos”.
PRESIONES EXTERNAS
Entretanto, la naviera estadounidense Carnival se ha colado en el conflicto advirtiendo con cancelar su acuerdo con Navantia para la reparación en el astillero de Cádiz de hasta 11 cruceros de aquí a 2027, de prolongarse la huelga entre las contratas.
Y el Ayuntamiento de la capital, a su vez, ha hecho público un balance de daños de los altercados y enfrentamientos policiales vividos en la ciudad el pasado miércoles: unos 58.000 euros en total (casi 25.500 euros para reponer contenedores y papeleras quemadas, y casi 33.000 euros para 15 actuaciones de reparación del asfalto).
El propio alcalde Bruno García, más allá de rogar a las partes ese acuerdo, dejaba caer tras verse unos minutos con manifestantes que “es primordial que las protestas no se traduzcan en destrozos ni perjudiquen al resto de ciudadanos”. Habrá que ver si su alegato tiene efecto, en el caso de no abortarse la convocatoria de huelga, entre quienes salgan a las calles a seguir presionando a la Femca.