El buque escuela de la Armada del Uruguay, el Capitán Miranda, hace escala hasta el domingo 25 de mayo en el Puerto de Cádiz, en el contexto de su trigésimo quinto viaje de instrucción.
Reafirma así una vez más “los históricos lazos que unen a Uruguay con la Bahía gaditana”; de hecho este barco se construyó en Puerto Real y se ha reformado en un par de ocasiones tanto en los astilleros de Cádiz como de San Fernando.
Procedente de Gran Canaria, hizo escala en Cádiz en la jornada del jueves para permanecer en la capital gaditana. El domingo zarpará rumbo a Livorno (Italia), consolidando su rol como embajador itinerante de la República Oriental del Uruguay “y punto de encuentro entre culturas”. En el actual crucero de instrucción está recorriendo una decena de países y 17 puertos.
Durante esta escala en Cádiz, como en 2024, el emblemático velero lleva a cabo jornadas de puertas abiertas, como la de este sábado de 10 a 12 horas. Además, a lo largo del viernes representantes del Capitán Miranda han saludado al alcalde Bruno García; la subdelegada del Gobierno de España en Cádiz, Blanca Flores; y la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez.
Para el Consulado de Uruguay en Cádiz, esta visita no solo refuerza los vínculos históricos y culturales con la ciudad, sino que también representa una oportunidad para estrechar la colaboración con instituciones y acercar a la ciudadanía gaditana a “una expresión viva de la tradición naval latinoamericana”, se subraya en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
A bordo viajan 80 tripulantes, incluidos 20 guardiamarinas en formación, 13 oficiales de la Plana Mayor y 40 subalternos. También participan siete invitados de Uruguay, Argentina y Brasil, así como otros dos provenientes de España y Reino Unido.
Al mando del buque se encuentra, desde hace apenas unos meses, el capitán de navío Andrés Debali, oficial con una sólida trayectoria en operaciones internacionales y formación académica en Ciencias Navales y Dirección de Empresas.
UN POCO DE HISTORIA
La goleta de tres palos (con una eslora de 60,45 metros y 8 de manga) fue construida en los astilleros de Matagorda, en Puerto Real, en 1930. En sus comienzos, sirvió como buque oceanográfico para cartografiar las costas de Uruguay.
En 1977 fue objeto de una gran reforma, en el dique de Cádiz, en la que fue transformado en el velero-escuela actual, dotado de tres mástiles. Y en junio de 1993, tras la histórica Gran Regata Colón 92 (tan recordada igualmente en Cádiz), ingresó muy deteriorado en el astillero de la entonces Empresa Nacional Bazán, en San Fernando, actualmente Navantia, donde fue de nuevo objeto de una profunda restauración y modernización.
Este buque de vela de la Armada uruguaya lleva el nombre de Francisco Miranda, eminente marino uruguayo, hidrógrafo, historiador, profesor, conferenciante, escritor e investigador sobre temas del mar. Descendiente de españoles, su apellido está unido a la ilustre estirpe de marinos, tanto en España, como en la generación uruguaya.