Teniendo en cuenta que la Diputación de Cádiz confía en iniciar a lo largo de septiembre unas esperadas obras de consolidación y rehabilitación en el edificio de Valcárcel, en la capital gaditana, el Ayuntamiento ha iniciado reuniones con Apeca, la entidad social que explota el aparcamiento al aire libre en el entorno de este Bien de Interés Cultural (BIC) frente a la playa de La Caleta.
Al respecto, el Gobierno local del PP está estudiando alternativas tanto para las personas abonadas de este parking como para los trabajadores de la empresa que lo explota desde hace años, y que debe condicionar su actividad ante estos trabajos que, a medio plazo, convertirán Valcárcel en sede universitaria tras años de abandono y de ruido partidista (después de un fallido proyecto hotelero, e incluso meses de ocupación social).
En un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz se remarca que se está avanzando en una solución “para cerrarla en unos días y poder presentársela a Apeca”. Se busca que “estas obras que son tan demandadas por la ciudadanía desde hace años, tengan la menor repercusión posible a los abonados y a los propios empleados de la entidad”.
El Ejecutivo municipal, con el alcalde Bruno García al frente, mantiene que no hay ninguna decisión tomada al respecto, al tiempo que admite que en este tema están implicadas varias delegaciones “para poder encontrar una alternativa que sea la mejor para los usuarios, la asociación y, por supuesto, para que también se pueda llevar a cabo una obra fundamental para la ciudad y el propio barrio de La Viña”.
UN PROYECTO REBAJADO, DE HASTA 20 MILLONES
Hace apenas unas semanas la Diputación formalizó el último trámite que permitirá comenzar en septiembre las obras para revertir el deterioro de Valcárcel, encargadas directamente a la empresa pública Tragsa por más de 5,8 millones de euros, un dinero que aportarán (entre 2025 y 2026) la propia institución provincial y la Junta de Andalucía.
El reformulado y menguado proyecto para rescatar Valcárcel, después de que la Junta ya del PP pusiera todo los palos posibles a la iniciativa heredada (rehabilitar el histórico edificio para el regreso a la ciudad desde Puerto Real de Ciencias de la Educación, y de miles de estudiantes), rondaría los 20 millones de euros: apenas 3 millones corresponden a la administración autonómica (reflejados en sus cuentas de 2025), y otros 3 millones a la Diputación (titular del edificio otra vez, tras su reversión a principios de 2025).
Además, un mínimo de 5 millones los asume el Ayuntamiento para la reurbanización del entorno, incluyendo una nueva plaza pública para el barrio (dinero comprometido desde el anterior mandato con José María González ‘Kichi’ en la Alcaldía, y que ahora están supeditados a la controvertida venta del Campo de las Balas); y hasta 10 millones los deberá aportar la UCA en los próximos años para la adecuación de los espacios a uso universitario.
Se quiere que a partir de septiembre de 2028, si no hay nuevos giros de guion, acoja el nuevo Grado de Farmacia de la UCA, con mucho menos trasiego de alumnado que lo pretendido originalmente.
DETALLES DE LA REHABILITACIÓN
En el documento en el que se formaliza el encargo a Tragsa se reconoce el carácter de urgencia de las obras, teniendo en cuenta el “abandono” del edificio y la consecuente probabilidad de que la falta de un constante y adecuado mantenimiento haya provocado un “deterioro significativo” del inmueble.
El conjunto de las obras está enfocado a la consolidación de la envolvente de Valcárcel. Se incluyen intervenciones de carácter estructural, como la sustitución de los forjados de cubierta y de las diferentes plantas que presentan mayor grado de afección estructural, así como la demolición de los edificios anexos en la fachada este del inmueble; actuaciones de consolidación y restauración de fachadas exteriores e interiores; trabajos de impermeabilización y saneamiento de cubiertas, y la instalación de un sistema de iluminación monumental con el objetivo de destacar el valor arquitectónico del edificio.
Las actuaciones se realizarán tanto en la parte correspondiente al edificio histórico (terminado en 1763 por Torcuato Cayón para funcionar como hospicio para niños necesitados y huérfanos) como en la estructura del edificio construido en los años 60 del siglo pasado.
Además de la ejecución de estas tareas, con un plazo de 12 meses, la Diputación ha encomendado también a Tragsa la dirección y coordinación de seguridad y salud de la obra.
Salvo contratiempos, esta consolidación/rehabilitación estará lista en otoño de 2026, y a partir de entonces sería la UCA la encargada de transformar un Valcárcel ya habitable en facultad.