Un Juzgado de Cádiz ha condenado a un árbitro de fútbol y un taxista por un delito de intrusismo al ejercer de dentistas. En el fallo también aparece como cooperador necesario un dentista titulado y colegiado.
Los dos intrusos y el dentista que cooperaba se enfrentan una pena de ocho meses de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, al pago de las costas procesales; y a indemnizar conjunta y solidariamente a la paciente tratada con más de 9.000 euros por los perjuicios causados.
Según consta en la sentencia del Juzgado de lo Penal número 3 de Cádiz, estas dos personas (que anteriormente ejercían de árbitro y de taxista) “eran dueños y regentaban a fecha de los hechos una clínica dental en Cádiz, pese a no ostentar ninguno de ellos el título de dentista” y “mantienen una conversación telefónica con un dentista, en la que, siendo éste consciente de que los dueños de la clínica no tenían la titulación, les da indicaciones para que retiren la parte inferior del aparato (de ortodoncia)”.
En cuanto al dentista implicado, según reza también en los hechos probados, “encomendaba a los otros dos acusados siendo consciente de que carecían de la titulación requerida y dándoles la necesaria cobertura para que pudieran seguir ejerciendo pese a carecer de título habilitante”. Además, se destaca que “sin su colaboración el delito no hubiera podido cometerse”.
En este caso, la juez aumenta la pena porque aprecia que concurren de forma simultánea las dos agravantes del delito de intrusismo: por un lado, la atribución pública mediante el uso de bata blanca; y por otro, cometer el delito en una clínica dental.
OJO CON LOS FALSOS DENTISTAS
“Cualquier individuo que trabaje directamente sobre la boca del paciente realizando actos propios de la profesión de dentista, como es la colocación, revisión y retirada de aparatología de ortodoncia, está cometiendo un delito de intrusismo profesional, tipificado en el artículo 403 del Código Penal”, remarca al respecto Ángel Carrero, el presidente del Colegio Oficial de Dentistas de Cádiz, entidad que ostentaba la acusación particular en este caso, según se expone en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
De igual modo, Carrero recuerda que “la población debe tener claro en todo momento que el único profesional capacitado para diagnosticar, tratar o prescribir cualquier tratamiento relativo a la cavidad oral es el dentista”, por lo que cuando acudan a una clínica dental deben asegurarse de que la persona que les realiza tratamientos, “aun vistiendo bata o pijama”, es un dentista.
Al respecto, el Colegio de Dentistas de Cádiz facilita a sus colegiados una tarjeta identificativa “para que puedan ser reconocidos con facilidad por la población”.