Con el único voto a favor del PSOE, el último pleno de 2025 ha dado luz verde definitiva a la demorada ordenanza que regula la implantación de la ZBE en la ciudad. Una normativa exigida por ley estatal que fija limitaciones progresivas al tráfico de los vehículos más antiguos en el entorno de la calle Real y que abre la mano a los residentes.
Con el rechazo en bloque de toda la oposición en San Fernando (PP, Vox y AxSí), y tras la desestimación de todas sus alegaciones, la mayoría absoluta del PSOE en el Gobierno local, en el último pleno ordinario de 2025, ha aprobado de forma definitiva la ordenanza que regula la demorada implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
Tal como exige la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, los municipios de más de 50.000 habitantes deben delimitar estas ZBE, áreas donde se aplican restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos para mejorar la calidad del aire.
En el caso de La Isla, esta regulación que empezó a tramitarse tarde como en la mayoría de ayuntamientos españoles y bajo amenaza de perder subvenciones europeas, no supone objetivamente ninguna revolución, aunque escuchando el relato complaciente y triunfante del Gobierno de Cavada y el derrotista de la oposición, lo pareciera.
De hecho, abarca principalmente el entorno de la calle Real ya peatonalizada desde hace unos años gracias al tranvía metropolitano. La ordenanza limitará progresiva y parcialmente, en determinadas horas, el acceso a este entorno céntrico a los coches más antiguos y contaminantes, excluyendo de las multas a los residentes. Se calcula que afecta a la mitad del parque móvil de la localidad, unos 30.000 vehículos.
Desde el Gobierno local socialista, se sostiene que “no habrá una transformación urbanística, porque ya está ejecutada, es un paso más en nuestra estrategia que ha convertido calles antes ocupadas por los coches en espacios para las personas, la convivencia y el comercio local”.
“Seguimos avanzando en un modelo de ciudad amable -defendió en el pleno el concejal de Planificación y Gestión Urbana, José Luis Cordero-. Una ciudad pensada para las personas, la economía, los eventos, el ocio y el disfrute. Pero que también sea una zona sostenible, con la mejor calidad del aire posible”.
SIN PARTICIPACIÓN Y MUCHAS DUDAS
Frente a la San Fernando idílica que trata de proyectar al exterior el Ejecutivo de Cavada, la oposición ha coincidido en votar en contra de esta ZBE, y en recalcar la falta de participación alrededor del proceso.
Para el PP, la ordenanza cocinada por el PSOE plantea “un alto grado de incertidumbre y dudas” a la ciudadanía y a comerciantes y hosteleros: “perjudica de manera innecesaria, pese a que la normativa no obliga a imponer restricciones tan drásticas ni a diseñarlas sin participación real”.
Mientras, para Vox, siguiendo el argumentario estándar de la franquicia ultraderechista, “es un ejemplo más de unas políticas estúpidas, que sólo buscan limitar la libertad e imponer restricciones. Solo nos quieren para pagar y callar. Desde la izquierda se están queriendo imponer cuestiones ideológicas carentes de un mínimo sentido común”.
Y para AxSí, es una ordenanza que “restringe y sanciona, pero no cambia la movilidad”. “Es una ordenanza que incumple la ley de forma flagrante. No se integra en un plan de movilidad urbana sostenible, se impone sin participación ni debate, carece de estudio socioeconómico y las medidas de compensación. Además, no viene acompañada del refuerzo del transporte público urbano”, han lamentado los andalucistas.
¿PERO QUÉ IMPONE LA ZBE ISLEÑA?
Esta Zona de Bajas Emisiones formal en San Fernando abarca principalmente el entorno de Real: el centro urbano y las áreas incluidas en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico (Peprich).
Estas zonas estarán destinadas prioritariamente al uso por parte de residentes, mientras que el resto de vehículos circulará por las vías básicas perimetrales (y los tres ejes transversales clave: Ronda del Estero, León Herrero y Pery Junquera). En la teoría, la ordenanza fomenta que quienes deseen acceder al centro lo hagan a pie, dejando el coche en aparcamientos exteriores.
En concreto, la ZBE abarca: la plaza del Castillo y las calles Escaño, Colón, Constructora Naval, González Hontoria, Rosario, 24 de Septiembre 1810, Cayetano del Toro, Hermanos Laulhé, Arenal, Sánchez Cerquero, Calderón de la Barca, San Marcos, Cecilio Pujazón, Colegio Naval Sacramento, Marismas, Arnesto, Benjamín López, San Juan de la Cruz, Santo Entierro, Batallones de Marina, Lauría, Olivarillo, San Bruno, Lezo, Veracruz, Doctor Celier, Lanuza, Bravo, Peces Casas, Pérez Galdós, Jardinillo y Nicola.
Este espacio céntrico se reserva únicamente a vehículos con la máxima eficiencia ecológica. La afección más considerable en las restricciones será para los turismos de gasolina con más de 24 años de antigüedad (anteriores a 2001) y diésel con más de 19 años (anteriores a 2006).
Las restricciones, una vez que entren en vigor, se implantarán en dos fases. Durante la primera, correspondiente al primer año, se establecerá un régimen transitorio que permita la adaptación progresiva. Únicamente habrá limitaciones por la tarde, noche y madrugada (entre las 20.00 horas y las 8.00 horas): en este intervalo, tanto autobuses, vehículos de mercancías y taxis, como el resto de coches, únicamente podrán circular si cuentan con distintivo ambiental 0 emisiones, ECO o C, quedando prohibido el acceso a aquellos con distintivo B o sin distintivo.
Ya a partir del segundo año, en la segunda fase y hasta la revisión de la ZBE, se endurecerán los horarios de restricción, comenzando a partir de las 15 horas. Mientras por la mañana podrá seguir contaminando libremente todo tipo de vehículo en este ámbito.
Además, residentes empadronados en la zona están excluidos de cumplir con las limitaciones. Y para quienes incumplan, se barajan multas de hasta 200 euros.













