El Juan Sebastián de Elcano, emblemático buque escuela de la Armada española, que ya piensa en el centenario de su botadura en 2027, ha abandonado esta semana el astillero de Navantia San Fernando, donde se ha sometido a su varada anual, para comenzar sus pruebas de mar previas a un nuevo crucero de instrucción que comenzará como es habitual en enero desde el Puerto de Cádiz.
El pasado domingo día 14, coincidiendo con la jornada de puertas abiertas que se celebraba en la antigua Bazán, el bergantín-goleta dejó el dique 4, donde se han ejecutado estas actuaciones. De hecho, esta maniobra fue uno de los mayores puntos de expectación de los congregados en la factoría.
Como tras cada periplo anual, la unidad de negocio de Reparaciones de Navantia en Bahía de Cádiz se ha encargado de poner a punto las principales estructuras del Elcano, que tiene su base en el Arsenal de La Carraca. En los últimos años se han acometido diferentes obras singulares de modernización y mantenimiento pensando en su futuro.
En esta ocasión, entre otras actuaciones, se ha llevado a cabo la renovación de jarcias; la puesta a punto de los palos (llamados mayor proel y mayor popel); la renovación completa de la planta de aire acondicionado, de la planta de tratamiento de aguas residuales y del tranvía de mayor popel; o la reestructuración de los camarotes de suboficiales en proa, se detalla en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
CIEN AÑOS DE LA PUESTA DE QUILLA
Aunque la botadura del Elcano fue en marzo de 1927 (y entró en servicio en 1928), Navantia ha querido recordar el centenario de otro hito en la construcción del buque escuela: fue el 24 de noviembre de 1925 cuando se procedió a la puesta de quilla del navío, en la grada número 2 del antiguo Astillero de Echevarrieta, en Cádiz.
En la década de 1920, la Armada, que entonces contaba con el veterano buque escuela Galatea, planeó inicialmente transformar el velero Minerva para reemplazarlo. Sin embargo, el mal estado del casco y de la jarcia hizo inviable su reforma, y se optó por construir un nuevo buque. El contrato se firmó en junio de 1925, con planos elaborados por Camper and Nicholson, y la orden de construcción fue publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la época el 17 de abril.
Durante la ceremonia de colocación de la quilla, Horacio Echevarrieta (empresario dueño entonces del astillero gaditano) propuso al militar Miguel Primo de Rivera (tras un golpe de Estado en 1923, gobernó como dictador con la complicidad de Alfonso XIII hasta 1930), cambiar el nombre de Minerva por el de Juan Sebastián de Elcano, en honor al navegante que completó la primera circunnavegación del planeta. La propuesta fue aprobada por el rey y ratificada por el Consejo de Ministros.
La botadura se realizó el 5 de marzo de 1927, coincidiendo con el Carnaval de Cádiz, en una ceremonia presidida por autoridades civiles y militares. El buque fue entregado oficialmente a la Armada el 30 de julio de 1928, tras superar su primer año de garantía.
Así, este buque (que funciona para la formación de los guardiamarinas y como embajador del Estado español) lleva casi cien años en la mar con cerca de dos millones de millas náuticas navegadas por todos los mares del mundo y con recaladas en más de 70 países diferentes.















