La Base Naval de Rota llevó a cabo el pasado jueves día 8 un nuevo ejercicio-simulacro de vertido accidental de hidrocarburos a aguas de la Bahía de Cádiz, que se programa con carácter anual. Y es que además de ser un objetivo militar preocupante para toda la comarca, esta instalación supone también una potencial amenaza medioambiental.
Dicha actividad está contemplada dentro del programa de actividades conjuntas entre la US Navy y la Armada española y ha vuelto a contar con la participación de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, la Capitanía Marítima de Cádiz y Salvamento Marítimo, y por primera vez, de la Unidad Militar de Emergencias (UME), de acuerdo a lo establecido en el Sistema Nacional de Respuesta ante la contaminación marina.
Año a año destaca la escalabilidad del simulacro, al que el Plan Interior Marítimo de la Base, oficializado el pasado año, ha dado un impulso; un plan exigido por la legislación, se remarca en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
La situación simulada en esta ocasión se inició con una pérdida “moderada” de 50 galones de hidrocarburo (unos 190 litros) en uno de los muelles de la controvertida Base militar de uso conjunto, que es contenida inicialmente por los medios del ejército de EEUU y del español con que cuenta la propia instalación, lo cual constituye el nivel I de respuesta.
La Armada despliega en este momento a la sección de Medioambiente de la Base, que tiene como objetivo valorar cuál es el alcance del vertido e informar en todo momento de su peligrosidad a fin de activar los medios adecuados para la contención.
El simulacro evolucionó de forma que el vertido se volvía incontrolado con 5.000 galones de vertido (unos 19.000 litros), lo que obliga a la activación del Plan Interior Marítimo y del nivel II de respuesta con la constitución de un comité técnico asesor.
Como consecuencia de las medidas previstas en esta fase, una vez que el vertido sale de la instalación militar, se establece enlace y coordinación con la Autoridad Portuaria y se hace empleo de los medios públicos de Salvamento Marítimo “para evitar que la pérdida se extienda de forma masiva por las aguas y costas de la bahía”.
En cuanto a la intervención por primera vez de la UVE (en 2024 ya asistió de observador), ha desplegado a 35 de sus militares: una unidad de buceadores procedentes del II Batallón de Intervención de Emergencias (BIEM II) de Morón a fin de inspeccionar el origen de la avería que provoca el vertido, y la Compañía de Intervención Medioambiental y Descontaminación (CIMAD) que desplegó barreras para la contención, un área de descontaminación y retirada de fuel para depurar el agua del mar y realizar la defensa contra la contaminación de la costa afectada. Asimismo, otra de las aportaciones realizadas por la UME en el simulacro ha sido la descontaminación de avifauna afectada por el vertido.
“ESTOS EJERCICIOS PROMUEVEN EL ENTENDIMIENTO MUTUO”
El simulacro contó con la presencia de la directora general de Marina Mercante, Ana Núñez, y el comandante de las Actividades Navales de EEUU en España, Teague Suárez, supervisando desde el muelle.
“Realizar ejercicios conjuntos con autoridades civiles permite mejorar la coordinación entre instituciones en situaciones de emergencia, de catástrofes naturales o de amenazas a la seguridad interna. Estos ejercicios promueven un entendimiento mutuo de los procedimientos, de las capacidades y de las limitaciones de cada organismo, lo cual es esencial para una respuesta rápida y eficiente”, señala el capitán de fragata Manuel Posada, segundo ayudante mayor de la Base de Rota y director del ejercicio.
Por su parte, el sargento primero Jon Silva de la Marina de los EEUU ha hecho hincapié en que “unirnos a nuestros aliados de España en los simulacros de derrame de combustible es una gran exhibición de capacidades y unidad. Tenemos la oportunidad de ver cómo cada equipo trabaja mientras creamos un vínculo más fuerte y protegemos el medioambiente”.