Desde el Grupo Cristiano de Reflexión-Acción de la Bahía de Cádiz valoramos positivamente que por fin el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, sea sustituido al frente de la Diócesis. El escándalo mediático que se ha producido en todo el país debido a la investigación del Vaticano a la denuncia presentada contra él por un ex seminarista, acusándole de haber sido agredido sexualmente en los años 90 cuando Zornoza era sacerdote y rector del Seminario, ha acelerado los hechos.
Desde el año 2013 este grupo viene denunciando determinadas decisiones de su gestión como obispo por no considerarlas evangélicas. Una gestión que prioriza lo económico a lo social.
En ese mismo año le escribimos una carta planteándole que, tal como había ejecutado el obispo de Lleida, cediera parte del Seminario, casi vacío, a personas sin hogar o desahuciadas, no recibiendo ningún tipo de respuesta.
Por eso en 2016 difundimos una carta abierta con 140 firmas de apoyo en la que le planteábamos determinados problemas que afectan a los marginados y sufrientes de nuestra sociedad: inmigrantes, refugiados, sin techo… y lo acompañábamos de citas del Evangelio y del Papa Francisco muy preocupado siempre por los más vulnerables. Una de estas citas fue: “Los conventos vacíos no sirven a la Iglesia para transformarla en albergues y ganar dinero. Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados. El Señor llama a vivir con generosidad y coraje la acogida en los conventos vacíos”.
Tampoco recibimos respuesta a este escrito. Debido a ello, en 2019 Iniciativa Galilea, a la que todo nuestro grupo pertenece, envió una carta al Papa Francisco con un amplio dossier de prensa denunciando en cinco bloques los problemas de la mala gestión de Zornoza: el patrimonio diocesano al servicio de la rentabilidad económica, el enfrentamiento y la tensión constante con sacerdotes y comunidades religiosas, la falta de caridad y atención para con los pobres, los despidos de trabajadores de la Iglesia diocesana (uno de ellos miembro de nuestro Grupo) y la falta de respuesta del obispo y la jerarquía eclesial española.
En 2020, viendo que no recibíamos ningún tipo de respuesta -¿recibiría Francisco nuestra carta?-, decidimos emprender una nueva acción: enviar fotocopia de la carta enviada al Papa a la Secretaría de Estado del Vaticano, a la Congregación del Clero, a la Congregación de los obispos, al Nuncio y al presidente de la Conferencia Episcopal, acompañándola esta vez de cerca de 300 firmas, así como otro nuevo envío días más tarde con cerca de 100 firmas más.
la Diócesis ha estado paralizada en su funcionamiento participativo, ya que siempre actuaba de modo personal y autoritario, sin ese espíritu sinodal que la Iglesia tanto necesita
No recibimos respuesta a nuestras peticiones. Al Nuncio le escribimos en tres ocasiones y nunca recibimos un acuse de recibo. Entonces decidimos publicar una carta abierta al Nuncio que sí se dignó a contestar acusando recibo de todos nuestros envíos anteriores. Pero no hizo nada. Estuvo varias veces en Cádiz acompañando al obispo a determinados actos religiosos.
La Diócesis, durante el mandato de Zornoza, ha estado paralizada en su funcionamiento participativo, ya que siempre actuaba de modo personal y autoritario, sin ese espíritu sinodal que la Iglesia recomienda y que tanto necesita.
Lamentamos que se hiciera caso omiso a nuestras muy insistentes peticiones de que nos enviaran un obispo con el perfil que le pedíamos: “pueda venir un pastor con sensibilidad social, en solidaridad con las personas empobrecidas y en lucha contra la pobreza, espíritu de servicio y capacidad de diálogo con los sacerdotes y los cristianos y cristianas, las comunidades eclesiales de base y los movimientos sociales”. Tal como le precedieron los ejemplares obispos Añoveros, Dorado y Ceballos.
Creemos que es muy importante que para cumplir con este perfil de obispo que se necesita los responsables de la Iglesia se tomen el tiempo que sea necesario.
Ojalá el nuevo obispo responda a este perfil tan necesario para rehacer todo el gran daño que se ha producido en la Diócesis de Cádiz y Ceuta. DIARIO Bahía de Cádiz











