Cuando hace unos años desde el movimiento ecologista pedíamos un cambio en los modelos de generación energéticos, desde sectores políticos y económicos se nos tachaba de ilusos y se aseguraba la imposibilidad de sustituir un modelo basado en la quema de combustibles fósiles y en la energía nuclear por otro sustentado en las energías limpias y renovables.
Años después, las organizaciones ecologistas, basándonos en los datos obtenidos por la comunidad científica, comenzamos a dar la voz de alerta sobre el peligro del calentamiento global y de la consiguiente emergencia climática. De nuevo se nos acusó de ingenuos, alarmistas y desinformados.
Hoy, pocos años después, los mismos sectores que nos ridiculizaban invierten cantidades inmensas en macro explotaciones eólicas, fotovoltaicas o de producción de hidrogeno verde y en el caso de los políticos, venden públicamente las virtudes de estas futuras explotaciones o se hacen la foto en su inauguración.
Sin embargo, aunque las fuentes de generación son las que proponíamos no podemos decir lo mismo del modelo que nos han impuesto.
Ni en nuestras peores pesadillas imaginamos que las administraciones públicas no regularían el proceso, propiciando una especie de barra libre que permitiría a las grandes empresas y a los fondos de inversión pasar por encima de ciudadanos y pequeños agricultores, anteponiendo sus intereses económicos al beneficio colectivo. No vimos venir que no harían nada para regular la implantación de estas explotaciones salvaguardando los valores ambientales, patrimoniales, paisajísticos, las tierras agrícolas o la calidad de vida de los vecinos.
los mismos sectores que nos ridiculizaban invierten cantidades inmensas en macro explotaciones eólicas, fotovoltaicas o de producción de hidrogeno verde y en el caso de los políticos, venden las virtudes
El resultado es un nuevo tipo de colonialismo que propicia el hecho de que te puedan expropiar la tierra, destruir tus paisajes, modificar la naturaleza de tu zona o alterar tu calidad de vida. Y todo ello a cambio de algunos puestos de trabajo durante la construcción de las explotaciones y muy pocos durante la vida útil de estas.
Sin embargo, poco se ha avanzado en el fomento de la generación cercana a las zonas de consumo mediante la implantación de paneles fotovoltaicos en tejados de polígonos industriales, edificios públicos y privados o grandes zonas de aparcamientos.
Menos se ha hecho aún por el fomento de las comunidades energéticas que posibilitarían el autoconsumo, la independencia energética, el aumento de la riqueza local, la conservación del patrimonio y por tanto de la calidad de vida de los ciudadanos.
Por todo ello, desde Ecologistas en Acción-Jerez queremos aprovechar el día internacional del Medio Ambiente para pedir: una moratoria en la implantación de nuevos proyectos de energías renovables fuera de los núcleos urbanos; que las administraciones fomenten la creación de comunidades energéticas; que Ayuntamiento y Junta de Andalucía den ejemplo implantado paneles solares en los edificios públicos; y que desde el Consistorio jerezano se incentive y se agilicen los trámites para permitir la implantación de paneles fotovoltaicos. DIARIO Bahía de Cádiz