En estos días decisivos en los que miles de estudiantes gaditanos se enfrentan a la Prueba de Evaluación para el Acceso a la Universidad (PEvAU), conviene hacer una reflexión pública que, desde el Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Cádiz (COGITI Cádiz), consideramos urgente y necesaria: no todos los grados universitarios en el ámbito de la ingeniería industrial conducen a una profesión regulada. Y eso, aunque parezca una obviedad, sigue siendo una gran desconocida para muchas familias.
A lo largo de los últimos años, la oferta universitaria en España ha crecido de forma significativa, diversificándose en titulaciones que, bajo denominaciones muy similares, ofrecen recorridos académicos muy distintos. Hoy existen en nuestro país 296 títulos universitarios en el ámbito de la ingeniería industrial. Sin embargo, solo el 55,41% (164 grados) otorgan atribuciones profesionales, es decir, permiten ejercer legalmente como Ingeniero Técnico Industrial. El 44,59% restante (132 titulaciones) no lo hace.
Este hecho —lejos de ser anecdótico— puede condicionar seriamente el futuro laboral de un joven. ¿Cómo se siente un estudiante que, tras cuatro años de esfuerzo, descubre que su título no le permite firmar un proyecto, asumir una dirección técnica o emitir informes profesionales? Frustrado. Desorientado. Con sus expectativas reducidas. Y lo que es peor: con una sensación de haber sido mal informado.
La confusión se agrava cuando títulos con nombres prácticamente idénticos varían sus efectos legales según la universidad que los imparte. ¿Quién lo aclara? En la mayoría de los casos, nadie. Y es ahí donde los colegios profesionales tenemos el deber —ético y social— de intervenir.
¿cómo se siente un estudiante que, tras cuatro años de esfuerzo, descubre que su título no le permite firmar un proyecto, asumir una dirección técnica o emitir informes profesionales?
En COGITI Cádiz, hemos habilitado espacios de información en nuestra web para ayudar a los estudiantes y a sus familias a tomar decisiones bien fundamentadas. Asimismo, desde el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España, se ofrece una guía digital que permite verificar fácilmente qué títulos habilitan para el ejercicio de la profesión, además de otras variables relevantes como salidas profesionales, acceso a la función pública o niveles MECES y EQF.
La PEvAU no es solo un examen: es la antesala de una elección trascendental. Pedimos, por tanto, a los jóvenes que estos días se juegan su acceso a la universidad que se informen bien, que no se dejen guiar únicamente por el nombre del grado y que exijan claridad a las instituciones. Y pedimos también a las universidades transparencia, responsabilidad y compromiso con la orientación vocacional de sus futuros alumnos.
Elegir carrera es elegir destino. Que esa elección se haga con conocimiento, con rigor y con garantías es el primer paso hacia una ingeniería —y una sociedad— con futuro. DIARIO Bahía de Cádiz