Hay premios que nacen para transformar realidades y otros que sirven, básicamente, para hacerse la foto. El Premio Adela del Moral para el fomento de los valores de Igualdad en el Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz amenaza seriamente con pasar del primer grupo al segundo y convertirse en un solemne babuchaso y no por casualidad, sino por decisión política o más exactamente, por ese curioso concepto de la política que practica el alcalde Bruno: votar una cosa en el pleno y hacer después justo lo que le da la gana.
El pleno, con los votos a favor del Partido Popular, ojo, aprobó una iniciativa clara, con un espíritu concreto y un objetivo reconocible, pero al alcalde le ha bastado un leve giro de muñeca, que sería la envidia de cualquier bombista, para convertir el acuerdo en algo mucho más cómodo, más inofensivo y, sobre todo, más vacío de contenido.
En realidad, era justo de eso de lo que se trataba. Un ejercicio de trilerismo institucional que dice mucho de su talante democrático. Aunque, siendo sinceros, tampoco debería cogernos por sorpresa. La derecha siempre ha tenido una relación muy particular con la democracia: la respeta mucho, mucho, mucho… mientras no le estorbe, claro, y cuando eso pasa, la deja en preliminares.
Fomentar la igualdad de la mujer en el COAC no va de premiar una letra suelta, por muy bien cantada que esté. No va de escucharla y decir “vaya pasodoblón”. La igualdad no es una cuarteta brillante en mitad de un repertorio rancio. Es una actitud. Es una forma de estar y de ser. Es algo que debe atravesar a toda la agrupación o, mejor aún, a todo el Carnaval. Lo demás son forillos deslumbrantes para tapar pases somnolientos.
Reducir este premio a una letra concreta tiene un efecto perverso: permite que una agrupación que no promueve la igualdad en absoluto, ni en su composición ni en su discurso, pueda llevarse el galardón por un momento puntual de lucidez. Como si el machismo estructural se pudiera compensar con dos cuplés enchampelaos. Spoiler: no se puede. Ya lo he dicho.
Adela del Moral no merece un premio descafeinado, simbólico y reducido hasta la irrelevancia. Su nombre representa una lucha profunda, coherente y sostenida en el tiempo durante gran parte de su vida para lograr la plena inclusión de la mujer en el Carnaval
Esta redefinición del premio huele demasiado a lavado de cara feminista. Mucho nombre de calle, mucha placa, mucho Paseo de la Fama y mucho gesto simbólico, pero lo que es compromiso, cortito con sifón porque cuando la igualdad molesta, incomoda o exige cambios profundos, entonces se vuelve excesiva, ideológica o directamente prescindible y ahí es donde este Ayuntamiento se quita la careta. Ahí es donde este equipo de Gobierno se va de tono.
Si de verdad se creyera en la igualdad, se apostaría por la inclusión plena y normalizada de las mujeres en las agrupaciones. Plena y normalizada. Sin apellidos. Sin categorías implícitas, porque no debería haber “comparsas” y “comparsas femeninas”, como si las primeras fueran la norma y las segundas una rareza digna de mención. Eso no es visibilizar, eso se llama señalar.
Y por si quedaba alguna duda sobre el interés real del alcalde Bruno en este asunto, ahí está la eliminación de la dotación económica del premio. Nada define mejor lo que te importa la igualdad, como quitarle los recursos. Un premio sin dotación es como un aplauso a un cuarteto malo, queda muy bien, pero todos sabemos lo que significa. Y con el aplauso, como sabemos, no se cambian estructuras ni se corrigen desigualdades.
Adela del Moral no merece un premio descafeinado, simbólico y reducido hasta la irrelevancia. Su nombre representa una lucha profunda, coherente y sostenida en el tiempo durante gran parte de su vida para lograr la plena inclusión de la mujer en el Carnaval. Usarlo para maquillar decisiones políticas pobres no es solo una torpeza, es una falta de respeto a su recuerdo.
El Carnaval de Cádiz puede y debe ser un espacio de igualdad real, pero eso exige algo más que buenas palabras y peores decisiones. Exige convicción. Y de eso, por ahora, este Ayuntamiento va bastante cortito de repertorio. DIARIO Bahía de Cádiz













