Hace algo más de un año nacía Levantemos El Puerto. Con mucha ilusión, con la ciudadanía empujando causas justas: el agua como bien común, el derecho a la ciudad, la lucha contra proyectos perjudiciales para la ciudad como los parkings subterráneos, la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres, el trabajo digno para todos, El Puerto como ciudad integradora, la vivienda como derecho y no como privilegio, barrios vivos…
Todas ellas reivindicaciones levantadas desde los hombres y mujeres sencillos de El Puerto y con un elemento en común: la esperanza de un Puerto mejor y más justo para todos y todas. Para conseguirlo, decidimos llevar nuestra palabra también al Ayuntamiento, para abrirlo a todos los portuenses para que se aireara y pudiera ser verdaderamente su casa.
Colectivamente elaboramos un programa, elegimos a los candidatos mediante primarias abiertas y nos lanzamos a la calle a hacer campaña, sin los grandes recursos de otros, pero con el corazón, la voluntad y las ganas de cambio que a esos otros les faltaba. El esfuerzo fue recompensado por nuestros vecinos: 5277 votos y 4 concejales. Insuficientes para poder gobernar en solitario y aplicar íntegramente nuestro programa, pero con la legitimidad suficiente para sentarnos a conversar con otros y llegar a acuerdos que mejoraran la vida de los habitantes del Puerto. Eso se reflejó en la firma del «Pacto de gobierno progresista y social», la hoja de ruta para un gobierno de coalición que pronto cumplirá seis meses y que ha tenido que partir limpiando la basura que muchos años de mal gobierno habían dejado en El Puerto.
Desde el principio hemos comprobado que la gestión municipal no era fácil. Pero no tanto por nuestra inexperiencia (que tanto se esfuerzan en criticar los expertos en saquear lo público), sino por la herencia recibida y por las trabas que pone el gobierno del Estado para desarrollar una acción de gobierno transformadora.
La institución municipal, pese a ser la más cercana a los ciudadanos, es la más maltratada y está sometida a un constante acoso jurídico y financiero para limitar aún más sus competencias y su autonomía. El objetivo de estos ataques precisamente es quitarle al pueblo herramientas de defensa y de desarrollo y someterlo a lo que digan los poderes financieros.
El municipio debe ser la base de un nuevo modelo institucional, que parta desde las necesidades e intereses de la gente, que estimule el trabajo productivo, que garantice los derechos sociales y que sea el soporte institucional de una vida digna para todos.
Pero en las actuales circunstancias de vaciamiento de funciones y ataques por parte de los poderes del Estado, eso no es posible. Por eso, no nos da igual quién gane el 20 de diciembre.
Para desarrollar el municipalismo que queremos, para conseguir El Puerto que nos gustaría y deshacernos de los obstáculos que lo impiden, es necesario un nuevo gobierno en Madrid. Un gobierno que respete a Andalucía y los andaluces, que no nos condene al paro y la emigración, que no recorte los salarios ni la sanidad ni la educación, sino los privilegios de quienes se aprovechan de la crisis para acumular más y más a costa de la ciudadanía. Necesitamos echar a quienes están saqueando el país para tener mayores posibilidades para el desarrollo de proyectos municipalitas como el nuestro.
En estas elecciones, la alternativa se llama Podemos. DIARIO Bahía de Cádiz
ARTÍCULO DE: Levantemos El Puerto
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