Navantia, empresa pública propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) con tres astilleros en la Bahía de Cádiz, cerró las cuentas de 2024 con un incremento del 6,6% en su cifra de negocio consolidada, alcanzando los 1.528 millones de euros. Este crecimiento “consolida su posición” como referente en el sector naval, tecnológico y de las energías verdes, tanto en el ámbito nacional como internacional.
Sin embargo, el resultado neto del ejercicio ha sido una vez más negativo: 197 millones de euros en rojo, una cifra que “se explica, en parte, por el ajuste derivado de la revisión de costes pendientes hasta la finalización del programa S-80”; modificación que “no afecta a la viabilidad del programa ni al desempeño operativo de la compañía”, se precisa en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz. En 2023 las pérdidas rondaron los 121 millones.
Cifras insignificantes (las pérdidas) si se tiene en cuenta el impacto económico y social de la actividad de Navantia en el entorno de sus diferentes centros productivos en España. Números que se conocen en pleno conflicto del metal en Cádiz, que afecta de lleno a sus tres factorías de la Bahía, ultradependientes de la industria auxiliar colaboradora.
Por zonas geográficas, en la provincia gaditana esta empresa estatal ha contribuido a lo largo del pasado año con 523 millones de euros, lo que representa el 22,4% del PIB industrial de la zona; en A Coruña, con 688 millones, el 15% del PIB industrial; y en Murcia, con 300 millones, el 4,6% del PIB industrial. Además, en el mercado laboral de estos tres territorios con astilleros públicos, la actividad de Navantia aporta el 27,8% del empleo industrial en Cádiz, el 22,4% en A Coruña y el 6,3% en Murcia.
Igualmente, el impacto global de la actividad de Navantia sobre el mercado laboral es de 24.695 empleos directos, indirectos e inducidos, lo que representa el 1,13% de los puestos de trabajo de la industria española. Y su aportación al PIB nacional se eleva hasta los 1.511 millones de euros.
Además, la compañía (que sigue sin firmar un nuevo convenio colectivo) ha realizado más de 700 nuevas contrataciones a lo largo de 2024, de las cuales, el 59% son menores de 35 años, y el 25% mujeres. Hoy día la plantilla propia del grupo asciende hasta los 5.636 profesionales, entre sus centros productivos de la Bahía de Cádiz, Ría de Ferrol y Dársena de Cartagena, además de su sede central en Madrid y sus delegaciones internacionales.
CRECE LA CIFRA DE NEGOCIO
El aumento de la cifra de negocio durante el pasado ejercicio se vio impulsado por la ejecución de programas clave como el de las fragatas F-110, el del submarino S-80, las corbetas Avante 2200 para Arabia Saudí y los contratos de mantenimiento firmados con la Armada española y la US Navy, además del negocio de Reparaciones y Servicios de buques civiles y militares.
Por actividades, aquellas que generaron mayores ingresos fueron la construcción naval (584 millones de euros) y Reparaciones y Servicios (553 millones). La división de energías verdes, Navantia Seanergies (que tiene una de sus patas en Puerto Real), experimentó a su vez un fuerte crecimiento, alcanzando una cifra de negocio de 248 millones, un 70% más que en 2023.
El área de Reparaciones (con el astillero de Cádiz con gran referente) ejecutó en las tres zonas geográficas un total de 95 proyectos de varada o reparación de buques civiles, incluidos 11 LNGs, 18 cruceros y 15 megayates.
NOTABLE CARTERA DE PEDIDOS
Durante 2024, la empresa estatal obtuvo nuevos contratos por importe de 1.464 millones de euros. De ese modo, la cartera de pedidos acumulada asciende a 8.164 millones de euros, en niveles similares a los de 2023. Más de un 90%, corresponde a contratos del ámbito de la defensa, tanto nacionales como internacionales.
Por otro lado, casi un 90% del valor de los nuevos pedidos firmados tiene como destino la exportación. Y los encargos para clientes internacionales, tanto militares como civiles, representan cerca del 40% de la cartera de pedidos acumulada del grupo. Entre los contratos firmados en 2024 destaca un segundo grupo de tres corbetas para la Real Marina de Arabia Saudí (un régimen que no respeta los derechos humanos), que se ejecuta en el astillero de San Fernando, y el acuerdo marco con el Ministerio de Defensa español para el apoyo al ciclo de vida del S80.
Respecto a las compañías filiales, se ha registrado un aumento del 14% en la cifra de negocio de Navantia Australia, hasta alcanzar los 56 millones de euros. Navantia UK, por su parte, ha generado 81 millones y Navantia Arabia, casi 10 millones.
COMPROMISO CON LA INNOVACIÓN
Al mismo tiempo, Navantia asegura haber reforzado su “compromiso con la innovación”, destinando el 10% de sus ingresos a I+D+i. La compañía participa activamente en 17 proyectos europeos de defensa. Y continúa con la aplicación de su Plan de Transformación Digital, con avances significativos en gemelos digitales, automatización de procesos y sostenibilidad industrial.
En el ámbito medioambiental, además, ha invertido más de 3,3 millones de euros en mejoras sostenibles en sus centros productivos y ha reforzado su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
Por otro lado, ha afianzado también alianzas estratégicas con universidades y centros tecnológicos, y ha consolidado la red de centros de excelencia (Navantia COEX) para el desarrollo de soluciones avanzadas en sistemas y construcción navales, desarrollo de nuevos materiales, energías verdes, mantenimiento inteligente y servicios de sostenimiento integrados.
CON EL RETO DE SER “UNA EMPRESA SOSTENIBLE”
En este punto, la hoja de ruta de Navantia para los próximos años pasa por consolidarse como “una empresa sostenible en sus tres dimensiones: económica, social y ambiental”. Asimismo, busca mantenerse como referencia reconocida internacionalmente en sistemas navales militares, prestando servicio tanto a la Armada como a clientes de exportación, además de ser un suministrador fiable en productos y servicios de energías verdes.
Esta estrategia se apoya en un total de siete líneas de actuación: liderar en tecnologías navales; enfocarse en sus mercados estratégicos y en la colaboración europea; impulsar Navantia Seanergies; lograr la excelencia operativa mediante la transformación digital; invertir en I+D+i; asegurar las capacidades estratégicas y el talento necesarios; e integrar la sostenibilidad en la toma de decisiones de la compañía.
Para el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, “este rumbo nos consolida como un actor clave en la industria de defensa y en la transición energética”.
“El crecimiento del 6,6% en nuestra cifra de negocio, junto con una cartera de pedidos que supera los 8.100 millones de euros y un importante negocio internacional, refleja la confianza global en nuestras capacidades. Este impulso no solo fortalece nuestra proyección exterior, sino que genera un impacto directo en el empleo y en el PIB de las provincias donde nuestros astilleros actúan como motor industrial y tecnológico”, resume Domínguez.