Agentes de la Policía Nacional se vieron atacados en Jerez días atrás por un perro de gran tamaño, azuzado contra ellos por su dueño, que intentaba así impedir la detención. Los policías lograron evadir los envites y dentelladas del animal mientras el responsable se refugiaba en una vivienda cercana, hasta que depuso su actitud.
El suceso se produjo cuando los agentes realizaban una patrulla rutinaria por la zona conocida como de ‘las casitas bajas’, en la barriada Polígono San Benito, y observaron al individuo, contra el que tenían conocimiento que pesaba una orden de detención y personamiento, emitida por un Juzgado de lo Penal de la ciudad.
Cuando le dieron el alto para tratar de identificarlo, el varón emprendió la huida hasta un cercano domicilio, del que volvió a salir instantes después con un perro no pequeño “al que jaleaba con palabras como ‘atácalos, mátalos’, con el objetivo que atacara a los agentes”. Estos tuvieron que retroceder para no llegar a ser alcanzados por las fauces del animal, relata la misma Policía en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Finalmente, esta persona depuso su actitud y retuvo al perro antes de obligar a los agentes a repeler la agresión. Así, pudo ser detenido acusado de atentado contra agentes de la Autoridad, y el animal inmovilizado y trasladado a las instalaciones municipales gracias la colaboración del Servicio de Protección Animal del Ayuntamiento, cuyos profesionales comprobaron que el animal carecía del chip obligatorio.
AUXILIANDO A UN ATRAGANTADO
También en Jerez, la Policía informa de otra actuación reciente muy distinta. Uno de sus agentes que se encontraba fuera de servicio intervino el pasado 28 de noviembre sobre las tres de la tarde para asistir en un bar en el Paseo de la Delicias a un hombre que se estaba atragantando, cuando comía en compañía de su mujer e hijo.
El policía, también en el bar, observó que este cliente mostraba claros signos de asfixia tras atragantarse con un trozo de comida, y ante la gravedad de la situación, se identificó y acudió de inmediato en su ayuda.
Aplicó la maniobra de Heimlich, técnica esencial para desobstruir la vía aérea en casos de atragantamiento severo. Tras varios intentos, consiguió que el varón expulsara el alimento que obstruía la respiración, permitiendo que recuperase el flujo de aire y se estabilizara. Así, recuperó la respiración antes de perder el conocimiento y fue trasladado a un ambulatorio cercano.














