El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, sigue tratando de cerrar cuanto antes el escándalo que le ha estallado en las últimas semanas, al que llegó a restarle importancia al trascender las primeras denuncias: negligencias en el programa de cribado de cáncer de mama, por retrasos anormales en las citaciones y falta de comunicación sobre los resultados de estas mamografías preventivas.
Una situación que ha puesto en evidencia la crisis de la sanidad pública en Andalucía que se viene advirtiendo desde hace años por profesionales, sindicatos, colectivos, la Marea Blanca y partidos de la oposición.
Así, ante las movilizaciones en la calle (también en Cádiz) exigiendo justicia para las mujeres afectadas, responsabilidades, dimisiones, y sobre todo que la derecha deje de desmantelar y privatizar la sanidad de todos, Moreno Bonilla reaccionaba al fin hace una semana y anunciaba la tardía dimisión de la consejera de Salud, Rocío Hernández, junto a un plan de choque para dotar a este programa de cribado de más recursos, tanto económicos como humanos.
En paralelo, nombraba al ya consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, como consejero de Salud de forma interina. Un veterano político jerezano del PP, abogado de profesión, que finalmente se queda con esas competencias en el ámbito sanitario de forma definitiva, de manera que desde ya pasa a ser consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias de Andalucía.
“Su experiencia de gestión, capacidad de trabajo y diálogo serán fundamentales para lo que resta de legislatura”, ha defendido el presidente popular; quien entiende que colocando a este político ajeno totalmente a la medicina “se reafirma aún más a la sanidad pública como prioridad absoluta para este Gobierno andaluz”.
TRES DÉCADAS CON CARGOS ORGÁNICOS Y PÚBLICOS
Sanz es el único representante gaditano en el actual Ejecutivo andaluz. Lleva años y años colocado a dedo de puesto en puesto, desde que el Gobierno de Rajoy perdió el ‘poder’ a raíz de la sentencia de la trama Gürtel, y entonces era senador. Anteriormente, había ejercido como delegado del Gobierno de España en Andalucía (entre febrero de 2015 y junio de 2018), y como parlamentario andaluz durante varias etapas, desde 1999 a 2006.
Entre sus cargos orgánicos, este político de 57 años de edad ha sido durante un largo periodo y varias etapas, desde 1996, presidente del PP gaditano. Además, entre julio de 2006 y julio de 2012 asumió la secretaría general del PP andaluz, como número dos de Javier Arenas.
Al ocuparse ahora también de una consejería tan potente como Sanidad, pierde alguna de sus competencias menores: la consejera de Hacienda, Carolina España, absorbe así Diálogo Social y Simplificación Administrativa; y el consejero de Industria, Jorge Paradela, pasa a ser el responsable de la Agencia Digital de Andalucía, que también manejaba hasta ahora el jerezano.
Esta reestructuración, con la que el presidente andaluz, a menos de un año de las próximas elecciones autonómicas de 2026 dice querer dar “un nuevo impulso a la acción de gobierno”, implica el recorte en el número de consejerías, pasando de 14 a 13, “lo que permitirá además una mayor optimización de recursos”, se vende en la información recogida por DIARIO Bahía de Cádiz.
MORENO BONILLA EMPLAZA A SANZ A “MARCAR UN PUNTO DE INFLEXIÓN”
“Con esta reorganización, ratificamos la decisión inicial de poner en manos del consejero Sanz la tarea de fortalecer la confianza en el sistema sanitario andaluz. Él reúne cualidades indispensables: experiencia en la gestión, capacidad de trabajo y de diálogo”, ha repetido Moreno Bonilla en la toma de posesión de la nueva ‘cartera’ por parte del gaditano.
De cara a esta nueva etapa, el presidente ha anunciado que va a encomendarle la convocatoria de una comisión de expertos con el objetivo de “empezar a trabajar en un nuevo modelo de gestión sanitaria, en el que se ponga al paciente en el centro”. Para ello, ha pedido a Sanz que aplique “toneladas de diálogo” a todos los niveles, incluidos pacientes, profesionales y organizaciones sindicales.
“A partir de ahora, la sanidad escala como prioridad política y se convierte en la primera consejería del Gobierno andaluz: Sanidad, Presidencia y Emergencias. No recuerdo que algo así haya ocurrido antes. Gestionar la sanidad pública de Andalucía es un enorme desafío, pero vamos a marcar un punto de inflexión en este periodo”, ha repetido el mandatario derechista.
PSOE: “VA A TRATAR DE SALVAR LOS MUEBLES DE MORENO BONILLA”
La primera reacción a este nombramiento definitivo por parte del PSOE gaditano es que la elección de Antonio Sanz responde a una “pura improvisación por no encontrar a profesionales sanitarios dispuestos a seguir siendo cómplices y ejecutar los planes de desmantelamiento de la sanidad que pretende Moreno Bonilla”.
Es más, los socialistas no dudan de que el jerezano “es perfecto conocedor de todo el tejemaneje de privatizaciones y desvío de fondos públicos a la privada que llevamos denunciando durante estos siete años”.
En este sentido, el secretario general del PSOE de Cádiz, Juan Carlos Ruiz Boix, concluye que este movimiento en la consejería de Salud es “una noticia negativa para el sector” ya que el presidente “no busca un gestor sino un comisario político que tape el colapso sanitario”. Además, “los cambios evidencian un fin de ciclo del PP, cuya gestión ha conducido a Andalucía a la demolición de los servicios públicos, especialmente en el ámbito sanitario”, añade.
El también diputado en el Congreso acusa a Moreno Bonilla de decantarse por un “experto en la mentira y la demagogia” en lugar de situar al frente de la consejería “en un momento tan delicado y serio” a alguien “que realmente pueda tratar de solucionar algo, alguien que gestione y que salve la vida de las mujeres y los hombres que sufren las consecuencias de los fallos en sanidad pública, no alguien que va a tratar de salvar los muebles de Moreno Bonilla”.
Además, para Ruiz Boix, la aprobación por parte del Consejo de Gobierno de la Junta este mismo miércoles de planes de choque también para los cánceres de colon y cérvix, “supone una constatación fehaciente de lo que han denunciado los propios médicos y es que los errores en el cribado de cáncer de mama eran solo la punta del iceberg, todo está minado y nos queda aún mucho por ver y padecer”.