La Junta de Andalucía ha vuelto a fumigar cunetas de las carreteras que cruzan por varios de los parques naturales de la provincia de Cádiz con el polémico y tóxico herbicida glifosato, “vulnerando el compromiso público que llegó con Ecologistas en Acción en el año 2020”. Lo denuncia la propia asociación verde, que exige a la delegación territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente que sancione a los responsables de estas acciones, y “redoble la vigilancia para impedir que estos lamentables hechos vuelvan a suceder”.
Tras dos décadas de denuncias y advertencias sobre las “nefastas consecuencias” que puede tener para el medio ambiente y la salud de las personas el glifosato, por fin hace unos cinco años la entonces consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible llegó a un acuerdo con Ecologistas para no autorizar su uso en toda la red de espacios naturales protegidos en Cádiz, “tal y como se recogió en la nota pública de la Junta anunciando dicho acuerdo”.
El detonante de esta decisión del ya Gobierno derechista de Moreno Bonilla fue la difusión por parte de Ecologistas en Acción de las analíticas realizadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que demostraban la presencia de glifosato en las aguas de ríos, embalses y acuíferos de la provincia gaditana, incluso en los destinados al abastecimiento urbano. Asimismo, en 2022 este colectivo hizo público el informe ‘Contaminación por glifosato en el medio acuático de la provincia de Cádiz’.
“LA CONSEJERÍA DE FOMENTO CARECE DE AUTORIZACIÓN”
Sin embargo, cinco años después, la consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda vuelve a fumigar las cunetas y taludes de varias carreteras de los parques y parajes naturales gaditanos. La asociación ecologista asegura que ya ha denunciado estos hechos a los directores de los parques naturales afectados, que ha respondido que dicha consejería “carece de autorización” para realizar estas fumigaciones.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, Ecologistas denuncia además que fumigar el entorno de las carretas con glifosato, “y sin informar”, es “una auténtica irresponsabilidad”; teniendo en cuenta que vecinos de la zona “recogen espárragos y tagarninas, y próximamente comienza la temporada de caracoles, ignorando que están envenenados”.
“Estas fumigaciones son tan absurdas que en algunas zonas se están realizando en terrenos que han sido desbrozados mecánicamente por personal del Infoca para adecuar fajas de cortafuegos a lo largo de las carreteras, actuaciones menos impactantes, más integradas en el paisaje y más efectivas contra la propagación de incendios forestales”, se apostilla.
Fumigaciones que además se han realizado en días de lluvia, con agua corriendo por las cunetas, “por lo que el glifosato ha terminado en arroyos, ríos, embalses y acuíferos”. Incluso, se ha fumigado con este producto “muy tóxico para la fauna acuática” cerca de ríos como el Guadalete o de embalses como el de Bornos.
“UN PRODUCTO POTENCIALMENTE CANCERÍGENO”
El glifosato, repasa Ecologistas, es un producto altamente tóxico que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado como potencialmente cancerígeno, pudiendo también provocar alteraciones endocrinas.
“En base al principio de precaución, debería haberse prohibido hace años, pero los lobbies agroquímicos vienen presionando a la UE para que prorrogue su uso, aunque con condicionantes que no se cumplen”, se lamenta.
Actualmente, la generalizada presencia de glifosato en ríos, embalses y acuíferos “desmiente a las administraciones públicas que lo han venido utilizando o autorizando, asegurando que se degrada con rapidez”, se insiste.
De la misma manera, Ecologistas en Acción subraya que son una falacia los argumentos esgrimidos para su uso, pues se asegura que es una medida de prevención de incendios y mejora de la seguridad vial: “es insólito que cuando las cunetas y taludes están a rebosar de vegetación y flores, se fumiguen para secarlas, lo que provoca un adelanto y aumento del riesgo de incendios”.