El mundo del fútbol se prepara para la posibilidad de que la Champions League, el torneo de clubes más prestigioso de Europa, abra la puerta a convertirse en un “producto” digno de las grandes plataformas de streaming, Netflix incluida.
La reconfiguración en los derechos audiovisuales y la entrada de gigantes digitales transforman el relato, hay que dejar de depender exclusivamente de cadenas tradicionales para buscar un nuevo “guión” de distribución. Con el nuevo modelo que prepara la UEFA, ya no resulta tan descabellado pensar en un escenario donde la Champions y las plataformas globales compartan escenario.
UEFA y la nueva licitación de derechos
La UEFA, junto con la nueva entidad comercial UC3, ha abierto un proceso de licitación que cambiará las reglas del juego en los derechos audiovisuales para el ciclo 2027-2031.
La gran novedad es que por primera vez se pondrá a disposición una “primera elección” para una transmisión global de un partido de Champions por ronda, con la intención de atraer plataformas digitales como Netflix, Amazon, Apple TV+ o Disney. Al igual que ocurre con las casas de apuestas, serían más actores los interesados en la competición.
Este enfoque multipaís, que consiste en permitir que un solo actor gestione derechos simultáneos en mercados grandes como España, Reino Unido, Italia, Alemania y Francia, supone un cambio estructural. Hasta ahora los derechos se ofrecían país por país, lo que favorecía acuerdos fragmentados con cadenas locales.
Con este planteamiento, la UEFA aspira a que una gran plataforma global se lleve ese “primer pase” semanal, incluyendo la final del torneo dentro de su paquete premium.
¿Por qué Netflix entra en escena?
Aunque Netflix nunca ha emitido fútbol en directo, su interés por el deporte es evidente. La plataforma ya tiene los derechos del Mundial Femenino en EE.UU. para 2027 y 2031, y ha sumado eventos especiales como combates de boxeo, e incluso un pacto millonario con WWE para ofrecer espectáculos en vivo.
El modelo que propone la UEFA presenta una oportunidad, ya que el partido “first pick” semanal sería un producto valioso para cualquier plataforma que quiera mostrar fútbol premium.
Según reportes recientes, Netflix ha sido sondeada por la UEFA para medir su interés en transmitir un partido por jornada. Además, algunas fuentes apuntan a que la plataforma planea presentar una oferta dentro del proceso de licitación, compitiendo con otros gigantes del streaming. Aunque Netflix todavía no tiene una presencia significativa en el fútbol en vivo esta estrategia apunta a una transformación de su modelo tradicional hacia una narrativa más híbrida, donde se sumen entretenimiento más deporte en directo.
El nuevo “partido estelar” como gran escena de apertura
Una de las ideas más llamativas del nuevo formato es el partido inaugural de cada edición de Champions, donde el vigente campeón disputará un duelo en casa como partido destacado del arranque.
Ese partido sería la “escena principal” de la temporada, con potencial para convertirse en un evento global que capte la atención de las apuestas Champions League. Y es justamente ese tipo de formato el que casa con el esquema de producción y transmisión que buscan las plataformas de streaming.
La UEFA confía en que esta innovación ayudará a elevar los ingresos del ciclo a más de 5.000 millones de euros anuales, frente a los 4.400 millones del ciclo vigente.
Una Champions de bolsillo
Si todo sale como pretende la UEFA, la Champions League dejará de ser un torneo emitido principalmente por canales locales para transformarse en un producto global, con presencia central en plataformas que ya dominan el entretenimiento por Internet.
Ese cambio se asemeja al paso del cine clásico al streaming, donde antes la “película” fútbol viajaba por cadenas lineales, ahora puede “estrenarse” en cualquier rincón del planeta, al alcance de usuarios sin depender de licencias locales.
Aún no hay confirmaciones definitivas, pero las señales están claras, ya que tanto el guion (la UEFA) como los actores (plataformas globales) ya negocian sus papeles. En pocos años, es posible que mirar el “partido de Champions” sea tan habitual como buscar una película nueva para ver en el sofá.