Andalucía ha dado un paso histórico en la industria del juego privado al superar por primera vez los 2.385 millones de euros en volumen de juego durante 2024, de acuerdo con los últimos datos de la consejería de Economía. La cifra representa un récord sin precedentes y confirma la vitalidad de un sector que combina tradición, innovación y un peso cada vez mayor en la economía regional.
No se trata solo de una estadística fría: estas cifras hablan de un entramado económico y social que impacta en las principales ciudades andaluzas, desde Málaga hasta Cádiz, donde la actividad de apuestas, casinos y máquinas recreativas forma parte del tejido cotidiano y genera empleo, impuestos y oportunidades de negocio.
El peso de las máquinas tipo B
El informe destaca un dato clave: las máquinas recreativas tipo B concentran el 65% del volumen total, con más de 1.553 millones de euros en 2024. Este segmento, que ha estado históricamente asociado a bares y locales de hostelería, sigue siendo el pilar del juego privado andaluz.
Aunque a menudo se confunde volumen con beneficio neto, conviene aclararlo: el gasto real en este segmento fue de 465,9 millones, lo que refleja que gran parte del dinero apostado retorna en premios. Esa diferencia, que a simple vista puede parecer técnica, es esencial para entender la rentabilidad real de cada modalidad.
Otro dato relevante lo aporta el mercado de las apuestas deportivas y presenciales, que alcanzaron los 243,77 millones, con un crecimiento del 13% respecto al año anterior. Se trata de una modalidad con fuerte proyección, que ha encontrado en la digitalización y en la fidelización de jóvenes adultos su principal motor.
Casinos y el peso de los clásicos
En el terreno de los casinos, las cifras muestran un comportamiento estable con un matiz importante: la ruleta continúa siendo la favorita de los jugadores, representando un 59% de la facturación. El blackjack ocupa el segundo lugar con un 30%.
Estos datos desmienten la idea de que los juegos clásicos pierden protagonismo frente al entorno online. Al contrario, su vigencia demuestra que en Andalucía existe un perfil de jugador responsible que valora la experiencia presencial, el ritual y la sociabilidad que ofrece la sala de casino.
Málaga y Sevilla, motores indiscutibles
Si se desciende al detalle territorial, el liderazgo corresponde a Málaga, con 670,6 millones de euros, un 28% del total regional. Su posición de referencia no sorprende: la Costa del Sol atrae un flujo constante de turistas nacionales e internacionales, y la oferta de ocio nocturno y hostelería potencia la presencia de máquinas recreativas en bares y locales.
En Málaga se ha consolidado un modelo que integra restauración, entretenimiento y juego. Los operadores locales han sabido aprovechar la densidad turística para fidelizar un público heterogéneo, desde visitantes ocasionales hasta jugadores más habituales.
Sevilla ocupa el segundo lugar con 502,8 millones de euros. Allí el fenómeno es diferente: la capital andaluza combina una oferta más equilibrada entre máquinas, apuestas deportivas y presencia digital. En barrios periféricos proliferan los locales de apuestas, mientras que en el centro histórico el crecimiento es más limitado debido al coste del suelo y a la competencia por espacios comerciales.
Cádiz y Granada: tendencias contrastadas
En la provincia de Cádiz, con 345,4 millones, la estacionalidad marca el pulso de la industria. El volumen de juego se dispara en verano, cuando el turismo multiplica la población flotante. Bares y salones de juego en zonas costeras experimentan un aumento significativo de actividad, en paralelo a campañas digitales que ofrecen promociones para poker como gancho para atraer al visitante a plataformas online o a salas locales.
El caso de Granada es distinto: los casinos de la provincia han registrado un retroceso. La competencia con destinos cercanos más atractivos para el turismo internacional, como Málaga, limita el crecimiento local. Esto obliga a los operadores a replantear estrategias, apostando por diversificación y experiencias de valor añadido para captar clientes.
Inspecciones y control administrativo
El crecimiento del sector va acompañado de un incremento en la vigilancia. En 2024 se llevaron a cabo 15.475 inspecciones en locales de juego en Andalucía. Una cifra que demuestra la importancia de mantener un equilibrio entre expansión económica y cumplimiento normativo.
La Junta insiste en que la supervisión garantiza transparencia, seguridad y confianza tanto para operadores como para jugadores mayores de edad que asumen el riesgo de ludopatía. Este refuerzo regulatorio es también un mensaje claro: el mercado está abierto a crecer, pero bajo reglas claras y homogéneas.
El impacto en la economía regional
Más allá de las cifras de volumen, el juego privado en Andalucía representa ingresos fiscales de peso y genera miles de empleos directos e indirectos. El sector contribuye a la dinamización de la hostelería, el turismo y el ocio nocturno. En Málaga, por ejemplo, numerosos bares dependen de la instalación de máquinas recreativas para complementar su facturación. En Sevilla, el auge de las apuestas deportivas ha derivado en acuerdos con cadenas de locales que buscan atraer clientela joven.
En Cádiz, el juego se ha integrado en la oferta turística estival, mientras que en Granada el desafío es reconectar con un público que busca experiencias más sofisticadas y competitivas.
Perspectivas de futuro
El récord de 2024 confirma a Andalucía como uno de los grandes mercados del juego privado en España. La región se enfrenta ahora al reto de mantener ese crecimiento sin caer en la saturación de la oferta. Los operadores deberán apostar por innovación tecnológica, digitalización de servicios y un equilibrio entre lo presencial y lo online.
El dinamismo del sector también abre la puerta a nuevos debates sobre fiscalidad, ordenanzas municipales y límites a la concentración de locales. La clave estará en cómo cada provincia logre adaptar su modelo al perfil de su población y a la afluencia turística.
Una conclusión inevitable
La superación de los 2.300 millones no es un dato aislado, sino el reflejo de una industria que se ha consolidado en el corazón económico de Andalucía. Máquinas recreativas, apuestas y casinos forman parte de un engranaje que impulsa ingresos, empleo y turismo.
Cada ciudad aporta su matiz, desde la Málaga turística que lidera el ranking, hasta la Cádiz estacional y la Granada que busca reinventarse. Andalucía no solo ha batido un récord: ha dejado claro que el juego privado es ya un motor estructural de su economía y un actor de peso en el panorama nacional.