Según la última encuesta sobre medios de pago del Banco Central Europeo, realizada en el segundo semestre de 2024, el 9% de los residentes en España posee alguna criptomoneda, mientras que en 2022 este porcentaje era de apenas el 4%. El mismo estudio indica que el 57% de estos usuarios considera las criptomonedas exclusivamente como una inversión.
Sin embargo, un 19% ya las utiliza en pagos cotidianos, y un 20% combina ambos usos. El impacto económico se nota. Según la consultora Chainalysis, el volumen anual de transacciones con criptomonedas originadas en España alcanzó alrededor de 80.000 millones de dólares, colocando al país entre los líderes europeos en actividad cripto.
Volumen, ticket medio en aumento y nuevo perfil del inversor
El crecimiento no se limita únicamente al número de carteras digitales. La inversión media nacional supera los 3.100 euros por persona, llegando en Galicia hasta los 3.500 euros anuales, una diferencia atribuida al mayor nivel de alfabetización digital y financiera en la región.
Estos importes reflejan que, para el inversor español, las criptomonedas ya no constituyen una opción marginal, sino que forman parte integral de estrategias de diversificación patrimonial. El perfil dominante sigue siendo joven adulto, concentrándose los mayores porcentajes de adopción entre las edades de 25 a 39 años.
Ellos son seguidos de cerca por usuarios de entre 18 y 24 años. El BCE informa también un crecimiento de la paridad de género, aunque los hombres todavía son mayoría, el número de mujeres inversoras en criptomonedas se ha duplicado desde 2022. El principal factor motivacional sigue siendo la búsqueda de rentabilidad a largo plazo.
Aunque cada vez más cobra relevancia la curiosidad tecnológica ligada al ecosistema de finanzas descentralizadas (DeFi). Con el aumento en la sofisticación del inversor promedio, también crece el uso de plataformas que ofrecen autocustodia y liquidez global.
Muchos principiantes comienzan comprando en brokers tradicionales para luego migrar hacia una exchange DEX, buscando gestionar sus activos con mayor privacidad y sin intermediarios. Además de eliminar riesgos relacionados con depósitos.
La posibilidad de operar las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin restricciones jurisdiccionales se ha vuelto especialmente atractiva para aquellos interesados en mantener el control absoluto sobre sus claves privadas, una lección enfatizada constantemente por portavoces de la comunidad cripto ante los colapsos de servicios centralizados.
La regulación europea fortalece la confianza
Mientras tanto, normativas como el Reglamento MiCA, vigente y plenamente aplicable en la UE desde el 30 de diciembre de 2024, ofrecen un marco jurídico claro tanto para los proveedores de servicios centralizados como para los protocolos que deseen operar en el mercado europeo.
El resultado es un entorno donde la seguridad regulatoria y la libertad de las DeFi conviven, abriendo paso a soluciones híbridas que atraen desde ahorradores principiantes hasta inversores institucionales. El impulso en las inversiones no se debe solo a la euforia por los precios.
Las normas sobre transparencia, custodia y prevención del abuso de mercado ya son aplicables también a los proveedores que operan en territorio español. La regulación europea establece exigencias de registro ante la CNMV y obliga a las stablecoins a mantener reservas auditadas, una medida calificada como el «fin del Salvaje Oeste cripto».
El nuevo marco legal ya está mostrando sus efectos. CaixaBank, BBVA y Santander han anunciado líneas de productos cotizados vinculados a Bitcoin y Cardano para el primer semestre de 2026, mientras que las fintech nacionales aceleran los trámites para obtener la licencia como proveedores de servicios de criptoactivos. Esto refuerza la percepción de legitimidad del mercado y atrae a perfiles de inversores más conservadores.
Infraestructura física y digital acompaña la demanda
La presencia física también explica esta adopción. Según el portal CoinATMRadar, en mayo de 2025 España contaba con 316 cajeros automáticos de Bitcoin, posicionándose como líder europea y tercera a nivel mundial, únicamente superada por Estados Unidos y Canadá. Barcelona encabeza el ranking nacional con 70 unidades, seguida por Madrid y Valencia.
Además, las soluciones de pago han evolucionado mucho. Por ejemplo, la tarjeta Bit2Me convierte criptomonedas en euros al instante en el momento de la compra y ofrece hasta un 7% de cashback, transformando los tokens en un medio habitual de pago para transporte, restaurantes y ocio.
Plataformas como Criptan avanzan en la misma dirección lanzando tarjetas Visa que eliminan las barreras técnicas para aquellos que desean «pagar el café» con criptomonedas. Este interés español también es incentivado por un aumento de la oferta educativa, desde cursos universitarios hasta guías populares elaboradas por expertos del sector.