El aire acondicionado se ha convertido en uno de los sistemas de climatización más populares y utilizados, tanto en hogares como en espacios de trabajo. Nos permite disfrutar de una temperatura confortable durante todo el año, lo cual no solo incrementa nuestra comodidad a nivel personal, sino que, cuando hablamos de su uso en entornos laborales también favorece la productividad.
Disfrutar de una temperatura agradable nos ayuda a mantener la concentración, evitar la fatiga y, en definitiva, poder rendir mejor en nuestras actividades cotidianas.
Sin embargo, como todo sistema que funciona con energía eléctrica, su uso tiene un gasto constante asociado a la factura de la luz. Y si lo empleamos de forma eficiente, este coste puede incrementarse de manera innecesaria
Por este motivo, a continuación, vamos a mostrar una serie de consejos prácticos para utilizar el aire acondicionado sin disparar el gasto mensual.
Prestar atención a la etiqueta de eficiencia energética
Uno de los aspectos fundamentales a tener en cuenta antes de comprar o instalar un sistema de aire acondicionado es su eficiencia energética. Actualmente, los equipos se clasifican desde la letra A (más eficiente) hasta la G (menos eficiente). “La etiqueta de eficiencia no solo nos informa sobre el consumo del aparato, sino que nos da pistas claras sobre su rendimiento a largo plazo”, indican los profesionales de Tsclima.
Un aparato con categoría A, B o C puede tener un precio inicial más alto, pero ese coste se compensa con creces gracias al ahorro energético mensual. En cambio, los equipos con categorías D, E o inferiores pueden parecer más asequibles en un principio, pero terminan generando gastos mucho mayores en la factura de la luz con el paso del tiempo. Por eso, si quieres ahorrar de verdad, invierte en equipos energéticamente eficientes.
Regular la temperatura correctamente
Otro consejo esencial es ajustar la temperatura de forma adecuada. “El objetivo del aire acondicionado no es convertir el salón en un congelador en verano ni en una sauna en invierno. Se trata de encontrar un equilibrio confortable”, explican los técnicos especializados. Durante los meses de calor, una temperatura de entre 20 y 26 grados suele ser suficiente para garantizar el bienestar térmico.
En invierno, lo más recomendable es mantener el ambiente entre los 20 y 22 grados. Programar el equipo por debajo de 20 grados en verano no solo provocará que haga demasiado frío, sino que puede aumentar el consumo eléctrico en torno al 8%. Además, es aconsejable que la diferencia entre la temperatura exterior e interior no supere los 12 grados, para evitar desequilibrios bruscos de temperatura entre el interior y el exterior y gastos excesivos en electricidad.
Elegir un aparato adecuado para el espacio
No todos los equipos de aire acondicionado son iguales ni sirven para cualquier espacio. En el mercado encontrarás una gran variedad de modelos con potencias diferentes, y resulta clave elegir el más apropiado dependiendo del tamaño de la habitación. “Instalar un equipo con potencia insuficiente en un salón demasiado amplio hará que el consumo energético se dispare.
El aparato trabajará sin descanso, intentando alcanzar una temperatura que nunca podrá conseguir”, advierten los expertos. Esto, además de disparar la factura, acortará la vida útil del equipo en cuestión. En cambio, si eliges un modelo adaptado a las dimensiones y a las condiciones del espacio, el consumo será mucho más eficiente y el confort, será mucho mayor.
Revisar cerramientos y eliminar puentes térmicos
La calidad del aislamiento de una vivienda o local influye directamente en el rendimiento del aire acondicionado. Las ventanas que no son herméticas o los puentes térmicos mal aislados permiten que el calor o el frío se escapen con facilidad, obligando al sistema a trabajar más de lo necesario. “Es como intentar enfriar una nevera con la puerta abierta. Si el calor entra por todas partes, el aparato nunca podrá cumplir con su función de manera eficiente”, indican los profesionales del sector.
Por este motivo, resulta recomendable mejorar el aislamiento, sellar correctamente las ventanas y revisar los cerramientos, así como la existencia de puentes térmicos. También es importante realizar un mantenimiento periódico del propio sistema de aire acondicionado, para asegurar que funcione en condiciones óptimas y evitar sobreesfuerzos innecesarios. Para ello, te puedes poner en contacto con los expertos de Tsclima.
Programar el apagado automático
Hoy en día, muchos equipos cuentan con funciones inteligentes que permiten programar el encendido y apagado automático. Esta opción resulta especialmente útil durante la noche o mientras estamos trabajando fuera de casa. Podemos programar el aparato para que se apague después de unas horas, evitando que funcione toda la noche o durante largas jornadas en las que no sea necesario. “Al hacerlo, puedes reducir el consumo hasta en un 30%, simplemente dejando que el equipo se apague en los momentos en que no lo necesitas”, aseguran los profesionales. Este pequeño gesto puede tener un impacto significativo en la factura de la luz que pagas mensualmente.
Combinarlo con energías renovables
Uno de los consejos más efectivos para reducir la factura de forma sostenible es combinar el uso del aire acondicionado con energías renovables. Sistemas como la aerotermia, que aprovecha la energía del aire exterior mediante una bomba de calor reversible, permiten reducir el consumo hasta un 75%. “La aerotermia es una de las soluciones más interesantes del mercado actual, ya que es eficiente, renovable y se puede adaptar a cualquier espacio”, explican los profesionales.
Si, además, lo combinas con una instalación de paneles solares fotovoltaicos, puedes generar la energía necesaria para hacer funcionar el sistema sin depender del suministro eléctrico convencional. Esto no solo permite abaratar la factura de la luz, sino que también ayuda a reducir la huella ecológica del hogar o de la empresa. En este sentido, debemos remarcar que Tsclima ofrece soluciones personalizadas que integran estos sistemas, lo cual permite garantizar un alto nivel de confort, además de ahorro económico y respeto al medio ambiente.
Un uso eficiente se nota a final de mes
Ahorrar en la factura del aire acondicionado no implica renunciar al confort. Basta con tomar decisiones inteligentes, informarse adecuadamente y apostar por sistemas adaptados a nuestras necesidades. Hay muchas acciones que podemos implementar para disfrutar de un ambiente agradable sin que eso suponga un gasto desorbitado para nuestro bolsillo.
Gracias al apoyo de profesionales especializados, cualquier hogar u oficina puede climatizarse de forma responsable, eficiente y sostenible.