El Ayuntamiento de El Puerto anunció a mediados de septiembre el inicio de la “renovación integral” de todos los contenedores de basura de la ciudad, una actuación recogida en el último pliego del servicio privatizado de limpieza, que volvió a adjudicarse FCC.
La sustitución de los bombos antiguos por los nuevos comenzó en el centro histórico, y se ha ido extendiendo progresivamente a barrios y urbanizaciones.
Todos los contenedores, cuyo modelo eligió el mismo alcalde Germán Beardo en un pasado viaje a Galicia, con foto incluida, están fabricados con materiales reciclados, muchos de ellos incorporan sistemas de compactación para evitar desbordamientos y han sido diseñados con modelos adaptados a personas con movilidad reducida, cumpliendo con criterios de accesibilidad y sostenibilidad. Al menos esa es la versión del Gobierno local del PP.
Han pasado ya algunos meses, y la Federación Local de Asociaciones Vecinales (Flave Sol y Mar) ha querido hacerse eco de las quejas vecinales que se están vertiendo de forma pública y a través de redes sociales en relación a estos nuevos bombos de basura, principalmente por la “poca practicidad” de los mismos.
“PERJUDICAN MÁS QUE FACILITAN EL TRABAJO”
“Los vecinos lamentan que estos recipientes son poco prácticos, tienen una abertura demasiado estrecha para que quepan las bolsas, especialmente las de mayor tamaño, y perjudican a los comercios, sobre todo a aquellos que tienen que depositar grandes cantidades de basura, porque es complicado que puedan llevar a buen llevar a buen puerto esta acción”, expone la entidad vecinal.
Por ello, entiende que el Ayuntamiento debería haber tenido en cuenta estos aspectos a la hora de apostar por unos u otros contenedores, “puesto que cuestan una importante cantidad de dinero a los portuenses, para que al final perjudiquen más que faciliten el trabajo de los ciudadanos a la hora de depositar sus bolsas”.
Es más, la Flave vaticina que los barrios, y sobre todo aquellas calles o avenidas que tengan mayor concentración de establecimientos, “se verán perjudicados, porque habrá muchas más bolsas y basuras esparcidas en los alrededores de las isletas de contenedores”.
Además, también se anticipa a lo que ocurrirá tras el Día de los Reyes, el 6 de enero: “si ante la gran cantidad de papeles, bolsas, cartones y recipientes que se generan en los hogares los contenedores siempre resultan insuficientes, este año, debido a los problemas que ya están suponiendo, serán doblemente insuficientes”.












