Con el propósito de embellecer el entorno, dinamizar uno de los enclaves más visitados del casco histórico de El Puerto de Santa María (junto a Romerijo) y paliar algo el calor en verano, el Ayuntamiento está ultimando la instalación de un particular toldo en la plaza de La Herrería.
Se trata de una “intervención urbana” a base de paraguas de colores que busca conjugar funcionalidad y estética: “ofrecer sombra y confort y al mismo tiempo aportar una imagen moderna, colorida y sugerente, que contribuya a revitalizar la vida en el centro histórico y a atraer visitantes”.
El proyecto supone un gasto de casi 6.300 euros, y se ha encargado a la empresa local IGMA Cerrajeros. La instalación consiste en una malla de cables de acero y tensores anclados a las fachadas de los edificios de la plaza, sobre la que se colocan parasoles de diversos colores, formando un mosaico aéreo que cubre una superficie aproximada de 385 metros cuadrados.
“Inspirado en actuaciones similares realizadas con éxito en otras ciudades patrimoniales, el parasol ornamental recuerda a las instalaciones textiles ligeras como las ‘sombrillas de encaje’ que, además de proteger del sol, convierten el cielo urbano en una experiencia estética”, se resalta en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
“ESTÁ DESPERTANDO UNA GRAN EXPECTACIÓN”
El alcalde Germán Beardo, junto a su mediático concejal de Fiestas y Comercio, David Calleja, y sus dos hombres fuertes del Gobierno local, Jesús Garay y Javier Bello, ya se ha hecho la foto ensimismado con los trabajos de montaje, “que se encuentran en una fase muy avanzada y están despertando una gran expectación entre vecinos y turistas”.
“Queremos un centro vivo, acogedor, cuidado. Este tipo de intervenciones transforman los espacios, los llenan de identidad y hacen que la gente quiera quedarse, pasear, disfrutar”, interpreta el primer edil del PP.
Beardo insiste en que “además del beneficio térmico, el parasol crea una experiencia sensorial diferente, que ya está despertando la curiosidad y el entusiasmo de portuenses y visitantes”. Al tiempo que vende su apuesta por “una ciudad más amable, caminable y atractiva”.