CARTA AL DIRECTOR enviada por: Martín Martínez Martínez, de Barcelona
En el pasado un simple trapo servía para muchas cosas: para guardas unas monedas o el almuerzo. Para limpiar la mesa o limpiarte las manos. Para cubrirte la cabeza. Como señal, y como mantel. En el pasado un simple palo también servía para muchas cosas: empalar a una persona, construir una empalizada, propinarle una paliza a un delincuente, alcanzar una fruta elevada, defenderte de un perro, apoyarte para caminar… Lo mismo podemos decir de la navaja: pelar una fruta, cortar una rama, afilar un lápiz, espantar a un agresor, escribir un nombre en la madera, desatornillar, agujerear, cortar…
En el presente, el teléfono, que inicialmente solo servía para llamar, actualmente, es enormemente versátil, igual que el trapo, el palo y la navaja. El móvil lo usamos para obtener información, para grabar una conversación, para escuchar una canción, para ver un documental, para fotografiar un paisaje, para calcular el precio a pagar. Y además, como calculadora, reloj, despertador, espejo, agenda, linterna, e incluso como pisapapeles o como proyectil.
Y mi último uso: No veía bien un número. Le hice una foto, la amplié y resuelto el problema. DIARIO Bahía de Cádiz