CARTA AL DIRECTOR enviada por: Martín Martínez Martínez, de Barcelona
En el pasado, incluso más que ahora, las alianzas se creaban y se fortalecían, intercambiando recursos, o regalos. Las personas somos seres sociales, regalar es una tendencia natural. Además, la publicidad nos empuja. Nos pasamos comprando. En las onomásticas y en los aniversarios se regala bastante. Y en las navidades, en muchas familias, se regala más. El del traje rojo, trae regalos y los Reyes también.
Para los educadores los regalos o premios sirven para reforzar las conductas positivas. En educación el premio pesa ahora más que el castigo. En el marco de este pensamiento teníamos y en parte, tenemos estas expresiones: “dios castiga a los malos y premia a los buenos”. Y “si te has portado mal, regalos no, carbón”. Todo eso, en el marco de la educación: ¡el premio para reforzar!
Si salimos de este marco, el regalo tiene otras funciones: agradar, para generar vínculos afectivos y alianzas, y para conquistar personas, ¡o territorios! Y para agradecer una ayuda o servicio. Y para acabar, además de los regalos legales para reforzar, agradar, y agradecer. Además de esos, hay regalos ilegales… los de la corrupción. DIARIO Bahía de Cádiz









