UGT y CCOO se han movilizado este miércoles en las capitales andaluzas con una caravana de coches para exigir el recorte de la jornada laboral a 37,5 horas semanales sin reducción salarial.
Con motivo de la votación en el Congreso del proyecto de Ley de la reducción de la jornada laboral (bloqueado por las derechas y ultraderecha de PP, Vox y Junts), los sindicatos mayoritarios han querido visibilizar la urgencia de una reforma que consideran clave para mejorar la calidad de vida de las personas trabajadoras, favorecer la igualdad y avanzar hacia un modelo laboral “más justo, sostenible y adaptado a los nuevos tiempos”.
En la capital gaditana más de un centenar de vehículos, saliendo desde Puntales, han secundado esta marcha con la participación de la secretaria general de la UGT Cádiz, Paula Fernández, y la secretaria general de CCOO Cádiz, Inmaculada Ortega.
“UNA MEDIDA DE JUSTICIA SOCIAL Y DE SALUD LABORAL”
Según exponen ambos sindicatos en la información trasladada a DIARIO Bahía de Cádiz, han pasado ya más de 40 años desde la última reducción legal de la jornada laboral en el Estado español, que la fijó en 40 horas semanales. Si bien la negociación colectiva ha logrado situar la media en torno a las 38,5 horas, “todavía existen amplios sectores donde no se han producido avances reales, generando desigualdades entre empresas y trabajadores y perpetuando una organización del trabajo que no responde a los retos actuales”.
Por ello, esta prometida reducción a 37,5 horas por parte del Gobierno de PSOE y Sumar (que al no tener mayoría, depende de más partidos) se plantea como “una medida de justicia social y de salud laboral, que permitirá un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, favorecerá la igualdad entre mujeres y hombres y contribuirá a la mejora de la productividad y a la creación de empleo de calidad”, sostienen desde CCOO y UGT.
Para ambos sindicatos, la riqueza que genera España “no puede seguir concentrándose únicamente en beneficios empresariales”, sino que debe traducirse en “más derechos y bienestar para la clase trabajadora”.
“Una jornada más corta no solo tendrá efectos positivos en la salud física y mental de quienes trabajan, sino que también reducirá el absentismo, los accidentes laborales y las bajas por enfermedad, al tiempo que impulsará la conciliación corresponsable y disminuirá las emisiones contaminantes derivadas de los desplazamientos diarios”, se argumenta.
Pero de momento, PP, Junts y la extrema derecha están decididos a bloquear esta posibilidad a los casi 13 millones de personas trabajadoras del sector privado que se beneficiarán directamente de ella.