La obra de ampliación de la futura nueva terminal de contenedores de Cádiz (que sigue sin estar operativa), la llamada segunda fase iniciada en marzo de 2024 (adjudicaba a Acciona por 66 millones de euros), se ha topado con nuevos restos arqueológicos bajo el mar, como ya ocurrió en la primera fase.
En concreto, durante las labores de prevención en materia arqueológica desarrollada por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) bajo la supervisión de la consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, a la hora de ejecutarse el dragado general frente al nuevo muelle, se han encontrado fragmentos de maderas, botijuelas y sillares.
Estaban enterrados en el fondo marino a más de 4 metros de profundidad a partir de la cota -10, es decir, a unos 14 metros de profundidad sobre el nivel del mar y podrían estar relacionados con un barco y su carga, y una posible cronología del siglo XVII.
De acuerdo a la resolución de la consejería de Cultura, la Autoridad Portuaria va a realizar prospecciones geofísicas y excavaciones con sondeos para profundizar en el conocimiento de los restos y decidir el destino de los mismos.
NO AFECTA AL DESARROLLO DE LA OBRA
Eso sí, en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz se deja claro que este hallazgo no afecta a la ejecución de los trabajos en marcha, que se encuentran hoy “a más de un 80% de ejecución” y continua con el calendario de trabajo programado, manteniendo el plazo de finalización original, en junio de 2026.
La APBC y la Junta destacan en este punto la colaboración entre administraciones, como ya ocurriera con los restos hallados en 2012 durante la primera fase de esta eternizada mega terminal de contenedores, que culminaron con la extracción del pecio Delta I (un barco del siglo XVII), que redunda en un mayor conocimiento del patrimonio histórico de Cádiz.














