CRÓNICA JORNADA 4. Un escenario de Primera como es Anoeta, el llamado Reale Arena, se abría en la sobremesa del domingo para recibir en Segunda al Cádiz, en su duelo frente a la Real Sociedad B, ya con el mercado de fichajes veraniego finiquitado.
“No es un filial al uso. No son jugadores que den facilidades. No comete errores, tiene un nivel físico extraordinario batiendo marcas y son muy complicados. Tendremos que hacer un gran partido para jugar allí”, alertaba Gaizka Garitano en la previa; en la que aprovechaba para hacer balance de su plantilla: “teníamos claro que había que rejuvenecer y hacer un proyecto nuevo. Vamos a buscar sacarle el mayor rendimiento. El nivel de los jugadores solo lo dirá el tiempo”.
Sin el serbio Kovacevic, convocado con su selección, y con Ontiveros y De la Rosa fuera por problemas físicos, el técnico vasco apostó de inicio por una línea de cinco atrás: Iza, Caicedo, Iker Recio, Pelayo y Climent, con Víctor Aznar bajo palos. Por delante, Diarra y Diakité inamovibles en el centro del campo; Ocampo y Suso en las bandas; y García Pascual en la delantera.
El choque se iniciaba con los donostiarras más sueltos arriba, pero con los amarillos con la fortuna de cara. En los primeros instantes, el portero brasileño enmendaba un error para placar un disparo realista, y ya en el minuto 9 el Cádiz se ponía por delante en el marcador con gol en propia meta de Agote, al despejar mal un centro de Climent.
Pese al chasco del 0-1, los canteranos seguían dominando. En el 13, el debutante y dubitativo Pelayo fallaba atrás y Mikel Rodríguez, solo, la manda a las nubes. Cinco después, Aznar atajaba bien un cabezazo de Carrera.
El Cádiz, por entonces líder provisional de la clasificación, continuaba en modo discreto, sin jugar a nada ni llegar al área rival, y sin poner a prueba a Fraga. Y en el minuto 38 llegaba la justicia visto lo propuesto en el verde por cada uno: a partir de un córner a favor de los gaditanos, el Sanse construía una contra fácil ayudada por el parsimonioso repliegue, y el tanto de Astiazarán ponía el 1-1. Un filial que pudo remontar ya en el descuento con varias acciones de peligro.
REMONTADA REALISTA Y… OTRA VEZ IURI
Con sensación anticipada de derrota entre la afición cadista asumida la cortita primera mitad de los hombres de Garitano se reiniciaba el encuentro. Y ni un minuto después marcaba la Real B el segundo, firmado por Gorka Carrera, tras un fallo en la salida de balón. Pero es que el 3-1 casi sube ya en el 47 en un cabeceo que se marchaba desviado por poco.
El Cádiz, desenchufado y abúlico, no reaccionaba y los vascos no reculaban, buscando hacer sangre. Así, el entrenador no tardaba en tratar de despertar a los suyos a base de cambios tempraneros: entraban Ortuño, Efe Aghama y Tabatadze, por Ocampo, Diarra y Caicedo. Sin embargo, dos minutos después Lebarbier establecía el 3-1.
El partido entraba en una fase en la que los visitantes eran un quiero y no puedo ante un filial maduro y seguro de sí mismo. Y en el 73 Suso, cuando al menos se le veía fugazmente, iba al banquillo, reemplazado por otro de los fichajes de última hora, el delantero Dawda Camara.
El cadismo no podía ser muy optimista tal y como se desembocaba en la recta final. Sin embargo, el héroe del último partido del Albacete, que apenas se le había visto corretear de un lado a otro en el rato que llevaba en el campo, en dos minutos igualaba la partida, ganándose un poco más a la afición: en el 77, el georgiano pedía la pelota al borde del área y con un zapatazo impensable marcaba el 3-2; y en el 79 aprovechaba un balón suelto en la derecha tras jugada infructuosa de Álvaro para hacer el tercero y desatar la locura entre los gaditanos presentes en la desangelada Anoeta.
Ya para los últimos minutos se confiaba en Álex Fernández, por García Pascual. Se decretaban seis minutos de propina con el duelo abierto, podía pasar cualquier cosa. Y no pasó nada.
El empate contenta a este Cádiz que se mantiene invicto en el arranque liguero (y que en comparación con el curso pasado, al menos tiene jugadores esperando en el banquillo, mejores o peores, pero con ganas), y deja con la miel en los labios a una Real Sociedad B, que en global, fue mejor. DIARIO Bahía de Cádiz