“El fascismo, la xenofobia y el racismo no son algo con lo que vengamos de fábrica: necesitan de miserables y pirómanos como los de Vox para abrirse paso, porque la mayoría de las personas, por más que les pese, no somos alimañas”. Lo sentencia la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha), que junto a otras entidades y colectivos está promoviendo diferentes concentraciones tras lo vivido estos días en la localidad murciana de Torre Pacheco: “hechos sumamente graves ante los que la democracia debe actuar con toda contundencia”.
En el caso de Cádiz, se ha convocado una acción el lunes 21 a las 20 horas en la plaza del Palillero con las consignas ‘No al discurso de odio, Stop racismo, Stop fascismo’.
“Lo que ha pasado en Torre Pacheco está intentando extenderse a otras ciudades. Pero no debemos tolerarlo ni en Torre Pacheco ni en ningún otro sitio. Consideramos que la ciudadanía no puede permanecer indiferente y exigimos la máxima contundencia a las instituciones”, asevera la Apdha en su comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz. Al tiempo que remarca que estos ataques “no son contra ‘irregulares’, son contra vecinas y vecinos racializados”.
A nivel andaluz, esta entidad expresa su “consternación y más profundo rechazo” a estas últimas embestidas violentas y racistas en Murcia, “ola de vandalismo, hostigamientos y ataques perpetrada por personas que, a la llamada de grupos y colectivos racistas a la ‘caza’ de personas migrantes, a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería, ha acudido desde diferentes puntos del país”.
“EL RESULTADO DE AÑOS DE NORMALIZACIÓN DEL DISCURSO DE ODIO”
“Hechos como estos no ocurren en el vacío: son el resultado de años de normalización del discurso de odio contra las personas migrantes, alimentado por sectores de la extrema derecha, amplificado por la derecha política y tolerado por la pasividad de las instituciones”, se lamenta.
En este punto, la Apdha exige la condena firme y pública de los discursos de odio “por parte de todas las fuerzas políticas e instituciones y que estas vengan acompañadas de medidas urgentes y efectivas para prevenir, investigar y sancionar la violencia racista, garantizando también la protección de las víctimas”.
“La convivencia no es solo deseable, también es posible cuando todas las vidas y su dignidad son consideradas iguales, una convicción y un enfoque que debería estar asegurado en cualquier actuación política y reflejarse económicamente en todos los presupuestos de cada una de las administraciones del Estado. Sin embargo -se sentencia-, vemos que lejos de cumplirse cada vez son más amplios los sectores que, por desconocimiento u oportunismo, ponen en cuestión el primer axioma civilizatorio: ‘las personas nacen libres e iguales en derechos’.