El Ayuntamiento de Cádiz tiene previsto proceder a una nueva restauración-conservación de los cañones y esquinales emplazados en las calles del centro histórico. Asimismo, se repondrán varias piezas de guardacantones que en su día se retiraron por su mal estado de conservación.
Para el desarrollo de los trabajos de esta campaña, en la que colaboran las concejalías de Cultura y la de Mantenimiento Urbano, se ha dividido el casco antiguo en diversas zonas a objeto de que faciliten los trabajos a realizar.
La primera zona sobre la que se va actuar, a partir de este lunes 8 de septiembre, serán los esquinales y cañones ubicados en las inmediaciones de las calles Doctor Zurita, para continuar por Rafael de la Viesca, General Luque, Beato Diego, plaza de España, Rosario y Argantonio.
Posteriormente, se detalla en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, se actuará en otras zonas con sus respectivas calles aledañas: la zona de plaza de San Juan de Dios, plaza de San Agustín y plaza de Candelaria; calle Honduras, Ahumada, plaza de Mina y calles adyacentes; el barrio de Santa María; el entorno de la plaza de San Antonio; la zona de calle Sacramento, Hospital de Mujeres, San José y adyacentes; y el barrio de La Viña.
El proceso de restauración-conservación de estas piezas históricas contará con el asesoramiento del restaurador-conservador Pedro Macías.
UNA PECULIARIDAD DE CÁDIZ
Hace seis años, en la primavera de 2019, el Ayuntamiento llevó a cabo la última restauración de “todos” los guardacantones emplazados en las calles del casco antiguo: un total de 115 cañones y 150 esquinales de fundición, aprovechando la contratación temporal de varios parados gracias a un pasado plan de empleo de la Junta.
Estos guardacantones son piezas, principalmente cañones reutilizados de naufragios o de desguaces de buques, y otros elementos de piedra o fundición, que se colocaban en las esquinas de los edificios para protegerlos del roce y los golpes de los carruajes.
Estos cañones forman parte del patrimonio histórico de la ciudad, representando, junto a los esquinales de fundición, una peculiaridad de Cádiz que no se da en ningún otro municipio español. Un testimonio del pasado militar de la capital como plaza fuerte y centro comercial de primera magnitud durante los siglos XVII y XVIII.