La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) acaba de adjudicar otra de las obras asociadas al problemático túnel de acceso a la futura nueva terminal de contenedores del Puerto de la Bahía de Cádiz, que sigue sin ponerse en marcha mientras se ejecutan obras de ampliación. Los trabajos de este acceso subterráneo comenzaron hace casi una década, y quedaron paralizados en 2017 al inundarse.
Tras un importante trabajo técnico para solventar los problemas derivados de esa mala ejecución inicial, en 2024 se pudieron retomar las obras para la finalización del túnel (cuyo coste se ha doblado ya sobre los primeros 22 millones de euros previstos), llevando aparejado, entre otros, este proyecto de reforzamiento de las pantallas con objeto de garantizar la funcionalidad y durabilidad de la infraestructura.
En concreto, se trata del tratamiento de jet grouting en el trasdós de las pantallas y micropilotes, para solventar patologías por defectos de construcción no visibles. Se ha adjudicado la actuación a la UTE Drace Geocisa-Ingeniería de Suelos y Explotación de Recursos por 5,5 millones de euros y cinco meses de plazo de ejecución.
Esta intervención, se detalla en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, contempla obras adicionales en las pantallas del túnel con las que se pretenden resolver determinadas patologías en la cara de trasdós de las pantallas: “aquellas que no son visibles y no son accesibles directamente, consecuencia de defectos de ejecución de las primeras obras, consiguiendo mejorar la estanqueidad y durabilidad necesarias para cumplir con su vida útil”.
Las actuaciones principales son las de realizar un tratamiento de jet grouting en el terreno adyacente a las pantallas, centrados por un lado en reducir la permeabilidad en las zonas de aquellas juntas que presentan filtraciones y por otro mejorar la protección a las armaduras de la zona alta de las pantallas, donde se empotran las armaduras de la losa superior del túnel.
Además, en la rampa de acceso del lado de la nueva terminal de contenedores se proyectan una serie de micropilotes de anclaje para liberar de cargas a los armados de la cara de trasdós de esas pantallas en voladizo que se encuentran en mal estado.
UNA OBRA SIN FIN Y CON SOBRECOSTE
Este vial para el tráfico rodado que conectará la futura terminal con la avenida de Astilleros a la altura de la glorieta situada junto al Parque de Bomberos discurre en gran parte bajo los terrenos de Navantia en “falso túnel”. Se trata de una vía de 1,2 kilómetros de longitud total, con 870 metros en túnel, cuya obra inicial se adjudicó en noviembre de 2014 y se paralizó en junio de 2017 debido a distintos problemas en la ejecución.
En el momento en el que se rescinde el contrato, los trabajos (inundados) sumaban un importe de certificación de 15,8 millones, el 73% del total previsto. A partir de entonces, los técnicos se afanaron en solucionar el problema que había ocasionado la vía de agua, para lo que se realizaron multitud de estudios.
Ello sirvió para redactar un proyecto de pantallas de pilotes secantes y vaciado del túnel, adjudicado a Constructora San José por más de 2,2 millones, iniciándose las obras en abril de 2019. Pero la complejidad de las reparaciones a efectuar, debido al estado en que quedaron las obras a medias y a la cercanía de la vía de agua con el mar, obligaron a incorporar nuevas soluciones con empresas especializadas, lo que originó la tramitación de un proyecto modificado, suponiendo un sobrecoste de 870.000 euros.
Tras todas las obras y soluciones, en noviembre de 2021 se daba al fin por vaciado el túnel, lo que permitía a los equipos acceder a su interior para proceder a la limpieza, comprobar las estructuras ejecutadas y seguir implementando soluciones a los problemas de estanqueidad que han ido aflorando. Parte de estas labores se adjudicaron por 368.000 euros a la empresa especializada Cemosa.
Y ya en la primavera de 2022 se encargó a Ferrovial Construcción los trabajos que deben culminar, de una vez, la obra del conflictivo túnel. La llamada segunda fase de estos trabajos se adjudicaron por 20,4 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 meses.
Sacando la calculadora, y sumando todos los contratos que se han ido encadenando para poder sacar adelante esta infraestructura maldita, la APBC ya ha destinado hasta 46 millones de euros (incluyendo los casi 6 millones de las nuevas obras ahora adjudicadas). Un sobrecoste de 24 millones, más del doble de lo que iba a costar inicialmente el proyecto: unos 22 millones de euros.