CRÓNICA JORNADA 10. Defendiendo mantener el liderato por segunda jornada consecutiva, en una noche del lunes antifútbol donde las allá el Nuevo Mirandilla se abría para enfrentar al Cádiz y al Burgos. Un duelo tan insospechado en su desarrollo como cualquier otro de esta Segunda igualada, en lo bueno y en lo menos bueno.
“Será un partido típico de la categoría: muy complicado”, apuntaba sin revelar nada nuevo Gaizka Garitano en la previa. “Hay que respetarlos mucho, pero debemos estar más preocupados de nosotros. Hay que ser humildes y ambiciosos. Tenemos que hacernos fuertes en casa porque cuesta mucho ganar, mucho más como visitante”, remarcaba el técnico vasco.
De entrada, la novedad más relevante se confirmaba con el regreso de Suso, tras unos días con molestias. Así, se conformaba un once local con: Vítor Aznar, en la portería; Iza, Pereira, Iker Recio y Kovacevic, en defensa; Alex Fernández y Sergio Ortuño, en el centro del campo, con Suso más adelantado; Tabatadze y Ontiveros, en los extremos; y Álvaro García Pascual en la delantera.
Un lanzamiento cruzado de García Pascual, que se iba fuera por poco en el minuto 3, ponía en alerta al conjunto de Ramis ante un Cádiz pegajoso y motivado desde el pitido inicial. Mas los castellanoleoneses supieron amortiguar esas primeras embestidas, y el choque fue entrando en una fase incierta, con dominio alterno y escasa presencia en las áreas.
Hasta que en el 15, un avispado Álvaro García Pascual interceptaba una pelota en la misma defensa contraria, se la dejaba a Ontiveros, y desde fuera la colaba en la portería defendida por Cantero.
Con el 1-0, los amarillos, voluntariamente o no, cedieron todo el protagonismo a los de blanco, obligados a buscar el empate, aunque apenas lograban probar a Víctor Aznar. Y cuando al fin ponían a prueba al meta en un córner, y tras un primer paradón, el rechace volvía a los pies de Grego Sierra, que acertaba para hacer el 1-1. Corría el minuto 41.
Cuatro después y con el Cádiz acarajotado, con la cabeza en el descanso, remontaba el Burgos con gol de David G., dejando a los 15.000 asistentes en la grada (salvo al centenar de la afición visitante) más fríos que si se jugara en El Plantío en pleno mes de enero.

MUCHA IMPOTENCIA
Tocaba remar a contracorriente, y sobre todo reencontrar la intensidad perdida. Con tres cambios al arrancar la segunda mitad: se quedaban en la caseta un cumplidor Raúl Pereira, Tabatadze desubicado y poco participativo, y García Pascual, con molestias, y entraban Efe Aghama, Climent y Dawda.
Y en el primer lance de juego empataba el Cádiz, con tanto de Bojan Kovacevic, a raíz de una falta botada por Onti. Pero el VAR se chivó de algo raro, y tras minutos de suspense, el árbitro decidió anularlo por fuera de juego milimétrico, sin acercarse a la pantallita.
A los gaditanos le empezaron a entrar las urgencias sin criterio y al Burgos las ansias de perder tiempo revolcados en el verde, persiguiendo a su vez alguna contra letal, que casi se concreta en el minuto 60. Respondían los de casa con un disparo fácil de Suso por la derecha; un centro del marbellí para empujarla en boca de gol al que llegó mal Efe; y un misil desviado del gaditano.
Sin embargo, el arreón cadista esperado por el Nuevo Mirandilla no se terminaba de palpar. Y el técnico volvía a menear el banquillo faltando un cuarto de hora para el descuento, sacando más dinamita, a Roger Martí por Kovacevic.
Ander Cantero salvaba el 2-2 en el minuto 85, un cabeceo de Roger, que acababa atendido y con la cabeza ensangrentada y vendada al impactar con un rival. El mismo delantero estaba muy cerquita de rozar la pelota en el 89 para meterla. Pero no.
Se decretaban 11 minutos de tiempo extra, y en pleno descuento De la Rosa sustituía a Javi Ontiveros, mientras el conjunto burgalés seguía arañando segundos al crono con teatro del malo. El Cádiz mareaba la pelotita sin encontrar fisuras en el muro defensivo, sin achuchar ni agobiar. Hasta que en el último instante, Suso paraba un contragolpe blanco con un penalti desganado, y Mateo Mejía establecía el 1-3 cuando se rebasaba el minuto 104.
Primera derrota amarga en casa del curso que apea al Cádiz de ese liderato circunstancial y anecdótico, y que vuelve a evidenciar las carencias creativas del equipo en reconstrucción, y lo mucho que penalizan las desconexiones y los fallos atrás.
Y pese a lo visto por todos, Garitano en su balance postpartido no terminó de ser demasiado autocrítico: “lo hemos dado todo. Pero el Burgos es complicado cuando se pone por delante. Es verdad que en esos cinco minutos del final de la primera mitad no hemos estado bien; no vamos a poner excusas, son dos goles evitables. Pero hemos acabado con todo, asumiendo riesgos y hemos podido empatar, pese a que se ha jugado poco en el segundo tiempo con tantos parones. Me quedo con que hemos competido”, apostillaba. DIARIO Bahía de Cádiz