¿Y vino la ola? El simulacro de tsunami ha inundado Cádiz y sus conversaciones, con más o menos guasa y cachondeo, durante buena parte de este jueves 20-N, en el que pasadas las diez de la mañana sonaron en los teléfonos móviles de la ciudad (y del litoral gaditano, desde Sanlúcar a San Roque) unos pitidos estridentes para alarmar e informar de este ejercicio inédito en el Estado español.
“Hoy Andalucía está haciendo historia en Cádiz, con el mayor hito en materia de planificación de emergencias para la implantación de un plan, en este caso el de maremotos, con la implicación de más de 20.000 personas, todo ello bajo la dirección de la Agencia de Emergencias de Andalucía”.
Son palabras del consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias, Antonio Sanz, junto a la subdelegada del Gobierno de España, Blanca Flores, y el alcalde Bruno García, cuando todavía estaba en marcha este simulacro masivo “con un éxito notable, aunque con algunos errores; para aprender de ellos, que de eso se trata”. Así, la próxima semana tendrá lugar una reunión de evaluación en la que se analizarán todas y cada una de las acciones llevadas a cabo.
Esta actividad, bautizada como Respuesta25, se activada a las 10 horas y se daba por concluida pasadas las 14.30 horas, después de cuatro horas de ensayos en los cinco escenarios desplegados: en el entorno de la plaza de San Antonio, en el Museo de Cádiz de la plaza Mina, en la zona portuaria y la Zona Franca, y en la playa de Santa María del Mar, en la capital; y además en zona portuaria de El Puerto de Santa María.
SECUENCIA DE UN SIMULACRO MÚLTIPLE
Este simulacro masivo (el cuarto de emergencia regional que desarrolla en Andalucía desde 2021 ante variopintos riesgos y desastres) se ha inspirado en el terremoto de Lisboa de 1755 al que sucedió un maremoto que azotó la costa onubense y gaditana (que en Cádiz ‘frenó’ la Virgen de la Palma, según la creencia popular). En este caso lo simulado ha sido un seísmo de magnitud de 7,6 al suroeste del Cabo de San Vicente.
Unos minutos después, a las 10.04 horas, se ha confirmado un aviso de tsunami con un tiempo estimado de llegada de 55 minutos a las costas de Cádiz y Huelva. “A partir de este momento ha comenzado la cuenta atrás para vertebrar todas las medidas de protección y respuesta a personas y bienes, tal y como se haría en un caso real”, ha detallado el consejero de Emergencias.
Así, a las 10.09 horas se ha activado el Plan Andaluz ante el Riesgo de Maremotos en situación operativa 2 (y el Plan Local de Riesgo por Maremoto, por parte municipal) y a las 10.13 horas (diez minutos más tarde de lo anunciado estos días), tras el visto bueno del jerezano Antonio Sanz, el servicio andaluz de Protección Civil ha remitido el famoso mensaje Es-Alert de alerta masiva a, supuestamente, todos los móviles de los municipios de la costa gaditana con la información de las medidas a adoptar.

Un SMS “de fácil compresión”, en español y en inglés, en el que, dejando claro que se trataba de un paripé (y que no había que hacer nada), se pedía a los ciudadanos que buscaran sitio seguro ante una amenaza de maremoto en la costa atlántica, bien subiendo a una altura de tres o más plantas o acudiendo a puntos de encuentro cercanos (aunque el enlace a pinchar para conocer esos puntos daba error).
Paralelamente, se ha desplegado el Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) y un Puesto de Mando Avanzado (PMA), durante este simulacro junto a la Puerta de Tierra, desde el que se ha puesto en marcha todo el sistema de atención y coordinación para evaluar la respuesta de la ciudad de Cádiz ante ese imaginario tsunami, los tiempos de respuesta de operativos y de la propia población, así como la puesta en funcionamiento de los sistemas de aviso masivo como el Es-Alert, aunque la idea es que existan otros como megafonía e incluso las campanas de las iglesias.
Entre los aspectos experimentados durante la mañana, la capacidad y tiempos de evacuación vertical (en altura), y horizontal (alejamiento de la zona inundable) de más de medio millar de edificios públicos, nueve centros educativos del casco antiguo y tres hoteles.
Por ejemplo, más de 2.500 escolares ha sido evacuados de sus colegios e institutos bien a San Antonio o a la plaza Mina, puntos que se consideran seguros en caso de maremoto. Aunque los tiempos de llegada de cada grupo, en algún caso, han superado las previsiones iniciales.
De la misma manera, diferentes empresas se han sumado al ejercicio con evacuaciones ordenadas, como sedes municipales, en el ámbito portuario, en Navantia o en la Zona Franca, donde se han movilizado 1.200 personas (trabajadores del propio Consorcio como empleados de hasta 38 firmas del recinto fiscal), que en alrededor de un cuarto de hora han llegado a sus puntos seguro, las cubiertas del aparcamiento en altura y del edificio Europa.
Por otro lado, también se han ensayado los mecanismos de salvaguarda de los bienes culturales: el Archivo Histórico Provincial, la Biblioteca Provincial, el Centro de Arqueología Subacuática en la playa de la Caleta y el Museo de Cádiz han participado tanto en lo relativo a la puesta en práctica de las evacuaciones como en la salvaguarda de obras. Por ejemplo, se ha simulado en el Museo de Mina la recepción de tres obras de gran valor (réplicas) de cada uno de estos centros.
Sin salir de la capital, en la playa de Santa María del Mar se ha practicado los avisos a surfistas, rescates y también el protocolo de actuación forense del Instituto de Medicina Legal; mientras que en los antiguos suelos de Altadis (ahora de expansión de la Zona Franca) ha estado el Colegio de Arquitectos ensayando el protocolo de valoración de daños en edificaciones.
Y más allá de Cádiz, en la zona portuaria de El Puerto de Santa María, la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha practicado en el contexto de este simulacro de maremoto la búsqueda de desaparecidos con bomberos y sanitarios, entre otros.
En la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz se resalta que como eje transversal de todas estas pruebas siempre ha estado la tecnología: las funcionalidades de la REJA, la Red de Emergencias de la Junta de Andalucía, y la conexión de los Puestos de Mando con el Centro de Coordinación Operativa Integrada con las salas 112, a través de la Plataforma de Gestión de Emergencias de Andalucía (GEA) y la eficacia de los drones para valoración de daños y búsquedas.




“NO HAY SEGURIDAD TOTAL SIN LA PARTICIPACIÓN DE TODA LA SOCIEDAD”
Como balance final, el consejero responsable ha dado las gracias al millar de operativos de la administración local, autonómica y central (el Estado ha colaborado con 147 personas y 42 vehículos de seis ministerios) “por haber hecho posible este hito sin precedentes en la comunidad autónoma como parte de la implantación del Plan de Maremotos andaluz, un plan que, como ya he contado en muchas ocasiones, fue el primero en hacerse en España y cuyo estudio de vulnerabilidad edificatoria no tiene parangón.
Y de la misma manera ha felicitado a Cádiz y a los municipios costeros implicados, así como a los gaditanos, incidiendo en que “no hay seguridad total sin la participación de toda la sociedad, porque el primer eslabón en la cadena de resolución de una emergencia somos todos y cada uno de nosotros”.
A su vez, la subdelegada del Gobierno de España en Cádiz, Blanca Flores, ha incidido en “la importancia de que se lleven a cabo este tipo de entrenamientos que hacen posibles respuestas más eficaces cuando se producen emergencias reales”. Este tipo de ejercicios “constituye un campo de pruebas idóneo a la hora de detectar posibles errores en la coordinación, en los operativos utilizados o en las decisiones que se adoptan durante la emergencia, ver dónde se funciona bien y dónde están los puntos de mejora para ser más eficaces y eficientes”.
Mientras, el alcalde Bruno García ha avanzado que la intención del Ayuntamiento es seguir repitiendo este tipo de simulacros, “pues esto no acaba hoy, la ciudadanía debe saber exactamente qué debe hacer, y las instituciones cómo responder ante esta situación de emergencia”.
En definitiva, con este ejercicio a gran escala, Andalucía busca no solo poner a prueba sus sistemas de emergencia, sino también concienciar a la población sobre la importancia de saber cómo actuar ante un riesgo real de tsunami. Si pasó hace 270 años en la costa gaditana, podría volver a ocurrir ¿cuándo…? Más vale prevenir que curar.
EL 112, EN LUCHA
“El simulacro saldrá exitoso y así se comunicará para tranquilidad de todos. Pero el día que ocurra de verdad, lo mismo nos vemos en una DANA 2.0… No lo descartamos”, han dejado caer por su lado trabajadores del 112 en Cádiz aprovechando este mediático ejercicio.
Un colectivo en huelga indefinida desde diciembre de 2024, que cumple 30 años desde el nacimiento del servicio, explotado por empresas de telemarketing, y que hoy sufre peores condiciones que hace décadas: “exigimos un servicio público de calidad, con personal suficiente, medios adecuados y una gestión que ponga en el centro la seguridad de los ciudadanos, no los beneficios de una empresa ni la propaganda de autobombo de la Junta”.
Emergencias 112 Andalucía es el servicio que atiende llamadas telefónicas de forma permanente ante cualquier situación de urgencia y emergencia.
MENOS DE UNA HORA PARA PONERSE A SALVO
El chivato de un maremoto suele ser un terremoto; después hay un periodo de oleaje de unos 25 minutos aproximadamente preparatorio que puede venir con una retirada del mar o una subida muy rápida del nivel de agua.
El Plan de Maremotos a nivel andaluz destaca que la vertiente atlántica (donde se incluye la Bahía de Cádiz) presenta un índice más alto de peligrosidad, con alturas de inundación de media de entre cinco y ocho metros, con máximos de 12 metros en algunos puntos de la costa en la franja entre Conil y el Cabo de Trafalgar. De este modo, la zona costera andaluza más expuesta es la definida entre Ayamonte y Tarifa.
En estos puntos (donde entra la capital gaditana y el resto de la Bahía), los tiempos de llegada de la ola son de aproximadamente en torno a 45-60 minutos y, dada la orografía, las zonas quedarían inundadas durante más tiempo.
Ante esa alarma de tsunami, existen una serie de recomendaciones básicas: buscar la altura máxima cercana (mínimo una tercera/cuarta planta), y en el caso de Cádiz, no tratar de huir de la ciudad (rodeada de mar); no usar el coche ni el ascensor bajo ninguna circunstancia; o ayudar a otras personas si necesitan acceder a tu piso para estar a salvo.
Si uno está en casa, hay que cerrar las llaves de agua, luz y gas y apartarse de ventanas y muebles; y tener siempre una radio analógica a mano por si hay apagón y seguir las instrucciones, y preparadas pilas o un botiquín mínimo.
Por supuesto, no quedarse en la playa ni cerca para tratar de observar las olas y subida del nivel de mar. Y si uno está en ese momento en una embarcación, lo más prudente es dirigirse rápidamente mar adentro.














