CRÓNICA JORNADA 6. Un Cádiz en reconstrucción (ahora con un límite salarial fijado en 7 millones, frente a los casi 19 de hace un año tras caer de Primera) con mucho margen de mejora pero con posibilidades de acabar el domingo en lo más alto de la clasificación de Segunda, visitaba el estadio de La Rosaleda con el reto de seguir invicto en este inicio del curso.
“Estamos sacando buenos resultados y estamos en buena dinámica. Pero hay que mejorar, seguir haciendo las muchas cosas que hacemos bien y otras que debemos cambiar si queremos seguir sacando buenos resultados”, alertaba en la previa Gaikza Garitano, que optaba por un once titular por primera vez en esta liga, sin el maliense Yussi Diarra pero con el nigeriano Efe Aghama.
Un joven Efe colocado de extremo junto a Iuri Tabatadze en la otra banda, con Suso de mediapunta y García Pascual en la delantera. Y por atrás, Aznar en portería; Climent, Iza, Recio y Kovacevic, en defensa; y Diakité y Ortuño en el centro del campo.
El derbi andaluz comenzaba con más mordiente entre locales, dando un par de sustos a la zaga gaditana, sobre todo en el 6, la primera ocasión clara: un remate de Dani Lorenzo dentro del área pequeña que se iba por encima del travesaño. Un minuto después respondían los amarillos con una ocasión de Álvaro García Pascual, una vaselina que también se marchaba por arriba de la portería.
Pasaba a nivelarse el encuentro, con los dos rivales midiéndose, hasta que en el 18, un error malacitano facilitaba el robo de la pelota en campo contrario y un disparo de García Pascual que despejaba el portero, y cuyo rechace acababa en los pies de un avispado Sergio Ortuño para hacer el 0-1.
Con la losa del marcador en contra, los hombres de Pellicer intentaron buscar a Aznar de forma infructuosa, por deméritos propios y a la vez por un rival que supo controlar a la perfección la situación; un Cádiz serio y despierto, con carácter y ganas, y compromiso defensivo, que alcanzaba el tiempo de descuento con un lanzamiento peligroso del georgiano.
RESISTENCIA CAÓTICA
Ya la segunda mitad arrancaba con color blanquiazul y ofensivas caseras, sin embargo la primera gran ocasión de este periodo se la anotaban los amarillos, un trallazo lejano de García Pascual en el minuto 57 que estrellaba la pelota en la madera.
Con todo, frente a la madurez mostrada antes del descanso, este Cádiz olía desde temprano a descontrol total. Pasado el 60, Efe se retiraba con problemas musculares y entraba en su lugar un Brian Ocampo ¿desganado?, ¿pidiendo a gritos no volver a vestir de amarillo?; y el Málaga asustaba con una doble ocasión de Dani Lorenzo y Chupe, ambos disparos repelidos por Víctor Aznar.
Y Garitano, viendo a los suyos reculando sin límites, volvía a mover el banquillo en el minuto 70, entrando Yussi Diarra y Álex Fernández por Tabatadze y Suso. Poco después, La Rosaleda pedía penalti de Diarra sobre Lobete, pero el árbitro no veía nada. Y antes de un mal disparo del Málaga en posición clara, rondando el 83, Dawda Camara reemplazaba en la delantera a García Pascual.
El asedio final de un Málaga estéril arriba se topó además un Cádiz cada minuto más pollo sin cabeza, más desastroso atrás. Mas transcurrieron los seis minutos de tiempo extra, se vivieron dos paradas más del efectivo Aznar, e incomprensiblemente los de la Tacita amarraron los primeros tres puntos a domicilio de la temporada.
Y ya son 14 puntos (de 18) que colocan provisionalmente a los de gaditanos colíderes junto al Deportivo de la Coruña. Una situación privilegiada que no debe esconder una realidad: todo cadista sensato sabe que, hasta ahora, visto lo visto, este equipo competitivo acumula más puntos que juego.
“El primer tiempo hemos estado bien, y en la segunda el Málaga se ha ido imponiendo y nosotros hemos sufrido, hemos sabido sufrir. Una victoria de mucho mérito. Pero tenemos mucho que mejorar, somos un equipo más de la categoría. Nuestra posición en la clasificación es anecdótica ahora mismo”, dejó como reflexión el entrenador amarillo en su valoración de este derbi. DIARIO Bahía de Cádiz