La Comunidad de Regantes de la Margen Derecha del Bajo Guadalete (que agrupa a agricultores de la zona de El Puerto, entre otras) lleva años preocupada por la calidad de las aguas de riego para sus cultivos debido a los vertidos de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Jerez y de la industria azucarera y sus balsas de El Portal, ocasionándoles pérdidas en sus producciones e incluso el abandono de los cultivos.
Estas aguas son captadas del propio río Guadalete junto al azud de El Portal, aguas abajo del punto de vertido autorizado de la depuradora jerezana (explotada por la multinacional Aqualia).
Los análisis encargados por la Comunidad de Regantes han detectado en las aguas con las que son regados sus campos: bacterias, metales pesados, productos químicos, sales y otras sustancias perjudiciales para los cultivos, la salud humana y el medio ambiente. Además, estos vertidos de aguas “presuntamente depuradas”, siguen ocasionando frecuentes mortandades de peces, denuncian también desde Ecologistas en Acción.
Este problema afecta especialmente a los regantes del Poblado de Doña Blanca, que suma unas 800 hectáreas, ya que los de la margen izquierda captan el agua del Canal del Guadalcacín, cuya conexión al río está a 2 kilómetros aguas arriba de la EDAR, evidenciando “la mala depuración” de la misma.
A pesar de que los afectados han solicitado en diferentes ocasiones soluciones a las administraciones públicas, en especial de las delegaciones territoriales de Medio Ambiente y de Agricultura de la Junta de Andalucía, “solo han recibido promesas e incumplimientos”.
“UN PELIGRO PARA LA SALUD HUMANA Y LOS CAMPOS”
Al respecto, miembros de Ecologistas en Acción de El Puerto se han reunido con representantes de la Comunidad de Regantes de la Margen Derecha para abordar este grave problema que pone en riesgo el futuro de esta comunidad agrícola.
Los agricultores han insistido en que la contaminación de las aguas del azud de El Portal está provocando la perdida de fertilidad de sus suelos, con cosechas decrecientes, que, en algunas zonas, ya son más reducidas que las conseguidas en secano, aunque con un coste mucho mayor: “si se sigue sin adoptar medidas, estos suelos prontos serán improductivos”, se remarca en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
Además, han concretado que sus análisis encargados han detectado en estas aguas colonias de Escherichia coli y Salmonella, “bacterias muy perniciosas para la salud humana”; metales pesados y un elevado nivel de sales “que dan idea de los detergentes y productos químicos que pueda contener el río”.
También son altos los niveles de fósforo y nitrógeno, que provocan la eutrofización del agua, fenoles, arsénico, compuestos de cobre, zinc, níquel, compuestos orgánicos halogenados, fluoranteno, boro… “todas ellas sustancias perjudiciales para la salud y el medio ambiente, con la que se están regando los cultivos que después se consumen, incluso de cultivos hortícolas en fresco y ecológicos, además del peligro que supone para los agricultores que manejan esas aguas”, se subraya.
“ES IMPRESCINDIBLE LA REUTILIZACIÓN DE LAS AGUAS RESIDUALES”
Agricultores y Ecologistas coinciden en que es “imprescindible” dotar a la EDAR de Jerez de un tratamiento terciario que garantice la calidad de las aguas depuradas y su reutilización con garantías para el riego. Igualmente consideran que es importante mantener el caudal ecológico adecuado para que el agua fluya en la época del estío por el río desde los pantanos de cabecera, para así mejorar la calidad de las aguas que llegan al final de su cuenca.
Ambas partes entienden que esta depuración adecuada y la reutilización de las aguas residuales en Jerez, donde se origina el problema, “supondrían el ahorro de 14 hectómetros en los pantanos de la cuenca, mejoraría la calidad del estuario del río Guadalete, no llegarían aguas contaminadas al mar o a las playas, mejoraría la productividad de la Bahía y Golfo de Cádiz, los terrenos agrícolas del Bajo Guadalete y de la Costa Noroeste no se deteriorarían, sus productos agrícolas no tendrían riesgo de contaminación, y habría menor restricciones para la población y las actividades productivas de la cuenca del Guadalete”.
Por otro lado, Ecologistas en Acción avanza que estudia personarse en las diligencias judiciales que puedan incoarse a raíz de las denuncias a la Fiscalía realizada por esta Comunidad de Regantes, aportando toda la información de que disponen sobre el funcionamiento de dicha estación depuradora y los vertidos al río Guadalete.
EXIGEN INVESTIGACIÓN Y RESPONSABILIDADES
En el mismo sentido, la Coordinadora del Agua de Jerez se ha sumado a la lucha por un río Guadalete limpio y a la denuncia presentada por los agricultores; este colectivo en defensa de la gestión pública del agua muestra su más enérgico rechazo a la dejadez de funciones y complicidad de los gobiernos jerezanos (el anterior del PSOE y el actual del PP), que “han ido desoyendo la alarma encendida desde hace tantos años”.
Para la Coordinadora, que también responsabiliza a otras instituciones y ayuntamientos del entorno, “situaciones de alto riesgo” como esta, supone y evidencia la falta de rigor y vigilancia, con el que actúan algunos políticos, llamados a gobernar nuestras entidades locales, eludiendo, sin escrúpulos sus obligaciones y responsabilidades”.
“Con este panorama, cualquiera puede deducir que la compleja y opaca actividad que se desarrolla en la planta de depuración de El Portal puede llevarnos a concluir en que es mucho más que una sospecha, que Aqualia esté ejecutando esos trabajos de limpieza de las aguas residuales de la ciudad de manera muy deficiente, ahorrándose un buen pellizco y a su vez provocando el mal estado de las aguas y el altísimo nivel de contaminación que vierte al río”, sostiene este colectivo ciudadano.
Finalmente, urge a la celebración de un encuentro intermunicipal de las seis poblaciones implicadas en el conflicto, y la creación de una comisión técnica “que busque soluciones que palie los efectos de este grave asunto de salud pública y que inmediatamente se comiencen a tomar medidas correctoras, en vía de quitarnos de encima el fantasma de la contaminación de nuestro río, corazón y pulmón social, ambiental y económico de nuestra bonita comarca y que puede llegar a afectar a casi 20.000 familias, de forma directa”.