Walking Dead
Despertar pequeño y solo. Quizás, en un hospital cualquiera. Con la memoria parpadeante como las luces de neón de los pasillos. Las que quedan intactas. Arrancar los ríos secos de las manos. Vencer la incertidumbre. Caminar, a través del silencio ciego y espeso. Y salir a la calle, a los restos del mundo, sorteando boquetes...