Animales domésticos
Tú no te das cuenta, pero te han domesticado. Si te dicen que bailes, bailas. Si te dicen que llores, lloras. Y esa tristeza que sientes, de la que desconoces el origen (o no lo recuerdas), es quizás desconcierto, o el intento de emerger de tu nombre salvaje, el que está bajo tu ropa, justo...










