El Ministerio público, representado por el Fiscal
Pascual Doménech, sostuvo la autoría de todos los procesados, a excepción de
uno, el pastor José Fernández Barrios. Mientras el Fiscal consideraba a los
dieciséis responsables del mismo delito, a pesar de que reconoció que realizaron
distintos actos, los defensores hablaron de teorías como la complicidad y el
encubrimiento, delitos con los que pretendían que la mayor parte de los acusados
escapasen al garrote vil.
Desde el 20 de febrero, la Guardia Civil dice
poseer documentos y listas nominales de una sociedad criminal responsable de los
delitos en cuestión. El reglamento de La Mano Negra, ‘milagrosamente’
descubierto debajo de una piedra por el comandante de la Guardia Civil de Jerez,
Tomás Pérez Monforte, no parece constituir una prueba seria, ni jurídica ni
históricamente. Pero las cosas cambian cuando se trata del informe del Coronel
subinspector del 4º Tercio de la Guardia Civil de fecha 9 de noviembre de 1882
(encontrado por las profesoras Iris M. Zavala y Clara E. Lida en el Archivo
General de Palacio, Secretaría de Su Majestad), transmitido por el General
Director de la Guardia Civil.
Se trata de un Reglamento y Estatutos de La Mano
Negra anteriores, como se ve, a los hechos. No obstante, dicho documento ofrece
aspectos dudosos, entre ellos el siguiente párrafo: “Habiendo sido la Asociación
Internacional de los Trabajadores puesta fuera de la ley por los Gobiernos
burgueses, imposibilitándola por este motivo para resolver pacíficamente la
cuestión social, y de cuya resolución no puede prescindir, ha tenido que
convertirse en organización revolucionaria secreta, para llevar a cabo la
revolución social violenta”.
Esas afirmaciones, casi dos años después de vuelta
a la legalidad de la Asociación, parecen desplazadas, así como la confusión de
términos, tal como decir A. I. T., en lugar de Federación Regional. Todo parece
evidenciar la fabricación malintencionada del documento.
Las investigaciones de Clara E. Lida arrojan luz
sobre el asunto. Tales indagaciones demuestran que, en un juicio celebrado en
Jerez en agosto de 1878, ya se había mencionado el hallazgo de una asociación de
malhechores para cometer robos, raptos y represalias.
Dicha aportación
se une al discurso pronunciado por el senador Moreno Rodríguez el 28 de febrero
de 1883, y publicado días más tardes en el periódico La Andalucía, en el
que afirma que La Mano Negra no era un secreto para el Gobierno desde 1875.
Pero hay más,
pues Clara E. Lida también ha encontrado, en el Archivo Municipal de Jerez, una
supuesta copia del Programa de La Mano Negra, fechada en 1881, que bien pudiera
haber sido hecha partiendo del borrador de años atrás.
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