Considerado uno de los grandes
pianistas actuales, con prestigiosos premios en su haber, Christian
Zacharias alterna sus recitales y conciertos en los auditorios más
importantes con su labor como director artístico y director de orquesta,
principalmente de la Orchestre de Chambre de Lausanne. En nuestro país, ha
actuado como director junto a la Orquesta Nacional de España, entre otras.
Inició Zacharias el programa de
la noche con 'Escenas de niño' de Schumann, una pieza que mezclan
partes de distinto carácter, todas impregnadas de aire nostálgico y
melancólico. Mostró Christian Zacharias delicadeza y equilibrio en sus
manos, gesto sobrio y concentrado, remiso a la efusión. La interpretación
tuvo un perfil irregular, de menos a más; también la expectación del
público, al vaivén del clímax generado por el músico.
Las Sonatas de Scarlatti,
siempre han sido muy importantes para el pianista alemán.: “Hay una
riqueza inmensa en esta música. Scarlatti ya apunta hacia el Clasicismo.
Algunas de sus sonatas son realmente clasicismo temprano, y ésta es
probablemente una de las razones por las que me atraen tanto”. Las
sonatas de Scarlatti pierden levedad y colorido cuando se tocan al piano
aunque ganan en rango expresivo. En este contexto, la personal
interpretación de Zacharias suena convincente, creando texturas diferentes.
Estilísticamente, Zacharias se acerca mucho al estilo del primer piano,
digitación fácil y virtuosa en la mano derecha, aunque es más impulsivo y
expresivo con la mano izquierda. Su selección de las sonatas fue un acierto,
por la variedad generada en intensidad, emoción y gama de timbres, y culminó
con una exhibición, muy aplaudida, de virtuosismo pianístico a manos
cruzadas.
Tiene Zacharias una
identificación especial con la Sonata en La mayor de Schubert, una de
sus obras preferidas. Para el pianista es la mejor sonata de Schubert, “es
la única en continua ascensión, para llegar, al final de la obra, al cielo o
a la eternidad, como quiera llamarlo”. En esta sonata demostró Zacharias
que es capaz de todo. Especialmente notable fue su interpretación del
segundo movimiento, que lleva al límite la técnica pianística. Muy emotivo
en todo momento, algo duro en el golpeo, siempre brillante, presentó el
pianista una versión muy sentida y equilibrada que el público supo apreciar
y premiar al final del concierto.
Con una poco afortunada versión
del Rondo en Re mayor de Mozart y repetición de una excelente Sonata de
Scarlatti como propinas, se cerró la velada. DIARIO
Bahía de Cádiz
Christian Zacharias se confirmó
en el Teatro Villamarta como el asombroso pianista que es. En todo momento
tocó magníficamente aunque le faltó el punto de inspiración y espontaneidad
para alcanzar el grado de extraordinario.