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 Crítica

Un estimable concierto del Conjunto Vocal Virelay y la Orquesta Barroca ‘Cristóbal de Morales’ en la Catedral de Cádiz

Con un concierto a cargo de la Orquesta Barroca Cristóbal de Morales y el Conjunto Vocal Virelay se celebró la reciente restauración de la Capilla Musical de la Catedral de Cádiz, habiendo sido elegido el Conjunto Vocal Virelay para dicho encargo. El nuevo rumbo iniciado con este concierto es importante en la vida musical de Cádiz, especialmente en relación con la música sacra, y la concesión del título de Capilla Musical de la Catedral premia el trabajo realizado por el grupo Virelay desde su constitución en el año 2001.

 PACO MESA (Cádiz). 20-03-2009

 

Sala: Catedral de Cádiz, sábado 14 de marzo

 

PROGRAMA

Dietrich Buxtehude  (1637 -1707)

Membra Jesu Nostri, BuxWV 75

  I. Ad pedes

 II. Ad genua

 III. Ad manus

 IV. Ad latus

  V. Ad pectus

 VI. Ad cor

VII. Ad faciem


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El Conjunto Vocal Virelay, celebró su nombramiento como Capilla Musical de la Catedral de Cádiz con un concierto extraordinario, para el cual contó con la colaboración de la Orquesta Barroca “Cristóbal de Morales”. Bajo la dirección del emprendedor Aníbal Soriano, especialista también en instrumentos de cuerda pulsada del Renacimiento y Barroco, el conjunto de ambas agrupaciones musicales ejecutó una estimable y meritoria interpretación de la obra  Membra Jesu de Buxtehude

 

La obra de Buxtehude está constituida por siete piezas, dedicadas cada una de ellas a las partes martirizadas del cuerpo de Cristo, pies, rodillas, manos, costado, corazón, pecho y rostro, y que se dividen en seis secciones: sonata como introducción instrumental, concerto, tres arias para solistas, y concerto da capo. La obra destaca por su emotividad lírica resaltada por la variación de caracteres musicales de las partes, desde arias a solo hasta los concertos da capo con los que finaliza cada sección y  fomentada por una variedad considerable de temas, timbres y registros y los diferentes juegos de voces. El discurso musical, en estas condiciones, se desarrolla con viveza, interés y entretenimiento. Sin embargo, se antojaron demasiado parsimoniosas las transiciones entre intervenciones, especialmente solistas, lentitud que afectó en la recepción del público. En conjunto, las partes vocales fueron ejecutadas con sobriedad,  con calidad y corrección de voces, sin mucha emoción pero sin sobresaltos.

 

Instrumentalmente la obra está pensaba para una orquesta de menor tamaño con intervención de cuerdas y bajo continuo; véase como ejemplo la versión realizada por el reconocido especialista  René Jacobs y la Schola Cantorum Basiliensis, con una sobria participación de voces e instrumentos; en éstos, órgano, tiorba, y cuerdas. El concierto del sábado presentó, sin embargo, una versión orquestal amplificada, entrando en juego todas las posibilidades de la Orquesta Barroca incluyendo otros instrumentos como flautas y  laúd; en total, una veintena de intérpretes orquestales que dieron adecuado contrapunto al Conjunto Vocal Virelay, ayudado para la ocasión con

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valiosos solistas de apoyo. El director de la Orquesta Cristóbal de Morales  manejó con soltura al numeroso grupo de intérpretes y dirigió con autoridad y criterio el concierto, a excepción de los dubitativos momentos iniciales.

 

El aumento de la masa orquestal y coral benefició el resultado visual y sonoro, dándole la magnificencia propia de las grandes celebraciones. La elección fue inteligente y acertada, dadas las circunstancias, porque la magnitud de la iglesia catedral perjudica el formato de pequeña agrupación. Pero también tuvo su contrapartida negativa, la exagerada reverberación del recinto dejó percibir una masa sonora sin mucha definición, de trazo grueso, muy uniforme dinámicamente y con finales eternos. A pesar de estos inconvenientes, los asistentes disfrutaron de un concierto de calidad notoria, musicalmente coherente y, sobre todo, pleno de sentimiento religioso.

 

La concesión del título de Capilla Musical de la Catedral de Cádiz supone un estimable paso del grupo Virelay, es un premio a su trabajo y perseverancia  y un impulso para abordar nuevos retos, entre los cuales está la próxima participación en los Oficios de Semana Santa y en la Misa Pontifical del Domingo de Resurrección que se celebrarán en la Catedral. DIARIO Bahía de Cádiz Paco Mesa


 

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