El Conjunto
Vocal Virelay, celebró su nombramiento como Capilla Musical de la Catedral
de Cádiz con un concierto extraordinario, para el cual contó con la
colaboración de la Orquesta Barroca “Cristóbal de Morales”. Bajo la
dirección del emprendedor Aníbal Soriano, especialista también en
instrumentos de cuerda pulsada del Renacimiento y Barroco, el conjunto de
ambas agrupaciones musicales ejecutó una estimable y meritoria
interpretación de la obra Membra Jesu de Buxtehude
La obra de
Buxtehude está constituida por siete piezas, dedicadas cada una de ellas a
las partes martirizadas del cuerpo de Cristo, pies, rodillas, manos,
costado, corazón, pecho y rostro, y que se dividen en seis secciones: sonata
como introducción instrumental,
concerto, tres arias para solistas, y concerto da capo. La obra
destaca por su emotividad lírica resaltada por la variación de caracteres
musicales de las partes, desde arias a solo hasta los concertos da capo con
los que finaliza cada sección y fomentada por una variedad considerable de
temas, timbres y registros y los diferentes juegos de voces. El discurso
musical, en estas condiciones, se desarrolla con viveza, interés y
entretenimiento. Sin embargo, se antojaron demasiado parsimoniosas las
transiciones entre intervenciones, especialmente solistas, lentitud que
afectó en la recepción del público. En conjunto, las partes vocales fueron
ejecutadas con sobriedad, con calidad y corrección de voces, sin mucha
emoción pero sin sobresaltos.
Instrumentalmente la obra está pensaba para una orquesta de menor tamaño con
intervención de cuerdas y bajo continuo; véase como ejemplo la versión
realizada por el reconocido especialista René Jacobs y la Schola Cantorum
Basiliensis, con una sobria participación de voces e instrumentos; en éstos,
órgano, tiorba, y cuerdas. El concierto del sábado presentó, sin embargo,
una versión orquestal amplificada, entrando en juego todas las posibilidades
de la Orquesta Barroca incluyendo otros instrumentos como flautas y laúd;
en total, una veintena de intérpretes orquestales que dieron adecuado
contrapunto al Conjunto Vocal Virelay, ayudado para la ocasión con
valiosos
solistas de apoyo. El director de la Orquesta Cristóbal de Morales manejó
con soltura al numeroso grupo de intérpretes y dirigió con autoridad y
criterio el concierto, a excepción de los dubitativos momentos iniciales.
El aumento
de la masa orquestal y coral benefició el resultado visual y sonoro, dándole
la magnificencia propia de las grandes celebraciones. La elección fue
inteligente y acertada, dadas las circunstancias, porque la magnitud de la
iglesia catedral perjudica el formato de pequeña agrupación. Pero también
tuvo su contrapartida negativa, la exagerada reverberación del recinto dejó
percibir una masa sonora sin mucha definición, de trazo grueso, muy uniforme
dinámicamente y con finales eternos. A pesar de estos inconvenientes, los
asistentes disfrutaron de un concierto de calidad notoria, musicalmente
coherente y, sobre todo, pleno de sentimiento religioso.
La
concesión del título de Capilla Musical de la Catedral de Cádiz supone un
estimable paso del grupo Virelay, es un premio a su trabajo y perseverancia
y un impulso para abordar nuevos retos, entre los cuales está la próxima
participación en los Oficios de Semana Santa y en la Misa Pontifical del
Domingo de Resurrección que se celebrarán en la Catedral.
DIARIO Bahía de Cádiz Paco Mesa