Sala:
Iglesia de la Santa Cruz (Catedral vieja de Cádiz)
PROGRAMA
Carlos Verardus
(1440-1500)
Viva el Gran Re Don Fernando
Juan de Urrede
(1451- ca 1482)
Nunca fue pena mayor
De vos i de mi quexoso
Miguel de
Fuentellana (1500-1579)
Tiento/Fantasia
Juan de Triana
Con temor vivo, ojos tristes
Francisco de la
Torre (1460 - c. 1504)
Justa fue mi perdición
Danza Alta
Mateo Flecha “El
Viejo” (1481-1553)
Ensalada La
Justa (versión de Miguel de Fuentellana en Orphénica Lyra)
Cristóbal de
Morales (1558-1605)
Vidi aquam
Peccantem me quotidie
Spem in altum
Francisco Correa
de Arauxo
(1583-1654)
Tiento 23 de
sexto tono sobre la primera parte de la Batalla de Morales
Francisco
Guerrero (1528-1599)
Dedisti Domine
Vidit supra
montem
“El concierto de hoy es el
final de un largo recorrido”, nos comentó en el camerino el alma mater del
grupo Fahmi Alqhai. “Esta mañana hemos recibido los primeros ejemplares del
disco grabado con el programa que hoy ofrecimos. No pude resistir la
tentación de comentarlo en el concierto y no se trataba de vender. Nuestra
ilusión es enorme, por fin lo hemos conseguido después de muchos esfuerzos.
Ahora, pretendemos trabajar sobre los autores relacionados con cada
provincia andaluza”.
La ilusión del director
era compartida por el resto del grupo, quienes ofrecieron con entusiasmo sus
mejores armas en la interpretación del concierto. El caluroso recibimiento
del público estuvo propiciado por la magnífica puesta en escena en el
crucero de la catedral con exhibición de instrumentos de época, viola da
gamba, vihuela, sacabuche, bajón, corneta y órgano. La inusitada presencia
de tres violas da gamba es consecuencia del resurgir alentado por el
maestro de
varios de los instrumentistas presentes, el
catedrático de viola da gamba
en el Conservatorio Superior “Manuel Castillo” de Sevilla,
Ventura Rico. En la escenificación destacó un
hermosísimo órgano positivo de mesa de seis registros; reconstruido en
madera labrada por el propio organista, también organero, Abraham Martínez.
El programa del concierto
dio ocasión al lucimiento personal de todos los intérpretes, organizado
expresamente en el programa para enriquecer la paleta del sonido, aunque el
protagonismo recayó especialmente en la tiple Mariví Blasco. Espléndida en
la primera parte del concierto, su voz proporcionada y cálida, un punto
débil en agudos pero bien vibrada, se amoldó perfectamente al carácter
sentimental, piadoso o espiritual de las piezas, según conviniese. Pareció
relajarse conforme avanzó el concierto sin mantener la tensión primeriza,
especialmente en las piezas polifónicas posteriores.
Probablemente la
interpretación menos lucida, o el momento menos atrayente para el público,
recayó en la pieza de Mateo Flecha “El Viejo”. La ensalada La Justa,
en la versión para cuatro voces y vihuela de Miguel de Fuentellana, no tuvo
la viveza y alegría necesarias para mantener el interés del público, decaído
por la larga duración de la canción y el casi ininteligible texto en las
voces del conjunto.
Las obras de los grandes
maestros de la polifonía sacra Cristóbal de Morales y Francisco Guerrero
fueron los puntos álgidos del concierto. La Accademia interpretó con
criterio las obras de ambos autores y transmitieron la variedad de emociones
que fueron capaces de mudar en música. Con el buen hacer del bien conjuntado
grupo, el público disfrutó de la riqueza melódica y contrapuntística de las
composiciones de estos afamados maestros sevillanos.
DIARIO Bahía de Cádiz Paco Mesa
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