Sala: Teatro Villamarta. Jerez.
Jordi Savall, viola de gamba; Pierre hantaï,
Clave; Rolf Lislevand, Tiorba.
PROGRAMA
I
Marin marais:Prelude / Muzettes
/ La Sautillante
François Couperin : La
Forqueray ; Prelude en mi menor ; La petite Pine-sans-rire
Marin Marais : Suite d’un Gout
Étranger.
II
Mr. De Sainte-Colombe :
Fantaisie
François Couperin : Les
Sylvains
Marin Marais : Les voix
humaines ; Couplets des Folies d’Espagne.
No es fácil poder asistir a un concierto tan
exclusivo como el que Jordi Savall ofreció al público del Villamarta, en
compañía de Pierre Hantaï (clave) y Rolf Lislevand (tiorba) el pasado viernes
17. Y no me refiero a que hubiera dificultad en encontrar entradas para asistir
al mismo, ya que, afortunadamente, el Teatro Villamarta tiene aforo sobrado para
este tipo de conciertos. Me refiero a que la música en la que es virtuoso y
autoridad Jordi Savall, no es de acceso fácil para sus seguidores. Al menos, en
directo.
A
pesar de los treinta años que lleva Savall paseando por todo el mundo su viola,
sólidamente unida al nombre del compositor Marin Marais, hoy día los conciertos
para viola da gamba no son frecuentes en las programaciones de los teatros y
auditorios. No es que se trate de una música de especial dificultad para el
espectador, sino todo lo contrario. Sencillamente, las modas son otras.
La viola da gamba, pone de acuerdo a casi todos en
que es el instrumento que más parecido tiene con la voz humana. Sus matices
delicados y con cantidad de recursos diferentes ensambla mejor con los
instrumentos al uso en la época del Rey Sol, Luis XIV. Los instrumentos
orquestales hoy día de moda poseen una perfección técnica mayor, que se traduce
en la mayoría de los casos en una mayor potencia sonora. De ahí también lo
interesante y exclusivo del concierto de Savall, que se hizo acompañar de un
clave y de una tiorba, lo que recrea de una manera fiel la música escrita por
Marin Marais, ocupando así la viola un lugar adecuado, en el necesario
equilibrio orquestal.
Savall ha grabado alrededor de 160 CD, y a Marin
Marais se le atribuyen alrededor de 500 composiciones para viola da gamba,
escritas entre finales del S. XVII y principios del S.XVIII.
Del concierto ofrecido por Savall, a mi
particularmente me gustó más la segunda parte, pero en una apreciación
únicamente referida a la belleza de las obras en sí, no a la ejecución de las
mismas, que no tuvo ningún altibajo, manteniendo un altísimo nivel. Alguno puede
que piense que se trata de cuestión de gustos, pero me quedo con la
interpretación de “Les voix Humaines” y las “Couplets des Folies d’Espagne” de
Marin Marais.
Les Sylvains, del compositor François Couperin,
pulcramente ejecutado por Rolf Lislevand, fue muy aplaudido por el respetable,
pero sin embargo no me pareció lo mejor del concierto, francamente.
Fuera del programa, Savall nos ofreció dos interpretaciones.
Fantásticas ambas: Variaciones de un tema popular de la Bretaña francesa y las
“Reçercadas” de Diego Ortiz, que como me comentaba a la salida del concierto mi
amigo Enrique, es verdadera música culta española. Estoy de acuerdo. |