Si el año pasado por estas fechas hablábamos de 14
participantes en la recién recuperada Fiesta de la Parpuja en s u undécima
edición, este año la cosa se ha visto reducida significativamente, siendo al
final nueve los artistas que subieron al escenario de la Caseta Municipal de Chiclana.
La Fiesta se consolida, al menos en lo que a
participación de público se refiere, ya que mayor fue el número de asistentes
este año de la decimosegunda Fiesta de la Parpuja. Aunque la mayoría del
respetable no fue puntual a la cita de las 22.00 horas, lo cierto es que a lo
largo de la noche, y hasta las 4 de la madrugada hubo un afluir constante de
aficionados –y no aficionados, turistas, sobre todo- que prácticamente
colmataron los asientos disponibles en la Caseta Municipal.
Menos alegrías y más bulerías
Quizá sea esa una de las notas distintivas de esta
última edición de la Parpuja chiclanera. Se notó, y con fuerza, la afluencia de
jerezanos al recinto ferial chiclanero, que animaron y se animaron a su vez, con
sus artistas venidos para la ocasión. Se echó de menos la presencia de artistas
como Chano Lobato, que a pesar de la edad, no deja de ser un puntal a la hora de
anima r
al respetable, con su gracia y sentido del humor, al compás de las alegrías. Sin
embargo, en esta ocasión, el recurso a la bulería puso en situación al público,
que acompañaba inmediatamente con las palmas al primer compás del cante jerezano
por antonomasia.
Rompió el hielo, Niño Medina, seguido de Juan el
Pulga, acompañado este último de Fernando Moreno, uno de los guitarristas
jerezanos venidos para la ocasión. El Pulga, bien, sobre todo con las seguiriyas,
y anticipando lo que sería la tónica de la noche: las bulerías.
Desde el comienzo, el homenaje de Pepe Marín, que
repitió como presentador del evento, a Chato de La Isla, recientemente
fallecido, y en la mente de todos (curioso, pero en la edición del año pasado,
el homenaje fue también para otro cañaílla, Camarón).
Pronto
hizo su aparición Arcángel. Esperado del público, era una de las estrellas de la
noche. Estuvo acompañado a la guitarra por Miguel Angel Cortés. Pero las cosas
del sonido le jugaron una mala pasada. Precisamente a él, que extrema las
precauciones del micrófono y el sonido, para garantizar esa comunión que tan
fenomenalmente sabe hacer Arcángel con los micrófonos y los altavoces. Sus
micros no compatibilizaron con los de la empresa encargada del sonido (que dicho
sea de paso, estrenaba altavoces y sistema de sonido, mejorando el del año pasa do),
y hubo de interrumpir la actuación porque la guitarra distorsionaba. Pero
Arcángel le echó coraje, y puesto en pie se arrancó por martinetes y puso
también en pié al respetable.
Luego salió al escenario Rancapino, que vino con
piano, yunque, y no sé que más si le hubieran
dejado…Hizo gala de buen humor, comparándose con “Robert Redford”. Pero a parte
de eso, poco hizo.
Iba avanzando la noche y llegó Juan Villar,
acompañado de Pedro Carrasco a la guitarra. Destacables sus soleares y sus seguiriyas. Bien. Sólido.
Antonio Reyes triunfó en su Chiclana natal en esta
edición de la Parpuja. Estuvo acompañado por Fernando Moreno, y puso al
respetable en pié con fuertes aplausos. En esos momentos, la luna en cuarto
menguante, pero resplandeciente, se situaba justo encima del escenario. Una
señal, que Antonio aprovechó, rematando su actuación con una zambra, con baile,
que lo hizo inmenso, por una noche.
Luego llegó Miguel Flores, Capullo de Jerez, con
pantalón mostaza y chaqueta beige, haciendo las delicias de s u público jerezano.
Hizo chistes y comentarios, algunos no muy inteligibles, la verdad, pero su
simpatía hizo subir las ganas del respetable. Estuvo acompañado de Manuel Jero a
la guitarra. Bien.
Sin duda lo mejor de la noche fue José Mercé, que
el año pasado ya triunfara, aunque la gloria la compartiera
con Arcángel. Este año estuvo extraordinario. Salió al escenario alrededor de
las 2,30 de la madrugada, y cantó sin pri sas. Soleares, seguiriyas, alegrías y
bulerías interpretó Don José para disfrute del respetable. José Mercé confirmó
lo que ya sabíamos había hecho en Las Minas. Sigue siendo un valor en alza.
Cerró la fiesta de la Parpuja 2006 Remedios Amaya
y familia. La sevillana vino cortita de voz, según ella por problemas con los
aires acondicionados. Discreta actuación.
Un éxito del Ayuntamiento de Chiclana y un éxito
de público y participantes, que confiamos se irá consolidando cada año. Por
cierto, las sardinitas fritas, estupendas, y el vino de Chiclana, gloria pura… |
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